Este sábado 29 de junio, pese a los 40 grados de calor, 60.000 personas -según los organizadores- recorrieron el centro de Madrid hasta el Ayuntamiento para exigir que no se elimine Madrid Central.
Se trata de un proyecto de reducción de tráfico, puesto en marcha por el anterior equipo de gobierno de Manuela Carmena, para hacer de Madrid una ciudad más saludable.
Decenas de miles de personas, bajo un calor abrasador, han recorrido el centro de Madrid para exigir que se mantenga el plan de Madrid Central, puesto en marcha por el anterior gobierno municipal de Manuela Carmena, con el objetivo de rebajar la contaminación en la ciudad.
La Plataforma por la Defensa de Madrid Central, convocante de esta movilización, ya ha anunciado que seguirá con acciones de protesta si este lunes -como ya ha avisado- el actual consistorio de José Luis Martínez-Almeida del Partido Popular levanta las sanciones por circular dentro de la zona, sin el permiso correspondiente.
Yetta Aguado, de Madres por el Clima y una de las personas que portaban la pancarta de cabeza, ha defendido Madrid Central «por tratarse de una medida imprescindible para mejorar la salud de nuestros pequeños… como ya lo han demostrado los recientes informes de Ecologistas en Acción y Greenpeace».
Sobre qué consecuencias puede tener la eliminación de Madrid Central respecto a una nueva subida de la contaminación, Adrián Fernández de Greenpeace nos recordaba que «Europa puede sancionar a España por no respetar los límites de emisión de CO2 y que estas sanciones las pagaremos todos los ciudadanos».
Cuando preguntamos a Inés Sabanés -concejala por Más Madrid y que mucho tuvo que ver con la puesta en marcha de Madrid Central- sobre la rápida respuesta de la ciudadanía ante el anuncio de su eliminación por parte del actual alcalde Martínez-Almeida, respondió que «es lógico ya que, en su momento, el equipo de Carmena ha contado con muchas organizaciones que están hoy aquí y ha recabado un buen número de informes para poner en marcha la medida. Algo que no ha hecho el actual equipo de gobierno y que tendrá que explicar en qué se basa para decidir lo que ha anunciado».
La manifestación convocada por colectivos ambientalistas, organizaciones vecinales, asociaciaciones de padres y madres, etc. terminó ante la puerta del Ayuntamiento de Madrid en la plaza de Cibeles, donde dos estudiantes de bachillerato, Martín Moro y Silvia Ibarra, leyeron un manifiesto.
Moro explicaba con datos «la contaminación atmosférica es responsable de la muerte prematura de 38.600 personas», para reclamar después una «ciudad más saludable, confortable y segura». Este estudiante de 18 años terminó con un «Debemos cambiar nuestros hábitos. La situación no acepta más moratorias».
Por su parte Silvia Ibarra, de 14 años, defendía que las posiciones ideológicas no podían oponerse al bien común y exigía que Madrid Central siguiera.