Por Mabel Cruz

Ayer estuve en la marcha de los viernes por el clima aquí en Estocolmo. En esta ocasión los jóvenes invitaron a los adultos. Nunca había visto una manifestación con tanta gente en estos 34 años que llevo en Suecia. Amplia franja, desde lactantes en sus cochecitos hasta las ”Abuelas por el Futuro”.

Por un lado leer los carteles escritos con letra infantil era un placer para el intelecto porque no se trataba de bonitas frases abstractas sino de comentarios duros, de datos claros y sobre todo remarcando la responsabilidad que tiene en todo esto el avaro sistema económico y sus gobiernos.

Por otro lado los ”jóvenes” de los años 60-70 caminaban acompañando a sus nietas y nietos con la fuerza recuperada de quienes tanto se manifestaron entonces para conseguir los derechos del que hoy gozamos todos, especialmente las mujeres en este país. Era una síntesis visual de 60 años de historia. Un dato interesante fue que la aún poderosa unión de trabajadores estaba presente con sus carteles. Interesante, ya que se ha estado discutiendo en estos días si es que los adultos que se sumen la huelga no lo hacen de modo ilegal, ya que no convoca el sindicato, cuyos dirigentes dicen que el clima no es un problema laboral. ¿Se atreverán a llamar a una huelga por el cambio climático oficialmente desde el sindicato? Sería ciertamente un hito mundial.

Pero a lo que quiero referirme es a los debates sobre Greta. A algunos aspectos del paisaje cultural del que Greta surge, porque si miro el ambiente en el que ella crece, entonces este evento se me aparece como parte muy interesante del proceso. Quiero remarcar tres puntos de este paisaje en relación a Greta.

Primero, una de las cosas que me sorprendió cuando llegué hace 34 años a Suecia, era el espacio real en tanto individuo que ocupaban en la sociedad los niños, niñas y adolescentes. No sólo dando sus razones y su pensar mirando, desafiantes como toda juventud, a los ojos a los adultos que los escuchaban atentos, sino que sus opiniones sopesaban tanto como las de los mayores a la hora de decidir la vida de la familia. Claro que todavía había quien digería con dificultad este hecho, pero ningún adulto osaría decirles “no le conteste a los mayores” o “cállese mocosa mal educada”. Ese tema que para mí era fantasía entonces, ya hacía años estaba trabajado en la sociedad sueca.

Segundo, Suecia es un país que trabaja con el tema del medio ambiente hace muchísimos años, lo cual como bien dice Greta, de todos modos no alcanza y hay contradicciones pero sobre todo descarada hipocresía: en casa santos y en África barremos pueblos enteros por las minas de diamantes, y Greta lo tiene claro. La educación en este país ha estado muy coloreada con el tema ambiental en los últimos 40 años, con un partido verde desde 1981 que con subidas y bajadas ha participado en varios gobiernos, incluido el actual. Mis hijos ya fueron a escuela primaria especializada en medio ambiente, hablo de por lo menos hace 17 años; y así fue que en casa pasamos de tener dos tachos de basura a tener 8 (Suecia recicla el 90% de su basura), nos sumamos a todas las horas por la Tierra habidas y por haber, cocinamos arrodillados en la chimenea e iluminados a vela, boicoteamos a McDonalds por sus cajas de plástico hasta que ”vencidos” por los niños y niñas las cambiaron a cartón reciclable para después hacer propaganda de ”su gran conciencia ecológica”. Mi hijo Roberto a los 10 años creó su propio partido político: el “Partido por los cuices”, cuyo lema era ”Basta de disparar a los animales por diversión”. Hizo sus panfletos y pancartas y yo conocí a la primera afiliada (aún conservo la pancarta), se manifestó en la escuela y manifestamos juntos en el jardín de casa, a los gritos de nuestro lema. Y todo esto incentivado por trabajos escolares. Roberto hoy con sus 21 años, al igual que una gran mayoría de los jóvenes de su edad, es vegetariano desde hace varios años por el tema del clima.

Tercero, los niños son responsabilidad de la sociedad toda y no sólo de los padres. Esto implica por ejemplo que a las niñas y niños no se les echa por mala conducta de una escuela, porque el tema es de todos; sólo si el problema es muy grave, se lo cambia a otra institución pedagógica con el apoyo y supervisión necesarios para familia y niños. No se les deja libres por faltar a la escuela, por que nadie quiere ver niños en la calle, hay otros medios de presión; si fuera un problema, se ve como resolverlo entre autoridades escolares y padres. Y lo que es mucho más importante, la atención escolar de niños con Asperger/ autismo está desarrollada para la detección temprana; el tratamiento se hace en la propia escuela si es posible o en escuelas diferenciadas, para llegar rápido a la reintegración en las escuelas comunes. Así que si tienen problemas de conducta, se sobrelleva desde la sociedad o sea desde el Estado: con apoyo escolar, médico o psicológico, hasta asistentes personales que se sientan al lado de las niñas y niños con problemas durante todo el día escolar. Y claro que aún así sigue habiendo niños que no logran el apoyo necesario o a tiempo, pero se trabaja en ello.

Greta nos cuenta que comenzó sola su manifestación incentivada por un proyecto escolar. En este contexto, Greta es parte del proceso en Suecia, representa muy bien a sus coetáneos, además es una joven muy inteligente y estudiosa, sus notas son ”A” excepto por tres materias con ”B”. Que Greta surja en un país con alto nivel social, con gran experiencia en trabajo y educación medio ambiental, pero también lleno de contradicciones que no se ocultan, donde los jóvenes tienen voz y parte, entonces ya no es fácil decir que Greta es un invento, porque tiene su contexto y contención. En un momento histórico en que la ignorancia, la negación y la avaricia se expresan en estos países poderosos como nunca antes, Greta es una bofetada del/la propia hija. Por cierto la prensa sueca recién le vino a dar una página central cuando todo explotó en el mundo, y no antes.

Greta sale desde la opulencia a sumarse y a poner altavoces a las jóvenes de los pueblos originarios, para denunciar a los máximos exponentes de la hipocresía del sistema. Ver a Greta, a Bruno, a Autuumn, a Zulaikha, verlos juntos, es un gusto. Se complementan, son parte de lo mismo. No me cabe duda que ya están asediados por las grandes corporaciones para poder darle la vuelta a esto que saben muy bien que es una fuerte amenaza a sus intereses. Y leemos de las barbaridades que se hablan de Greta, por supuesto pronunciadas por los detractores idiotas y los poderosos que le temen.

Aunque se fotografían con ella, Greta les sigue diciendo en su cara ”¿Cómo se atreven? N0 mientan más”. Yo tengo esperanza, no solo por el tema del clima que es de suma importancia, sino sobretodo porque estos jóvenes ya no solo piensan sino que comienzan a hacer y están aprendiendo/experimentando el significado de su propia fuerza.

Hay mucho por andar y sin duda está el peligro de que la/los manipulen, obviamente. Pero no hay marcha atrás. La evolución humana no es lineal, sino exponencial. Todo va muy rápido, elijo creerle a Greta, a Bruno, a los jóvenes activistas de los pueblos pobres, asesinados y avasallados en su medio ambiente y a todos los jóvenes que se sumen a ellos. Mi apoyo, y sobre todo mi esperanza, va con ellos.