Por: Doris Balvín.
Ayer fue la segunda marcha global convocada por “Viernes por el futuro” en Lima – Perú un movimiento de adolescentes y jóvenes de todo el mundo que hacen un llamado a los habitantes del planeta y a sus gobernantes a tomar acción por el clima ahora. Ellos reclaman que se escuche a los científicos de todo el mundo agrupados en el Panel Intergubernamental contra el cambio climático que dicen que si no tomamos acción ahora en 11 años se puede desatar una reacción en cadena que no podremos detener ¿Las consecuencias de ello? No veremos más el mundo que conocemos y eso incluye a la supervivencia de la especie humana.
Para mí fue un momento de gran conmoción interna ver allí el germen de la nueva sensibilidad: el cuidado con el que se preparó la marcha, las consignas que arengaban, las palabras de Kiara una de las jóvenes adolescentes que cerró la marcha.
Se convocó a los jóvenes a asistir llevando sus carteles pero cuidando de no contaminar ni provocar situaciones de violencia, es decir una movilización que convoca a la noviolencia y atiende al cuidado del ambiente.
Escuchar y vivar consignas creadas por los organizadores como “El cambio está en tus manos, el cambio está en tus pies, el cambio es para ahora y no para después”, o “Futuro, futuro te quiero cambiar…”, “De este a oeste queremos aire limpio cueste lo que cueste” entre otras, que afirmaron mi esperanza en que la especie humana trascenderá esta crisis y que esta etapa solo quedará como un trago amargo en el largo recorrido de la especia humana.
El llamado de Kiara diciéndonos que ya no es momento de transicionar, que es momento de revolucionar, de revolucionar nuestro estilo de vivir, de producir, de pensar me dejó inspirada. Ella también advierte que estamos atravesando la mayor crisis que enfrenta la humanidad en la historia, así como la necesidad de declarar la emergencia climática ahora.
Por último dejó una profunda reflexión: “los poderes con los que nos enfrentamos son muy grandes, hombres con corbata con inmensas sumas de dinero y un sistema político, social y económico corrompido que ha dictado cada uno de nuestros pasos desde que nuestros padres tuvieran conciencia, pero lo más grande es lo que se para detrás de nosotros, generaciones y generaciones de personas que con su mente y corazón lucharon para la continuidad de nuestro mundo y ahora nos toca a nosotros luchar y no podemos fallar, porque de esto depende nuestra supervivencia”.