Tecnología y relaciones sociales, ¿un arma autodestructiva con el pretexto de acercarse a una vida de mayor confort?
Vivimos en la era donde el auge de la tecnología esté, posiblemente, en su nivel más alto. En Bangladesh, y en Dacca en particular, observamos cambios significativos en el modo de vida del mundo urbano debido a la tecnología, inimaginables tan solo 15 años atrás.
El comportamiento y el estilo de vida de la gente de Dacca cambiaron radicalmente. Las formas de las relaciones sociales se fueron modificando a medida que la gente se acostumbró a tener acceso a los aparatos de la modernidad como el celular o las computadoras portátiles para poder navegar por Internet y acceder a “últimas” redes sociales como Facebook Twitter, eBuddy, Skype, Mig33, Linkedin, etc. La influencia de esos medios tecnológicos está altamente presente no solo en Bangladesh sino que en todo el mundo.
En 2011, fuimos testigos de cómo Facebook pavimentó el camino hacia la “Primavera Árabe” en Túnez. Hoy, ya en 2014, no podemos ignorar el impacto que este desarrollo tecnológico tiene sobre los vínculos entre las personas. Este cambio en las relaciones es un tema que debe analizarse con precaución.
En el contexto de los países en desarrollo la relación entre tecnología y relaciones sociales exige una atención especial. Es interesante constatar que este cambio se ha producido con gran rapidez y ya no se trata del escenario europeo o estadounidense, donde la gente está acostumbrada a estos repetidos y veloces cambios tecnológicos. En el contexto de Bangladesh se trata de todo un conjunto nuevo de experiencias en cuanto a la forma de mantener las relaciones a través del lente de estas tecnologías como los celulares y las redes sociales en Internet.
Las redes sociales de internet son muy populares entre los habitantes de las zonas metropolitanas. Los compromete con una serie de propósitos, desde el mero entretenimiento a las cuestiones más serias en materia de debates políticos, económicos y sociales, y tienen la oportunidad de volcar sus puntos de vista sobre cualquier tema como más les guste.
Comparado con los medios impresos convencionales, en los sitios como Facebook y Twitter la gente tiene mayor capacidad de llegar a la masa y allí desarrollarse en un patrón activo. No solo son lectores, también son escritores. Hoy estos usuarios se han hecho dependientes de los sitios donde la gente elige los artículos de blogs o notas de Facebook para informarse sobre algún tema en particular en lugar de buscar en artículos especializados o en libros. Definitivamente esto se puede tomar como una ventaja pero también puede generar superficialidad o noticias erróneas, además de las noticias o los conocimientos que están lejos de ser auténticos o constructivos.
Como estamos hablando de los pro y los contra de las tecnologías, no hay que olvidarse que las tecnologías no son algo que podamos controlar. En cambio, es innegable que controlan tanto nuestra mentalidad como nuestro estilo de vida. Aunque el avance de la tecnología no se puede negar, hay otras cuestiones que habría que considerar seriamente.
Por ejemplo, ¿acaso debemos controlar la tecnología para que nos facilite la vida o dejar que ella nos controle por completo y deteriore nuestra vida social? –son preguntas importantes que es necesario ponderar. Así como vamos, la segunda opción suele ser el factor que predomina. En lugar de controlar a la tecnología para que nos facilite la vida, esta nos controla y nos hace la vida mucho más complicada que antes.
En particular, la telefonía celular y las redes sociales en internet sin lugar a dudas han facilitado la comunicación entre las personas, pero también han hecho que las personas estén más desconectadas entre ellas en el sentido de que se redujo la necesidad de interactuar personalmente.
La socialización de las generaciones jóvenes es bastante vulnerable al uso excesivo de la tecnología y esta es una de las principales razones por las que hemos aumentado la inactividad como comportamiento de socialización. Por exceso de dependencia en los artefactos tecnológicos, la juventud deja de interactuar con el otro fuera de su hogar. Además, un efecto es que disminuye la amplia gama de actividades que las generaciones anteriores solían hacer.
Esta señal alarmante debe considerarse con toda seriedad. Si echamos una mirada a la sociedad moderna de la urbe nos encontraremos con una gran cantidad de personas que sufren de estrés mental, que muchas veces pasa desapercibido o desatendido. Este aislamiento es bastante abrumador para cualquier persona.
Sin duda las tecnologías nos han ofrecido muchas cosas nuevas pero aún es necesario analizar sistemática y cuidadosamente su efecto en la sociedad. Una vez hecho esto vendrá el gran momento de repensarlas analizando el papel que cumplen en nuestra vida cotidiana. A menudo nos alteran física y mentalmente. Con frecuencias estos efectos negativos se transforman en graves problemas relacionados con el estrés que debemos atender.
De una mirada rápida, podría percibirse que la disponibilidad de las tecnologías redujo la distancia entre las personas. Pero si nos detenemos en la sociedad actual veremos que para mantener vínculos personales estamos mucho más orientados a la tecnología. Es claro que esta tendencia deteriora las formas que van tomando las relaciones sociales. Son épocas en que todos debemos volver a pensar en cómo se podría implementar el desarrollo tecnológico para ser mejores personas no solo para llevar una vida más confortable sino para desarrollar vínculos sociales de una manera sana y estable.
Al-Birunee y Priangka Dasson coautores de este artículo, con Niamat Ullah Sarker, todos estudiantes del Departamento de Estudios de Desarrollo (Department of Development Studies) en la Universidad de Dacca, Bangladesh.
Traducción Cecilia Benítez