Por Florencia Varas*
La Iglesia Católica tiene presencia en Chile desde 1540 cuando se inicia la conquista del territorio chileno por los españoles y fue la religión oficial del estado hasta 1925. Poderosa en el siglo pasado, tuvo gran relevancia política en la destitución del presidente Balmaceda (1888 a 1891) por sus leyes laicas y la separación de la Iglesia del Estado. Muy conservadora en temas valóricos, se opuso a la promulgación de la ley de divorcio y no admitía en los colegios católicos a los hijos de padres separados.
Sus estrictas normas hacen que los abusos sexuales por parte de los sacerdotes más conocidos, en las últimas décadas hayan sido de gran desconcierto en los sectores católicos y producido el alejamiento de la gran mayoría, que ha emigrado a las Iglesias Evangélicas, sobretodo en sectores populares. Según las ultimas estadísticas del año 2007, solo un siete por ciento de los 65,5% de la población chilena que se reconoce como católica, asiste a servicios religiosos.
La Iglesia católica chilena tuvo un gran prestigio moral y político para los creyentes de derecha en los gobiernos conservadores hasta 1960, y para militantes de izquierda por la defensa de los Derechos Humanos en tiempos de la dictadura militar ( 1973-1990). La Iglesia católica creó la Vicaria de la Solidaridad y denunció las violaciones a los derechos humanos en el régimen del general Pinochet.
Sin embargo, las denuncias que se iniciaron silenciosamente en 1980, provocaron una crisis irremediable .
En la actualidad las denuncias son múltiples, la última de ellas involucra al arzobispo, ex presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Bernardino Piñera (103 años), tío del presidente de la república, Sebastián Piñera, cometida a un menor de edad, hace 50 años atrás. Denuncia que está siendo investigada por la Iglesia.
El Sacerdote Fernando Karadima fue acusado de abusos sexuales, cometidos en su parroquia, donde se rodeaba de jóvenes pertenecientes a la alta sociedad chilena. Conocidos miembros de una élite social recurrían a él como confesor. Su influencia y conexiones con altas autoridades de la Iglesia hizo que los primeros abusos denunciados fueran ocultados y archivados por las autoridades eclesiásticas.
Luchando contra la jerarquía de la Iglesia, en 1980 tres jóvenes: James Hamilton, hoy día médico de profesión, Fernando Batlle y Carlos Cruz, iniciaran una larga batalla judicial por los abusos sexuales a los que habían sido sometidos siendo menores de edad. Solamente en el año 2011 consiguieron que la Santa Sede declara culpable y sentenciara al párroco a una vida de penitencia.
Muchos otros casos de abusos cometidos por sacerdotes se han conocido en los últimos años, el más controvertido ha sido el del jesuita Renato Poblete, Capellán encargado de las obras sociales del Hogar de Cristo, fallecido el 18 de febrero de 2010 a los 85 años. En su homenaje, se inauguró en 2015 un parque fluvial, Parque Renato Poblete, y una estatua en su nombre, que fue retirada en 2019 cuando se conocieron diversos casos de abusos sexuales y de poder cometidos por él entre 1960 y 2008. La denunciante, declaró que fue obligada a abortar tres veces y a tener sexo con otros hombres, mientras el sacerdote Poblete observaba.
Paradojalmente, Chile se ha convertido en un país con leyes conservadoras promovidas por la Iglesia católica, que no tienen ninguna sintonía con las generaciones de jóvenes nacidos desde 1974 hacia adelante. Estas generaciones en su gran mayoría no pertenecen y no se interesan por ninguna religión organizada. Los que se interesan por una búsqueda espiritual lo hacen por ellos mismos, eligiendo entre los numerosos caminos y Maestros espirituales que existen en la actualidad.
Estamos llegando al final de las religiones organizadas, en Chile sin duda, entre los jóvenes menores de 40 años y los más viejos que hace mucho ya estaban fuera de la Iglesia.
*Florencia Varas es periodista, agregada cultural en Inglaterra desde 1990 a 1994, ex corresponsal de los periódicos The Times y Sunday Times, de Londres.