Los científicos han descubierto que la microgravedad no afecta a la capacidad de fecundación del semen humano congelado.

Los investigadores de Dexeus Mujer y de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) han demostrado que el semen congelado mantiene su viabilidad en condiciones de ingravidez en el espacio, por lo que podría servir para hacer reproducciones de la especie humana fuera de la Tierra.

Como en un vuelo espacial

Durante este experimento, los gametos masculinos estuvieron expuestos a condiciones semejantes a las que ofrece un vuelo espacial —sobre todo, en cuanto a ingravidez y frío— y, posteriormente, diversas pruebas confirmaron su aptitud para concebir nueva vida.

“La concentración, motilidad, vitalidad y fragmentación del ADN espermático no sale alterado en ninguno de estos tests, comparados con las propiedades en condiciones de gravedad de la Tierra”, ha indicado la investigadora Montserrat Boada, que lideró este estudio, presentado el pasado martes durante el 35.º Congreso que la Sociedad Europea de Reproducción y Embriología Humana, celebrado estos días en Viena (en Austria).

“Si en un futuro tenemos que reproducirnos fuera de la Tierra, ¿cómo debería ser? Tal vez la reproducción asistida sería la técnica más comúnmente utilizada”, ha especulado Boada.

Estos especialistas emplearon 10 muestras de esperma de 10 voluntarios sanos, dividieron cada una en dos fracciones —una para someterla a ingravidez y otra de control— y congelaron todas en nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero.

Las muestras destinadas a microgravedad viajaron dentro de un contenedor en una avioneta, que realizó una veintena de acrobacias aéreas y las expuso a condiciones de ingravidez durante ocho segundos en cada viraje.

Un análisis posterior reflejó que no había diferencias significativas entre las muestras en ninguno de los parámetros mencionados, de acuerdo con los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Contexto experimental

El centro Dexeus Mujer se ha adelantado a otras iniciativas similares, como el proyecto Micro-11 de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés), que ni siquiera ha presentado sus resultados preliminares.

Al respecto, Boada se ha quejado de que existe “un acceso muy limitado” a los reales, que les permitiría verificar los resultados obtenidos. No obstante, su equipo intentará en vuelos espaciales validar sus conclusiones, tanto con mayores muestras de esperma —incluso no congeladas— como en períodos más largos de exposición.

La radiación es uno de los factores que más perjudican la calidad y la viabilidad del semen fresco en el espacio y ya hubo estudios que confirmaron una disminución de su motilidad, ha explicado la científica.

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