Un nuevo informe de la CSI revela abusos a gran escala de las normas laborales en la construcción del Nuevo Aeropuerto de Estambul, que han provocado ya la muerte de al menos 52 personas. El Gobierno ha ignorado múltiples señales de advertencia, permitiendo que el principal consorcio implicado en el proyecto de construcción socave sistemáticamente las normas laborales.
“La impunidad con la que se ha permitido operar a los magnates de la construcción resulta chocante, en marcado contraste con el duro trato que reciben los trabajadores”, comentó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
En septiembre de 2018, unos 10.000 trabajadores tomaron parte en una manifestación pacífica en protesta por las condiciones de trabajo inseguras en la obra de construcción. No obstante, en lugar de sentarse a dialogar con los trabajadores y sus representantes sobre cómo mejorar las condiciones de seguridad, la dirección optó por recurrir a fuerzas de seguridad privadas. Se les sumaron agentes de la gendarmería para dispersar a los manifestantes, procediendo a numerosas detenciones; sobre algunos de los trabajadores detenidos siguen pesando cargos penales.
“Este proyecto trajo muchas promesas: la promesa de creación de empleo y la promesa de que la inversión muy necesaria beneficiaría a la población de esta histórica ciudad global. Muchas familias trabajadoras creyeron en ellas, pero las decisiones del Gobierno han tenido consecuencias desastrosas. Las normas laborales han sido vulneradas, y no ha sido una excepción sino la regla. Se ha venido ignorando queja tras queja, hasta que los trabajadores ya no pudieron aguantar más y decidieron actuar en defensa de su seguridad y su dignidad. La respuesta del Gobierno fue la represión y el encarcelamiento”, explica la Sra. Burrow.
Los trabajadores y sus sindicatos señalaron reiteradas veces dormitorios insalubres, condiciones de trabajo inseguras, robo de salarios y el impago de las cotizaciones a la seguridad social. El informe de la CSI revela que el consorcio Istanbul Grand Airport (IGA), principal contratista en la construcción del aeropuerto, ha cometido graves violaciones de las normas internacionales del trabajo y de la legislación internacional respecto a los derechos humanos, en general.
“La negativa por parte del Gobierno a respetar sus obligaciones como miembro de la Organización Internacional del Trabajo ha costado numerosas vidas, destruyendo las esperanzas y aspiraciones de decenas de familias de las víctimas y de todos aquellos que simplemente reclamaban su derecho a un trabajo decente y seguro. El Nuevo Aeropuerto de Estambul se ha convertido en un ejemplo de la codicia corporativa y de la captura de los Gobiernos a manos de poderosos intereses comerciales”, afirmó Burrow.
La CSI exige a los contratistas involucrados la readmisión de todos los trabajadores despedidos. IGA debe entablar de inmediato un diálogo con los representantes de los trabajadores para llevar a cabo una auditoría independiente con objeto de garantizar condiciones de vida y de trabajo seguras e higiénicas, y el pago de la totalidad de los salarios y beneficios.
El Gobierno turco debe suspender los procesos judiciales contra los trabajadores que participaron en la protesta y retirar todos los cargos penales, además de cumplir sus obligaciones de respetar la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva.
Leer el informe completo (en inglés) aquí