Por Comunicación de la Red Jubileo Sur Américas, especial de la Ciudad de Guatemala
Las mujeres fueron la mayoría en la V Asamblea Regional de la Red Jubileo Sur Américas, evento que marca los 20 años de la entidad y que tuvo lugar entre los días 1 y 4, en la Ciudad de Guatemala, Guatemala. Entre los 52 participantes, 34 eran mujeres. El protagonismo femenino presente, sin embargo, va más allá de los números, se destaca también en las prácticas diarias de luchas en los diferentes territorios. En Guatemala no es diferente.
Margarita Valenzuela, de 56 años, es dueña de una sonrisa ancha, manos grandes y una fuerza inmensurable. Madre de cuatro hijos, es coordinadora nacional de la Asociación Coordinadora Nacional de Pobladores de zonas marginales de Guatemala (ACONAPAMG), entidad anfitriona de la asamblea. La guatemalteca ya lideró procesos de ocupación de terrenos abandonados en la periferia de la Ciudad de Guatemala para que cientos de familias tuvieran acceso a la vivienda.
“Nuestra lucha es por el derecho a la vivienda ya la educación. Comenzamos en 1976 y hoy, el déficit habitacional en Guatemala es de un 1,5 millón de viviendas. “Ocupamos tierras sin uso, tierras embargadas, queremos recuperar esas tierras del Estado o del municipio y tener la certeza jurídica de las tierras tomadas”, dijo Margarita durante una visita de los participantes de la asamblea a la Comunidad Solar 2, uma de las comunidades de las que ayudó en la ocupación y en las prácticas de organización popular.
Bajo un toldo adornado por globos, en una comunidad pobre y que desde hace siete años organiza, los participantes de la asamblea experimentaron la gastronomía local preprada por las mujeres de la comunidad. Mientras algunos comían, Margarita hablaba de la lucha de años. “No ha sido fácil la lucha. La primera compañera que fue asesinada, Carmem Sagostome fue asesinada por 56 tiros porque luchaba por la vivenda, por su vivienda. También hemos sido perseguidos, criminalizados, judicializados. Fui condenada a dos años por actos de resistencia, y ahora estoy respondiendo a un proceso del Ministerio Público. Quisieron callarme, pero no me callan “, dijo emocionada.
Margarita nunca está sola. Antes de ingresar en un territorio en busca de la vivienda, ella recurre a la sabiduría de sus antepasados. Margarita es guía espiritual del pueblo maya. “Es por eso que hemos vencido algunas luchas, con nuestras abuelas y abuelos, nuestros antepasados. “Ellos nos dan fuerza, coraje”, reveló la guatemalteca.
En una de las comunidades que Margarita motivó la ocupación, la “La Nueva Esperanza” con 250 familias, encontramos a Rosário Jimenez, de 36 años, viuda y dueña de un rostro que aparenta mucho más edad, Rosário tiene tres hijos, dos hijas pequeñas estaban al lado mientras conversamos: Angie, 10 y Gandenda, 5. El mayor, con 17 años, estaba estudiando.
Las familias viven en la precariedad ya bien conocida en las periferias de todo el mundo: casas improvisadas, falta de saneamiento básico, de agua potable, de derechos. Hay inseguridad alimentaria. “No contamos con el alcalde, con nadie. Aquí estamos sin agua, sin luz. “Esa es una propiedad privada, pero cuando vimos que estaba abandonada, ocupamos y estamos dispuestos a pagar una mensualidad para el propietario”, dijo Rosário al lado de sus pequeñas, ya con las lágrimas por el resto.
“Sólo Dios sabe el motivo de que yo y mis hijos estén pasando por eso”, dijo la madre conversando con el reportaje y observando a sus pequeñas que corrían por la ocupación detrás de un perro. Rosario es viuda y para sobrevivir ha hecho y vendido dulces y bocadillos de pollo. “Soy trabajadora, sólo necesito un hogar para mí y mis hijos”.
La visita a las comunidades en Guatemala fue parte de la programación del primer día de la asamblea, que contó también con la presencia de la feminista maya Q’eqehi – xinka Lorena Cabnal, de la Comunidad Territorial TZK’AI- Red de Senadoras Ancestrales del FCT en Ximntew-Guatemala. Lorena hizo un análisis histórico-estructural sobre las violencias aplicadas en los cuerpos, por ella comprendidos como territorios que son diariamente atacados en el sistema capitalista.
Cabnal también dejó su solidaridad a las mujeres como Margarita y Rosario que resisten y luchan por los derechos constitucionales en sus territorios. “Invito a las mujeres a sentirse acogidas y fortalecidas. Acogidas en sus posiciones políticas, a partir de sus cuerpos-territorios, para que nuestras hermanas que están siendo criminalizadas, judicializadas, perseguidas, en situación de lesbo-político continúen defendiendo su territorio-cuerpo. Envio un abrazo y que de esta Asamblea se renueve la defensa de los cuerpos políticos. Recibimos nuestra fuerza, nuestra lucha y nuestra solidaridad “.
Para otra compañera de la Red de Sanadoras Ancestrais del FCT en Ximntew-Guatemala, que no puede ser identificada por medidas de seguridad, es de suma importancia la lucha que las organizaciones desarrollan contra los megaproyectos, pero hay que ir más allá. “No podemos luchar contra el patriarcado de fuera, si dentro de nuestra casa, de nuestras comunidades estamos siendo violadas”, denunció.