Por Mahboob A. Khawaja

¿La civilización nos ha enseñado a ser más amigables unos con otros? Preguntó Bertrand Russell, filósofo e intelectual británico, y explica: …Dentro del rebaño somos más amigos unos de otros que muchas especies de animales, pero en nuestra actitud hacia los que están fuera del rebaño, a pesar de todo lo que han hecho los moralistas y los maestros religiosos, nuestras emociones son tan feroces como las de cualquier animal, y nuestra inteligencia nos permite darles una capacidad de acción que les es negada incluso a las bestias más salvajes. Se puede esperar, aunque no con mucha confianza, que la actitud más humana prevalezca con el tiempo, pero hasta ahora los presagios no son muy propicios.

El Pueblo de Cachemira vive en Negación de su Libertad

La historia convirtió a la India y Pakistán en enemigos y la geografía en vecinos. Nunca aprendieron de la historia y la geografía a ser naciones amigas. El Estado de Jammu y Cachemira es el centro de todos los problemas políticos y estratégicos que caracterizan la naturaleza de las relaciones entre los dos rivales nucleares. Bajo el actual gobierno del BJP, la India está manchada por el nacionalismo hindú y sus connotaciones ideológicas y normativas asì como por la supremacía del pensamiento. Pero su reclamo unilateral sobre el pueblo de Cachemira niega el acto constitucional británico de libertad para ambos estados y no tiene las características de verdad, sabiduría y honestidad para afirmar una justificación moral e intelectual. Hay más de una docena de Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la disputa de Cachemira aceptadas por India y Pakistán que piden que se celebre un plebiscito (referéndum) en el que se respete el derecho a la autodeterminación del pueblo de Cachemira. Si ambos países fueran responsables de los asuntos mundiales, un referéndum imparcial podría haber sentado las bases para una solución pacífica entre Jammu y Cachemira.

Esta semana, el Parlamento indio ha cambiado el estatuto de Cachemira sin ningún consentimiento ni referencia al pueblo de Cachemira mediante una disposición legal de sus propios documentos. La extraña democracia en el trabajo, en violación de sus principios básicos, hace que se cuestione la esencia del secularismo indio de Farooq Abdullah muchas veces ex primer ministro de la Cachemira administrada por la India. La corrupción en la ley y las falsedades no cambian el comportamiento y el intelecto humano. Los líderes políticos de conciencia y de la humanidad nunca podrán imponer la animosidad a personas inocentes.

India y Pakistán deberían aprender de la historia y respetar los derechos del pueblo de Cachemira

Pasar de un enfrentamiento humanitario a un conflicto militar a gran escala entre las dos naciones nucleares del subcontinente no es la estrategia del ingenio y la visión de futuro política. El portavoz de la ONU expresa su preocupación por la extrema militarización de la región de Cachemira. La razón yace en la negación de los derechos básicos de las masas de Cachemira, el pantano político se apodera de la emboscada traidora. Ambos países están arraigados en una conspiración militar para probar armas en el pueblo de Cachemira y manipular la conciencia pública por razones políticas. Mentalidad catastrófica que deshace un futuro sostenible para ambas naciones. ¿Podrían los líderes ser personas razonables para respetar el derecho a la autodeterminación y dejar que las masas de Cachemira decidan su propio futuro, ya sea unirse a la India o a Pakistán o permanecer independientes con algunas relaciones de colaboración con ambos países?

¿Pueden la India y Pakistán aprender una lección de la historia contemporánea y abordar el tema con una visión proactiva para lo mejor de todos los pueblos del subcontinente? Los informes de los medios de comunicación presentan pruebas de actividades militares trágicas y anormales en toda la Cachemira administrada por la India. La gente del valle es encerrada y se le niega la libertad de movimiento. Muchas aprehensiones políticas falsas y reivindicaciones sobre Cachemira podrían tener consecuencias terribles e inevitables, dado que ambas naciones poseen arsenales nucleares. La verdad sobre Cachemira es invariable, como lo fue en 1947 en el momento de la partición de la India colonizada por los británicos y como lo fue cuando ambos países aceptaron las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para un arreglo pacífico por la disputa de Cachemira. Cualquier medida unilateral bajo el acto parlamentario indio 370 es una estrategia ilusoria y egoísta de tiranía impuesta contra las masas inocentes de Cachemira. Felizmente, la verdad no es transitoria ni adaptable al letargo político de ninguna nación o líder. Cuando los líderes competentes, enriquecidos con la capacidad moral e intelectual, dirigen una nación, aplican una sabiduría basada en el conocimiento y los hechos de la historia para la benevolencia y la justicia humana, y ciertamente no para la malignidad y el engaño político.

¿Podría la comunidad mundial persuadir a la India y Pakistán para que lleguen a una solución pacífica? El siglo XXI es una era de globalización. La crisis en una parte del mundo afecta a todos los habitantes de la Tierra. Nosotros, la humanidad, vivimos en coexistencia con la Naturaleza de las cosas dentro del Universo. Si tendemos a ser ciegos a los requisitos humanos básicos de los derechos humanos, la justicia social y la paz, tendemos a desafiar y negar la armonía y justicia cósmicas en las que existimos como humanidad. Estos pensamientos e ideales no son ajenos a la historia clásica de la India. Sin embargo, los políticos parecen cuestionar los cánones de la racionalidad y la justicia cuando se trata de los derechos del pueblo de Cachemira. Nadie puede justificar ninguna razón para reflexionar sobre las exigencias despectivas incompatibles que perturban la vida social, económica, política y humanitaria de las masas de Cachemira. Cachemira nunca fue parte integrante de la India ni de Pakistán. Durante el Raj británico, siguió siendo un estado independiente fuera del dominio colonial británico. Todas las líneas de vida económicas, geográficas y políticas de Cachemira pasan por Pakistán.

Nosotros, la humanidad, nos enfrentamos a un precedente extremadamente peligroso para la resolución pacífica de conflictos y es urgente que las Naciones Unidas y la comunidad mundial, como asociados, descubran la verdad y la sabiduría de la mediación para el establecimiento de la paz de todas las perplejidades y falsas reivindicaciones y contrademandas sobre Cachemira. No hay sabiduría en sintetizar una espantosa pretensión legal y política de negar la libertad al pueblo de Cachemira. Hay muchos centros moral y políticamente iluminados en la India y Pakistán para rechazar la falsa acción legal y apoyar la verdad histórica que permanece inalterable en su  existencia atemporal de que los derechos del pueblo de Cachemira deben ser respetados y ser el enfoque central para articular un futuro mejor para todos. Si los activistas políticos indios o pakistaníes emocionalmente cargados piensan en cualquier solución militar, se equivocan y se equivocarán después de los hechos. Podría ser un misterio engañoso de autodestrucción sin resultados favorables. Sólo los líderes estúpidos e irresponsables pueden optar por esta estrategia para resolver un conflicto internacional. Ambos países necesitan un despertar hacia el autoanálisis racional y la construcción de un futuro pacífico. Todas las manifestaciones y los gritos de los agentes emocionalmente estresados no se traducen en acciones lógicas tangibles. Uno se pregunta por qué Pakistán no organizó una sola conferencia internacional sobre Cachemira. ¿Por qué la ONU no permitió a los cachemires la libre circulación y libre comercio en ambas partes? Los pakistaníes han perdido 50 años bajo monstruos políticos corruptos: Bhuttos, Zardari, Sharif y Musharaf. Deberían pensar de forma crítica y colectiva y ver en el espejo cómo reconstruir la capacidad moral e intelectual tras 50 años de cultura política decadente y mantenerse firmes en la protección de los derechos del pueblo de Cachemira.

Durante mucho tiempo deberían haber sabido lo que la India estaba planeando hacer. El primer ministro indio Moodi, bajo el gobierno del Partido Popular Indio, está haciendo lo que afirma que hará de la India una nación más productiva y militarmente fuerte. Bajo un liderazgo corrupto, los pakistaníes no tenían un plan estratégico sobre Cachemira ni sobre su futuro. Si el Primer Ministro Imran Khan está tratando de salvar la brecha entre el tiempo y la historia, no es un trabajo fácil y no hay una solución rápida para restaurar un sentido de cohesión política a través de muchas líneas divididas de pensamientos políticos dentro de Pakistán. Las masas deben darse cuenta de cómo perdieron tiempo y oportunidades para el cambio político y para reconstruir un Pakistán estable que proteja sus intereses nacionales y su posición dentro de la comunidad mundial. Sus antiguos dirigentes carecían de toda capacidad moral e intelectual para defender al pueblo de Cachemira. Todos ellos eran ineptos, corruptos y criminales que robaron el tiempo y la riqueza de la nación para comprar palacios en el extranjero. Los pakistaníes deben hacer un examen de conciencia y pensar críticamente cómo hacer un cambio de dirección para asegurar su interés nacional, libertad y un futuro productivo y sostenible. Ambas naciones tienen lazos de amistad con Rusia, China, EE.UU. y las naciones de Europa Occidental, los líderes de estos países deben tomar iniciativas para hacer que la India y Pakistán entiendan la estrategia de la paz y las relaciones de buena vecindad como una medida preventiva para detener una terrible guerra futurista. Bertrand Russell resumió inteligentemente los ideales humanos:

Las ideas morales a veces esperan a los acontecimientos políticos y a veces los superan. La fraternidad del hombre es un ideal que debe su primera fuerza a los acontecimientos políticos….La actualidad es el momento más importante y crucial que ha enfrentado jamás a la humanidad. La cuestión de si la humanidad se verá sumida en un desastre sin precedentes, o si alcanzará un nuevo nivel de felicidad, seguridad, bienestar e inteligencia depende de nuestra sabiduría colectiva durante los próximos veinte años. No sé qué elegirá la humanidad. Hay razones graves para el miedo, pero hay suficientes posibilidades de una buena solución para que la esperanza no sea irracional. Y es sobre esta esperanza sobre la que debemos actuar.


El Dr. Mahboob A. Khawaja se especializa en asuntos internacionales, seguridad global, paz, resolución de conflictos y asuntos internacionales con intereses en culturas y civilizaciones islámicas y occidentales comparadas; es autor de varias publicaciones, incluyendo las más recientes: Paz Global, Seguridad y Resolución de Conflictos: Enfoques para entender los problemas actuales y futuros. Lambert Academic Publishing, Alemania, octubre de 2017.


Traducción del inglés por Armando Yánez