Vamos a sacar la basura que barrieron debajo de la alfombra.
Descascarar el falso dilema, pelar como una cebolla el dualismo barato y parapetado en los medios tradicionales.
Nos podíamos haber puesto La Nación. Pero para eso, mejor no hacíamos nada. No nos mueve el lucro, ni la necesidad de cumplir requisitos académicos que nos encartonen dentro de los marcos del periodismo. Hay que acercarse desde el margen, que es donde el sabor de la vida subyace, a pesar de lo que se haya dicho y escrito hasta ahora.
Sin línea editorial, ni agenda, ni respaldo económico o de ninguna otra índole, este es un experimento que no sabemos cuánto puede durar. Estamos dispuestos a vivir con las consecuencias.
¡Esto es gkillcity, no huevadas!
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