Atenas falla al actuar en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea frente a la detención de niños migrantes

Por Eva Cossé

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos hace poco constató lo que muchos saben desde hace tiempo: que la práctica de encerrar en celdas policiales y centros de detención a niños migrantes sin acompañamiento y solicitantes de asilo en Grecia conduce a graves abusos contra los derechos humanos.

Pero a pesar de esa resolución, al 30 de marzo, 82 niños sin acompañamiento seguían retenidos en la llamada “custodia de protección”, siendo mantenidos en celdas de estaciones de policía o centros de detención para inmigrantes en todo el país.

Human Rights Watch ha descubierto que los menores detenidos son forzados a vivir en circunstancias insalubres, muchas veces junto a adultos que no conocen, y que también pueden ser abusados o maltratados por la policía. La detención también puede tener consecuencias a largo plazo en estos niños, incluyendo ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, pérdida de la memoria y daños en su desarrollo.

Para empeorar las cosas, puesto a que están encerrados, estos niños -que pueden haber soportado experiencias terribles mientras escapaban de zonas de guerra- son muchas veces incapaces de obtener atención médica, orientación psicológica, o asistencia legal. Pocos saben siquiera los motivos de su reclusión o cuánto tiempo van a estar entre las rejas.

Eso es lo que ocurrió con nueve niños sin acompañamiento -seis de Siria, dos de Irak y uno de Marruecos, de entre 14 y 17 años – que formuló una situación en la Corte Europea del 2016, quejándose por ambos, su retención y las circunstancias de la misma.

El tribunal ha determinado y hallado finalmente que la detención de los niños infringió su derecho a la libertad y que las circunstancias en las distintas estaciones de policía los expusieron a un trato degradante. Rechazó el argumento de que la detención era imprescindible para proteger a los niños. Y decretó que Grecia había infringido el derecho de los niños a impugnar su detención y solicitar una solución para la situación en estaciones policiales.

Los niños sin acompañamiento en Grecia no deberían pasar otro día encerrados en una sucia celda de policía. El gobierno griego debe responder a la resolución del tribunal trasladando de manera inmediata a los niños que están actualmente bajo custodia policial a albergues libres y seguros. Grecia también debería trabajar en incrementar su capacidad de acogida, encontrar alternativas de detención, y llevar a cabo un programa de familia de acogida comprensiva instaurado en 2018, que también beneficiaría a los niños griegos.


Traducción del inglés por Sofía Guevara