En medio de la barbarie que nos rodea y alcanza en estos días aciagos, entre la indignación y la rabia, se cuela la esperanza y crece una fe profunda en el ser humano, en su intención, en la posibilidad futura de eliminar la violencia, de superar el dolor y el sufrimiento.
Y frente al temor paralizante o a los caminos que conducen al resentimiento y la venganza, nos rebelamos denunciando al opresor y proclamando nuestra liberación.
¡No podrán matar la Vida, asesinos!
Ustedes que mandan a sus perros-soldados drogados a matarnos cuando reclamamos pacíficamente lo que es de todas y todos…
Ustedes que sacan los carros lanza-gases a las calles cuando nos manifestamos de manera noviolenta…
Ustedes que llevan décadas, siglos… explotándonos, esclavizándonos, desapareciéndonos, cuando nos rebelamos…
Ustedes que utilizan los recursos de todas y todos para enriquecerse…
Ustedes que venden al mejor postor los recursos que nos roban condenándonos a la miseria…
Ustedes que nos niegan sanidad universal y educación gratuita y de calidad para todas y todos…
Ustedes sí que están muertos, muerto su espíritu por traicionar a su pueblo
Ustedes son asesinos y la Historia los juzgará por ello
No comprenden
Que ustedes y sus hijos son las primeras víctimas de su guerra
Que cada soldado-perro drogado tiene enfrente a miles de intenciones humanas
Que cada vida arrebatada se está transformando en energía y fuerza para luchar más y más
Que cada ojo perdido está aprendiendo a mirar desde otra altura
Que ustedes nos han ayudado a declarar la paz entre nosotros
Que nos han unido reconociendo en la mirada del otro al hermano que un día desapareció
Que cada flor arrebatada preñará la tierra con millones de semillas
Ustedes, asesinos, lo intentan cada día pero… ¡Somos semillas de Luz, no podrán matar la VIDA!