Estamos a punto de llegar al primer aniversario del crimen de Marielle Franco, concejala de Rio de Janeiro asesinada a tiros por expolicías ligados a la familia presidencial brasileña.
Los acusados de disparar contra Franco y su chofer han sido detenidos: Elcio Vieira de Queiroz, de 46 años, conducía el coche que siguió al de la política, con él viajaba Ronnie Lessa, de 48, quien utilizó una subametralladora cargada con municiones compradas por la Policía Federal.
Vieira tenía en su perfil de Facebook una foto suya con el presidente Jair Bolsonaro, Lessa vive en el mismo condominio de Barra de Tijuca donde vivía hasta asumir la presidencia, Bolsonaro.
Claro que ser un vecino no te condena, pero hay algunos indicios más. El hijo menor de Bolsonaro, Jair Renán, fue novio de la hija de Lessa, a quien se le encontraron numerosas armas en los allanamientos de sus propiedades.
Pero también se encontraron notebooks y PC, con las que se pudo ver que había realizado una investigación de inteligencia de los lugares que frecuentaba Franco y el diputado Marcelo Freixo, con quien había trabajado ella durante años, antes de ser candidata.
La fiscalía asegura que el crimen se preparó hasta el último detalle con, al menos, tres meses de antelación, pero sigue siendo una incógnita quién ordenó el asesinato de la concejala que combatía las mafias policiales.
Los dos expolicías formaban parte de un grupo de sicarios conocidos como Oficina del Crimen. Los jefes de esa banda criminal eran el capitán Adriano Magalhães de Nóbrega y el mayor de la Policía Militar Ronald Paulo Alves Pereira, el primero prófugo y el segundo detenido desde enero por otros crímenes. Pero ambos habían sido homenajeados y alabados por Flávio Bolsonaro en la Asamblea Legislativa. De hecho, la madre de Magalhães era asesora del diputado hasta noviembre pasado y está involucrada en delitos de desvío de fondos y maniobras de lavado de dinero, en una investigación que también salpica a la primera dama, Michelle Bolsonaro.
De todas maneras la relación de los Bolsonaro con sicarios y milicias ilegales es extensa y está muy bien documentada, solo falta que la justicia pueda avanzar con las investigaciones. La hermana de un condenado por asesinatos era la tesorera de la campaña electoral de Flavio Bolsonaro, solo por citar un ejemplo.
No es de extrañar que la memoria de Marielle Franco se haya convertido en el leitmotiv principal de la Escuela de Samba Mangueira ganadora de los últimos carnavales de Rio de Janeiro. Su figura, su lucha y su legado hacen temblar la continuidad del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil.