Estas procesos de construcción de posiciones comunes han estado orientados por tres ejes de
reflexión, debate y síntesis:
– causas estructurales de la crisis e injusticias sociales y ambientales, falsas soluciones y
nuevas formas de acumulación de capital sobre los pueblos y los territorios.
– soluciones reales y nuevos paradigmas de los pueblos.
– agendas, campañas y movilizaciones que unifican el proceso de lucha anticapitalista después
de Río +20.
En la primera asamblea de convergencia, cada una de las cinco plenarias compartió los resultados
en torno al primer eje, es decir, causas estructurales, falsas soluciones y nuevas formas de
acumulación de capital. Las conclusiones de cada plenaria han sido trabajadas a partir de dos
criterios centrales. Por una parte, el respeto a la diversidad. En este sentido, se ha buscado que
las conclusiones de cada plenaria recojan al máximo posible la distintas posiciones y prioridades
marcadas por los participantes. Por otra parte, la certeza de que no será posible revertir la lógica de
muerte del capitalismo si no somos creativos en la construcción de nuevas relaciones entre seres
humanos, entre hombres y mujeres, entre seres humanos y naturaleza.
Como es lógico, cada plenaria enfatizó los temas relacionados con la temática central. Sin embargo,
todas las plenarias marcaron como causas estructurales de la crisis el propio sistema de producción
capitalista, la concentración del poder y la riqueza, un modelo económico que prioriza los intereses
de las corporaciones y no las necesidades de las personas y las comunidades, la mercantilizacion
de la vida, la naturaleza, la tierra, los alimentos y todos los bienes comunes, el modelo consumista,
la financiarización de la economía, la colonización de la comunicación y la cultura imponiendo un
discurso único.
Del mismo modo, en la identificación de falsas soluciones, las cinco plenarias arrojaron múltiples
coincidencias: la clara tendencia a imponer una nueva fase del capitalismo bajo el disfraz de
la “economía verde”, a insistir que la solución a las necesidades y problemáticas locales está en la
tecnología, a poner precio a los bienes comunes, la economía verde y todos los mecanismos para
ponerla en marcha, los acuerdos de libre comercio, entre otras.
Esta primera asamblea, que contó con la participación de cientos de personas, se cerró con la una
afirmación clara: queremos un nuevo futuro para las próximas generaciones y para la tierra misma.