El Occidente de Abraham se expandió tres veces: el Islam 622-1492, de la Península Ibérica a las Filipinas; el Cristianismo desde 1492 por los cinco continentes; y el Judaísmo desde 1948 en Medio Oriente. A su paso, han dejado y dejan tremendos choques de civilizaciones, muchas extinguidas.
Consideremos los hechos básicos de la distribución del poder. Una forma fue la pura conquista. Otra, el colonialismo, a menudo iniciado culturalmente por misioneros que hicieron realidad las palabras de Mateo 28:18-20 *(a)*; continuó en la esfera económica con la extracción de los recursos a cambio de poco o nada; se perpetuó militarmente – con frecuencia pagado por intereses económicos – para proteger las ganancias contra los insurgentes; y culminó en el campo político con la bandera y el palacio de gobierno y una elite local, a control remoto y sobornando a las fuerzas de seguridad. El imperialismo fue sin bandera y con una embajada como palacio.

Hace su entrada la descolonización en el orden opuesto: un cambio de ropaje y toma del palacio que halla nuevos modos de sobornar a las elites locales; se mandan a paseo las guarniciones extranjeras, pero conservando algunas para que entrenen a las propias; se mantiene el patrón económico de comercio de los recursos por perlas y juguetes para las elites; y se sostiene la cultura occidental por encima de las opiniones y los estilos del mundo local. ¿Cómo resultó el balance?

No tan mal para el antiguamente colonizado Sur.

Culturalmente, el Sur tiene una diversidad lingüística y religiosa increíble: religiones universales como el Islam, el Hinduismo y el Budismo y filosofías como el Daoismo y el Confucionismo, y una inmensa variedad de otras. Por encima de esto se halla su dominio de los idiomas y las religiones de los imperios (incluso de los zares negros y rojos): los tres cristianismos, el judaísmo y sus descendencias laicas. El Norte, guiado por el racismo y la arrogancia cultural no aprendió nada, y guardó en museos y en unos pocos académicos lo que debió haber asimilado.
Económicamente, el Sur cuenta con una enorme diversidad de recursos y, por lejos, de mano de obra. Sí, el Norte tiene el capital acumulado en medio milenio de explotación, por el Reino Unido en general y los banqueros judíos centrados en Londres – como la House of Rothschild – en particular, y por Estados Unidos en general y los banqueros judíos de Wall Street en particular, siendo la principal articulación los masones anglo-americano-judíos. Precisamente ahora se encuentran en un caos financiero totalmente generado por ellos mismos.

Sí, el Norte tiene la tecnología, los medios de producción acumulados a través de medio milenio de monopolio de los avances en el procesamiento de recursos y en la elaboración de materias primas. Y el Norte tiene la capacidad de dirección adquirida en medio milenio de administración global de sus imperios, la tierra y los pueblos robados.

La empresa multinacional (TNC) se construye alrededor de estos tres conceptos. Y la ODA, Official Development Assistance (asistencia oficial al desarrollo), es la cría de un padre imperial y una madre cristiana samaritana de mala conciencia, que corrompe las nuevas elites de funcionarios con dinero de ayuda (véase en Der Spiegel, 31/2009 la opinión del embajador alemán Seitz sobre el total fracaso de 50 años de la ODA en África).
Militarmente, el Norte tiene los medios básicos de destrucción y una comparativa ventaja perfeccionada a lo largo de medio milenio de aplastamiento de “insurgencias” en el Sur: una increíble brutalidad, como lo fue el asesinato de millones que el terrorismo de estado, Estados Unidos-Reino Unido, orquestó en contra de “pinchazos de aguja” terroristas.
Y políticamente el Norte está al mando, con el dominio de una ONU anglo-estadounidense, condicionada también a proteger el hogar de los judíos, Israel, con la misma increíble brutalidad respaldada por mandato divino, ignorando las resoluciones de la ONU de 1969 *(b)*, y protegida por el veto de Estados Unidos *(c)*.

El Sur tiene una infraestructura económica-cultural y el Norte, una superestructura política-militar. El Sur tiene sólo los restos del NAM (Movimiento de No Alineados), que actualmente está resurgiendo, y el Grupo del 77. Un equilibrio inestable. Algo va a ocurrir y pronto. Como unas Naciones Unidas del Sur y un Comando Militar Conjunto del Sur, contra la intervención.
Y comercio Sur-Sur. América Latina está abriendo el camino, incluso con un patrón comercial en bienes y servicios que satisfacen las necesidades básicas de los más necesitados, como Cuba prestando servicios de salud a Argentina que entrega carne Venezuela que entrega petróleo a Cuba (ALBA). Y por el otro lado del globo está el comercio del sudeste asiático alrededor de los gigantes pioneros Japón y China, con una teoría económica japonesa (Kaname Akamatsu), en lugar de occidental.

¿Por qué África ha quedado tan atrás? Porque, partiendo de la esclavitud, el colonialismo se prolongó más tiempo y la descolonización fue más reciente: dos siglos atrás en América Latina, apenas medio siglo atrás en África. La descolonización cultural interna ha avanzado mucho más en América Latina que en África. Y en la actualidad están vendiendo vastas áreas de tierra cultivable a una organización gigantesca que invierte en tierra para biocombustibles y carne vacuna, alimento de automotores y gente rica. En 1950, 2.500 millones personas en el planeta tenían 5.600 m2 de tierra arable per capita; en 2000, 6.100 millones tenían 2.300 m2; y en 2050, 9.100 millones podrían tener sólo 1.500 m2 (Der Spiegel, 31/2009).

Esto no puede pasar. El Sur debe aprender de América Latina: organizarse, unirse, tener banco y TV propios (Al Jazeera es un excelente comienzo), no aprender de la estúpida economía occidental, sino de la propia experiencia, no importar la tecnología occidental que destruye naturaleza, humanos, estructuras y culturas, sino generar la propia tecnología; construir sobre una historia y una sabiduría increíblemente ricas, como lo hace hoy Morales en Bolivia. No ser como la India, crecimiento sin distribución, aprender más de China que combina los dos, pero no se vuelve dependiente.

Y por sobre todo: consideren su infraestructura Sur-Sur; las comunicaciones no son tan malas, sólo deben crear su propia www; en cambio, el transporte de personas y bienes es terriblemente caro y está en manos del Norte. Hagan el suyo propio. Que los estudiantes estudien Sur-Sur y aprendan unos de otros crítica y constructivamente. No deben adoptar el tipo de pensamiento del Norte, que ocasionó vuestros problemas.

(a) *Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo:*
*Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.*

(b) *Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (ONU 1969) Esta Convención promueve los principios universales de derechos humanos, al considerar que todos los hombres tienen derecho a igual protección ante la ley contra todo tipo de discriminación racial y segregación; y afirmando que toda doctrina de superioridad es científicamente falsa, moralmente condenable y socialmente injusta.*

(c) *Estados Unidos vetó la resolución de la ONU que condenaba las masacres diarias de Israel contra el pueblo palestino.*

Profesor de Peace Studies (Estudios de la paz). Fundador de TRANSCEND en 1993: A Peace y Development Network (Red de paz y desarrollo). Fundador de TRANSCEND Peace University (Universidad de la paz), TRANSCEND Media Service (Servicios de medios), TRANSCEND University Press (Prensa universitaria), TRANSCEND Peace Service (Servicios de paz), TRANSCEND Research Institute (Instituto de investigación). Nacido en 1930 en Oslo, Noruega; Dr. en Matemática, 1956; Dr. en Sociología, 1957; Fundador de International Peace Research Institute (Instituto internacional de investigación por la paz), Oslo 1959, Journal of Peace Research (Periódico de investigación por la paz), 1964

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