En un comunicado de prensa publicado el día 14.08.2019, UNAIDS (el organismo que se ocupa de VIH/SIDA de la ONU) da la bienvenida a Winnie Byanyima al puesto de Directora. Byanyima tiene más de 30 años de experiencia en liderazgo, diplomacia y filantropía. Originaria de Uganda, se ocupó de cuestiones de género y desarrollo a través del PNUD y en sus primeros pasos fue miembro del Parlamento de Uganda. Lleva el aire de una fuerza femenina africana. Winnie Byanyima tomará el cargo tras el controvertido mandato de 10 años de su predecesor, Michel Sidibé, acusado de indecencia y algunos escándalos. Las organizaciones que se ocupan de los problemas de acceso de pacientes con VIH/SIDA a menudo se encuentran en la incómoda posición de tener que escribir cartas explicando que hay que redefinir el papel del Director en dicha organización, pidiendo a otras organizaciones que se movilicen en contra de éste. Sidibé es ahora Ministro de Salud en su natal Mali.
La posición que ha sido cubierta por Winnie Byanyima desde anteayer requiere un manejo sutil y decisiones valientes. Primero, digamos que existen diferentes actitudes de los gobiernos hacia las poblaciones enfermas o afectadas por el virus, desde negarse a proporcionar datos a la comunidad internacional hasta las penas de prisión. El VIH/SIDA prevalece en los grupos más vulnerables, como los usuarios de drogas intravenosas, los gays, trabajadores/as de sexo y las poblaciones migrantes. Las políticas severas contra estos grupos están produciendo un estigma, lo cual es un obstáculo clave para abordar las estructuras de salud estatales de manera temprana y con la duración requerida. En segundo lugar, la industria farmacéutica introduce tratamientos de supresión de virus de alta expectativa de vida (y aún no cura) a precios extremadamente altos, lo que hace cada vez más difícil para los sistemas de salud, incluso en Occidente, asegurarlos, igual como la prevencion (PrEP) y los diagnósticos. La cuestión de veinte años de patentes y el gran lobby farmacéutico sigue afectando a las poblaciones de todo el mundo. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud aún no ha podido coordinar los esfuerzos de investigación a nivel internacional para finalmente alcanzar una vacuna contra el virus.
En este panorama, la comunidad puede acoger con beneplácito el nombramiento de una mujer africana con experiencia en liderazgo político, pero también pide una acción política más clara, no solo un equilibrio. ¿Está preparado el Organismo de la ONU para tomar medidas más decisivas hacia el cumplimiento del objetivo final de vencer a la enfermedad para 2030? ¿Se animará a una mujer africana a orientarse en esta dirección? ¿Logrará romper los reflejos arterioscleróticos de dicho Organismo? ¿Encontrará las alianzas correctas dentro y fuera hacia esta dirección?
Winnie Byanyima, después de haber asumido el cargo, dijo: «Es un privilegio tener este puesto en UNAIDS en un momento tan crítico para el VIH. El fin del SIDA como amenaza pública para 2030 es un objetivo que la gente puede lograr, pero no subestimo el alcance del desafío que tenemos por delante. En cooperación con todas sus agencias asociadas, UNAIDS debe continuar hablando por los olvidados, para ayudar a promover los derechos humanos, ya que esta es la única forma de poner fin a la epidemia».