Por Ricardo Vicens
El origen económico de la situación de pobreza e injusticia está ya hace rato descrito y sin embargo no se lo considera cuestionable pues parte de la cultura imperante es la dominancia de creencias sociales de que no existen modelos económicos posibles para su superación, esto es, la naturalización de que una parte de la población debe ser propietaria de los medios de producción y otra debe ser excluida de los mismos.
Si deseo en este mensaje recordar que si existen alternativas que funcionan. Por ejemplo, las cooperativas o propiedades colectivas de los medios de producción, las eco aldeas, etc.
El Poder: formas de vínculo económico, político, social y familiar
Claramente la sociedad está estructurada en base al modelo económico y esta estructura es funcional al mismo. Los vínculos están estructurados igual como ocurre en la empresa: el empresario o sus representantes deciden y tienen la voz y los trabajadores están excluidos de la participación, su voz solo es escuchada si es realmente necesario, no para mejorar la vida del trabajador sino para los intereses de la empresa. A nivel político, el ciudadano no tiene voz, tiene a personas que representan su voz, la organización política del Estado. El ejército y la policía están ahí para controlar y bloquear la expresión ciudadana. Son los representantes de la fuerza ciudadana en teoría y en realidad los representantes de la violencia del poder político y económico.
A nivel familiar se ordenan las relaciones de la misma manera donde el poder político está organizado en forma de patriarcado, sea la mujer o el hombre quien dirige la familia. La familia tiene como vocero al jefe de hogar y los hijos siguen instrucciones. El poder se manifiesta con golpes, gritos y descalificaciones. Esta es la base socio-emocional necesaria para la existencia de vínculos de poder.
El pueblo necesita ser vocero de sí mismo
El pueblo necesita de sus propios voceros, la posibilidad de manifestarse con su propia voz. Pero no solo como un acto de rebeldía sino como forma de organización social, esto es, institucionalizado. Así como los trabajadores tienen su sindicato, los pobladores necesitan su lugar para expresarse y a la vez ser parte como organización de las manifestaciones ciudadanas en el Estado. Los parlamentarios afirman “a” y los ciudadanos, organizados como sindicato social, dicen “b”. El ciudadano tiene quien le escuche, que es su propia organización, el ciudadano se hace escuchar porque él tiene su organización y es parte del Estado.
Las formas de organización al interior del sindicato social deben ser participativas, es decir, donde la forma de decidir es resultado de la inteligencia colectiva. Así la comunidad se transforma en la creadora de nuevas realidades.
Todo ser humano tiene necesidades. Nuestros progenitores son los satisfactores en la primera infancia de todas nuestras necesidades. Satisfactores tóxicos producen un modelo donde el ser humano aprende a satisfacer sus necesidades a través de los modelos patriarcales de poder, como son las creencias incorporadas: “adquiero lo que quiero si niego mi identidad”, o lo que yo quiero no es válido y puedo ser acreedor de un castigo si me escucho a mí mismo, o aprendo bien la lección de que imponiéndome desde la violencia es útil para compensar el sentimiento de no ser aceptado o reconocido por los demás, etc. Estos mismos modelos patriarcales dan lugar a las formas coherentes de democracia aparente y dictadura de hecho.
Nuevas formas de poder ciudadano necesitan de una rehabilitación de los vínculos tóxicos y de poder por otros afectivos donde la comunidad se identifica como solidaria y no como enemiga. Es decir, el otro, el satisfactor se transforma en satisfactor y satisfecho, en productor y receptor de afecto. El poder deja de ser poder cuando los vínculos son horizontales.
Así como el trabajador tiene su sindicato, el ciudadano necesita igualmente su sindicato, independiente de los partidos políticos y otras instituciones del Estado. Las organizaciones ciudadanas o la unión de cabildos deben tener voz y voto en el parlamento.