«No es que no valga la pena», indicó el mandatario, pero «es que después de una década de guerra, Estados Unidos tiene límites», admitió en una entrevista realizada antes de su visita a Arabia Saudí.
«Creo que es una noción falsa (sostener) que de alguna manera estábamos en posición de prevenir, con algunos ataques selectivos, la difícil situación que vemos en Siria», subrayó.
Según Obama, no está muy claro que el resultado de una intervención militar de las fuerzas estadounidenses sea significativamente mejor o tenga demasiado impacto sin una permanencia a largo plazo en el terreno.
Recordemos, no obstante, que Estados Unidos planeó en su momento atacar Siria con el pretexto de que en la contienda en el país árabe se estaban usando armas químicas.
No obstante, la opción militar fue dejada de lado por EE. UU., tras el acuerdo logrado en septiembre de 2013 entre Rusia y este país, donde se prevé la destrucción de la totalidad del arsenal químico sirio para el 30 de junio de 2014, un plan que contó, asimismo, con la aprobación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por otra parte, en el marco de una gestión responsable del Gobierno de Damasco para ganar la confianza de la comunidad internacional y rechazar el uso de las armas químicas, Siria se convirtió el 14 de octubre de 2013 en miembro pleno de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ).
Desde mediados de marzo de 2011, Siria es escenario de una verdadera contienda, iniciada por grupos terroristas que financian y dirigen algunos países occidentales y varios regionales, cuyo objetivo último es derrocar al Gobierno constitucional del presidente sirio, Bashar al-Asad.