Su política de compromiso con Corea del Norte ha sido denominada “Política a la luz del sol”. En el 2000, participó en la primera cumbre presidencial de ambos países con el líder Kim Jong-il, lo que le llevó a ganar posteriormente el premio Nobel de la Paz.
La denominada “Política a la luz del sol” fue la política exterior de Corea del Sur hacia Corea del Norte, hasta la elección de Lee Myung-bak a la presidencia, en 2008. Esta doctrina promovía la cooperación pacífica y buscaba la reconciliación a corto plazo como un preludio de la eventual reunificación coreana. Desde que fue impulsada en 1998 por el presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung, la política ha resultado en un acercamiento entre las dos naciones con momentos históricos en la península de Corea, dos cumbres intercoreanas en Pyongyang (junio de 2000) que comenzaron con notables cooperaciones y breves encuentros entre familiares separados.
El término “Política a la luz del sol” se originó por la conocida fábula de Esopo “El viento del Norte y el Sol”. En la fábula, el sol y el viento compiten para sacarle el abrigo a un hombre. Primero, el viento sopla con gran fuerza, pero el hombre agarra fuertemente el abrigo y continúa con él puesto. Luego es el turno del sol. Éste brilla calentando el ambiente y el hombre se quita el abrigo voluntariamente para disfrutar del buen tiempo.
Una crítica a la “Política a la luz del sol” es que el fomento de relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur ignoró la naturaleza represiva y agresiva de Corea del Norte y que realmente ayuda a sostener el régimen de Kim Jong-il.
El líder norcoreano no mantuvo su promesa de devolver la visita a Corea del Sur. Corea del Norte no redujo su fuerte presencia de tropas en la zona desmilitarizada y ha continuado trabajando en el desarrollo de armas nucleares, que fueron probadas en octubre de 2006.
Sin embargo, los esfuerzos de Kim Dae-jung son destacables e inspiradores ejemplos de una política de manos abiertas.
*(Traducción del inglés al español: Lucía Martínez Fernández)*