La ciudadanía se ha organizado y ha protagonizado jornadas de lucha que
constituyen un hito en el proceso de verdadera y necesaria regionalización
del país.
Y es que Aysén ha sido símbolo de postergación, escasez de recursos, lento
desarrollo, así como de un centralismo económico, político, social y
cultural que no se ha logrado superar.
Se necesita avanzar hacia una República Federal, con mucha más autonomía y
poder en las regiones, con elección de autoridades locales de toda índole y
democracia real, no meramente formal. Así también, avanzar en conectividad,
recursos e institucionalidad que promueva un desarrollo regional,
sustentable en lo ambiental y con justicia social.
En ese sentido, los puntos demandados por la población, cuentan con una
gran validez y apoyo nacional, lo que no ha sido bien leído por un gobierno
inexperto, conservador, represor de la libre expresión y comprometido con
el actual sistema inhumano que se vive en Chile.
Por eso, en las calles de todo Chile, y en todos los espacios con que se
cuenta, los Humanistas afirmamos no sólo solidaridad para con este
movimiento, sino que somos parte de éste y seguiremos en acción hasta que
se escuche la voz de la calle. Al mismo tiempo continuaremos denunciando la
impresionante represión policial que se ha desatado con jóvenes, mujeres y
niños habitantes de la zona y que ha llegado a instancias internacionales
para la verguenza de nuestra historia como nación.