Cambio de Régimen no es nada nuevo. Durante la Guerra Fría los EE.UU. y la Unión Soviética de dedicaban a alinear gobiernos títeres y clientes por medio de movimientos guerrilleros, golpes de Estado y la manipulación de la inversión, con los medios de comunicación siendo utilizados en todos los casos para crear una cortina de humo que presentaba una «realidad» de acuerdo con la situación de poder impuesta.
A medida que la crisis del sistema neoliberal avanza, los largos brazos del Imperio quieren interferir con cualquier propuesta independiente o alternativa por la que se sienta amenazado.
El control del petróleo en el Medio Oriente y tal vez la necesidad de bloquear la amenaza para el todopoderoso dólar cuando Saddam Hussein logró vender su petróleo en euros — y Gaddafi quiso hacer lo mismo con el dinar de oro — fueron todos factores que influyen en la estrategia de cambio de régimen para Irak y Libia. La desestabilización de Siria — con la mira en Irán (1), más difícil de atacar frontalmente debido al apoyo de Rusia – ya esta en camino con la ayuda de otros aliados de Oriente Medio. En todos los casos la imagen de los medios de comunicación es la «protección de la población civil de dictadores sedientos de sangre». Sería difícil negar que los gobiernos así impugnadas son (eran) poco democráticos y no completamente limpios en materia de derechos humanos, pero la destrucción de la infraestructura y la interrupción de las instituciones que las intervenciones dejan a su paso apuntan a la necesidad de crear dependencia a largo plazo con el fin de controlar más fácilmente esos recursos naturales de valor incalculable.
En América Latina dos ejemplos exitosos de Cambio de Régimen pueden ser vistos en Honduras y Paraguay. En 2009 se produjo en Honduras un golpe de estado cuando el Ejército, por orden de la Corte Suprema de Justicia, destituyó al presidente Manuel Zelaya y lo envió al exilio para evitar un referéndum sobre una convocatoria a una asamblea constituyente para reescribir la Constitución. El Congreso de Honduras, en una sesión extraordinaria, votó a favor de sacar a Zelaya de su cargo. Este presidente había logrado sacar adelante una legislación que ayudó a los pobres y perturbó a la élite, incluyendo un aumento considerable en el salario mínimo, en un país donde el 40% de la población vive con menos de un dólar al día. De esta manera, este mandatario fue parte de la ola latino-americana de nuevos actores políticos que desafían la ortodoxia neoliberal. El golpe de Estado ha significado un alto a las reformas y denuncias por múltiples violaciones de derechos humanos.
El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, sufrió recientemente un juicio político por su Parlamento con mayoría derechista en un movimiento considerado como un «golpe parlamentario» orquestado por quienes estaban decididos a poner fin a políticas que ponían en peligro sus intereses comerciales. Lugo estaba haciendo intentos de redistribución de la tierra, alivio de la pobreza y una desaceleración de las privatizaciones. Fue hecho responsable, como excusa para declararlo no apto para desempeñar su cargo, de un episodio de violenta represión policial en el que 6 policías y 11 campesinos fueron muertos, y que muchos testigos locales informaron que había sido instigado por poderosos terratenientes.
Los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Rafael Correa de Ecuador han sobrevivido intentos similares de golpes de estado, gracias a las inmediatas y masivas movilizaciones populares en su apoyo. El presidente Evo Morales de Bolivia ha estado luchando (con el acento en la no violencia) intentos de desestabilizar a su gobierno desde el comienzo, luego de que anunciara su intención de equilibrar los beneficios derivados de petróleo y gas a favor de su país en lugar de las empresas multinacionales operando en el lugar. USAID, el patrocinador norteamericano que financia organizaciones no gubernamentales ha sido implicado en Bolivia y otros países de América Latina en operaciones de subvención en contra de programas nacionales que se apartan de la agenda neoliberal, y las multinacionales como Monsanto han llevado a cabo campañas en contra de estos gobiernos cuando las malas prácticas fueron impugnadas, por ejemplo, en Paraguay, con algodón transgénico y la soja.
En todos estos casos poderosos conglomerados de medios de comunicación han sido los vehículos para denunciar y desestabilizar a esos intentos por el nuevo bloque de gobiernos de centro izquierda de crear una alternativa socio-económica al modelo de sistema mundial imperante. Cualquier movimiento de oposición a tales campañas periodísticas fue presentado como un desafío a la libertad de prensa.
**Cambios de Régimen y el Para-Estado Económico No Electo**
Para decir lo obvio, ninguna de estas estrategias aparecen en los manifiestos o campañas electorales de los partidos políticos que se presentan al público en los países que luego llevarán a cabo la invasión o la manipulación de otros países. Poderosos grupos de presión del sector financiero, los traficantes de armas, las multinacionales y otros actores, incluso más oscuros, lograr el compromiso con estas políticas no declaradas a cambio de la financiación electoral. Esta pretensión de Democracia requiere de cambios en la estructura misma del proceso electoral: «…deben imponerse leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores arriesgue el desafuero, la destitución o el juicio político. Porque el otro expediente, el que actualmente se sostiene, mediante el cual los individuos o los partidos que no cumplan sufrirán el castigo de las urnas en elección futura, no interrumpe en absoluto el segundo acto de traición a los representados.»(2).
**La Transformación de una Crisis en una Oportunidad**
Parecería ser que sólo la posibilidad de empeoramiento de las condiciones económicas y el aumento de la violencia pueden sacarnos de nuestra comodidad ya sea para salir a las calles o a las redes electrónicas a nivel masivo. Bueno, ¡Hurra! Esto ya está sucediendo. Después de las grandes movilizaciones del 2003 a nivel mundial que intentaban detener el ataque contra Irak mucha gente se sintió decepcionado porque su objetivo no se logró, y volvió a su casa, pero otros no lo hicieron. En 2009-10 millones fueron testigos de una Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia que conectó y activó gente de todos los ámbitos de la vida y todos los continentes, exigiendo el cambio. Esto fue seguido por la primavera árabe, los Indignados – *Indignés* y el Movimiento *Occupy*, gente que se preocupa por mejorar las cosas en su país y en otros países, conectados a través de redes y acciones.
Nunca antes ha habido tanta investigación y comunicación acerca de formas alternativas económicas al servicio de los seres humanos en lugar de los bancos. La No-violencia está siendo estudiada y aplicada como metodología de cambio en todas partes del mundo. Es cierto, por supuesto, que el poder sigue en manos de algunas minorías violentas, pero el poder de inspirar una nueva generación y un nuevo momento histórico hacia un mundo humanizado está en todos y cada uno de nosotros. La violencia no es un imperativo determinista de la naturaleza humana, la única cosa natural en los seres humanos es nuestra capacidad de elección y de cambio. El único Cambio de Régimen que vale la pena trabajar está dentro de nuestras cabezas y nuestros corazones, para que nuestras acciones en el mundo sean para crear una sociedad apropiada para el desarrollo humano *para todos*.
(1) Según el analista de Medio Oriente Alon Ben Meir, «el desafío de Irán a numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sigue proyectando una sombra oscura sobre la proyección regional e internacional de Irán. Después de meses de negociaciones fallidas, la posibilidad de un ataque israelí y/o estadounidense contra sus instalaciones nucleares se está acercando peligrosamente y tanto Israel y como los EE.UU. han hecho explícito que «todas las opciones están sobre la mesa», incluyendo el uso de la fuerza para impedir que Irán adquiera armas nucleares. Irán ha jugado dilatado el proceso con el fin de avanzar en su programa nuclear y está trabajando duramente para protegerlo de posibles ataques. La comunidad internacional no debe hacerse ilusiones sobre la posibilidad de avances en las próximas conversaciones técnicas en Estambul el 3 de julio. A menos que Irán detenga el enriquecimiento y de permiso a las inspecciones de la OIEA, las conversaciones se encontrarán con el mismo destino que todos los intentos de negociación anteriores … El vínculo entre el programa nuclear de Irán y la inestabilidad en Siria no puede ser exagerada.»
(2) Silo, Cartas a mis Amigos: *La democracia real frente a la democracia formal*