Por Ramiro Gómez*
Están pasando cosas extrañas en América latina, parecía muy dispuesta a aprobar en un principio, la invasión por fuerzas extranjeras en Venezuela, a poco andar se le levantaron los militares a Bolsonaro y al parecer se ha dado un golpe blanco en ese país, según informaciones que aparecen en diarios brasileños. Aunque muchos piensan que aquí en Brasil la prensa ha exacerbado el tema, para tapar otros que que se venían venir.
A unos cuantos les llueve sobre mojado con la enorme protesta femenina que se incorpora a la lucha contra la injusticia social.
Aquí tiene la opinión de medios de prensa en Brasil. A lo mejor pueden ser incómodos para algunos, en todo caso vale la pena leerlos para estar algo más informado. No todo lo que brilla en un principio, es al final oro.
“Juan Guaidó, Iván Duque y Mike Pence, los tres que hoy se quedaron solos en su locura bélica contra Venezuela. Uno de los tres no gobierna ningún país y América Latina empieza a pensar con su propia cabeza, a aislar a los tontos y a dejar solos a los lamebotas losde Estados Unidos.
He ahí el resultado: el General Mourão “le cantó las cuarenta” a Mike Pence, dijo que Brasil no está dispuesto a hacer el trabajo sucio de nadie y todos los demás países del Grupo —salvo Colombia, que a esta altura ya le arrebató a Chile el lugar de prostituta favorita de Occidente— echaron para atrás y descartaron invadir Venezuela. De cierta forma, lo que pasó allí y los medios no van a decir es que América Latina se les paró de manos a los yanquis. Más allá de la orientación ideológica de cada gobierno, quedó claro que solo los colombianos están dispuestos a ser carne de cañón para los intereses de los Estados Unidos en Venezuela.
Ahora bien, ¿por qué? Porque en el mundo ya quedan pocos tontos como Colombia. La mayoría de los países ya comprendió que no es un buen negocio ponerse en frente a los que ascienden (China, Rusia e India, básicamente) para caerles bien a los que descienden (los Estados Unidos y Occidente en general). Lo que está empezando a existir en América Latina es la conciencia de que la hegemonía estadounidense ya cayó y que estamos viendo la simulación de esa hegemonía. Y si China dice que no se metan en Venezuela porque habrá sanciones para los involucrados, entonces no hay Mike Pence ni Donald Trump capaces de convencer de lo contrario.
Sin ir mucho más lejos, el 27% de las exportaciones de Brasil en la actualidad tiene como destino a China, quedando los Estados Unidos muy por debajo con un 11,9%, según datos del Índice de Comercio Exterior (Icomex), elaborado por la Fundación Getulio Vargas, una suerte de INDEC en Brasil. Los militares de Brasil saben perfectamente que esto es así y no están dispuestos a buscarse una bronca en Beijing por hacerle un favor a Washington. Favor que, por lo demás, implicaría la inmundicia y vileza de entrar a matar hermanos americanos para favorecer los intereses de una potencia.
Más de un cuarto de las exportaciones de Brasil a China. Por mucho menos que eso los generales brasileros regañaron a Bolsonaro a principio de enero: apenas asumido, Bolsonaro determinó la mudanza a Jerusalén de la embajada de Brasil en Israel. En represalia, los países musulmanes cerraron la importación de carnes a Brasil y eso es insignificante comparado con todo lo que compra China. Los militares brasileros no están dispuestos a agradar a Israel ni a los Estados Unidos, ni a nadie, si eso resulta en un daño a la economía de su país.
La verdad está a la vista, aunque los medios la oculten y sigan insistiendo en la “necesidad imperiosa” de derrocar al “tirano sangriento” Nicolás Maduro. Los yanquis ya no tienen el músculo que solían tener y otra vez se equivocaron en el cálculo. Ahora les quedan dos opciones: enviar a los colombianos a morir en la frontera de Venezuela a manos de las FANB y de los milicianos armados, o emprender la invasión con sus propios marines. Claro que, si hacen lo segundo, se exponen a dos grandes peligros, que son las probables sanciones de China y el derrumbe de su economía, por una parte, y no lograr el objetivo, empantanarse y salir humillados de Venezuela, por otra, como pasó en Vietnam, en Afganistán, en Irak y, más recientemente, en Crimea y en Siria.”
*Ramiro Gómez es un comunicador alternativo latinoamericano experto en temas como el Medio Oriente, la revolución cubana, Nicaragua, Colombia, la revolución Bolivariana, la Unión Soviética y la Guerra Civil española.