Incluso el Congreso de Colombia expresó hoy su preocupación. Parece inaceptable la inmunidad que tendrán los militares de Estados Unidos que operarán desde bases castrenses colombianas, conforme al acuerdo militar negociado por ambos países.
La cancillería colombiana anunció el cierre de las negociaciones del polémico acuerdo militar con Estados Unidos, que incluye la instalación de tropas estadunidenses en siete bases militares ubicadas en zonas estratégicas de Colombia.
La senadora Alexandra Moreno dijo que la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso le expresó al gobierno del presidente Alvaro Uribe Vélez su preocupación por el tema y le exigió definir *»algunas reservas»* para otorgar ese beneficio.
*»Nosotros le expresamos al gobierno y al ministro de Defensa (Gabriel Silva) que hiciera algunas reservas o excepciones en cuanto a la inmunidad»* a los militares estadunidenses que operarán desde siete bases colombianas, subrayó la legisladora independiente.
La inminente instalación de estas bases militares de Estados Unidos en Colombia provocó una enérgica protesta del gobierno de Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez las considera una amenaza contra la seguridad de su país y el resto de la región.
Para Sudamérica, se observa que la inversión en armamento militar, según el Centro de Estudios Nueva Mayoría de la Argentina, llegó en 2008 a $ 51 110 millones, lo cual significa un incremento del 30,2% en relación a 2007. Es una cantidad cercana al monto de las remesas que los migrantes envían a la región. Pero más allá del momento en de crisis económica en que esto sucede, lo más claro y preocupante es lo que representa: una escalada armamentista altamente preocupante, basada en la concepción de *“guerra preventiva”* propia de la política de la administración norteamericana anterior a la llegada de Obama al poder.