Los recientes sucesos en Oriente Medio y el Norte de África demuestran el trágico impacto del comercio no regulado de armas y la urgente necesidad de un Tratado sobre el Comercio de Armas fuerte, ha declarado una coalición de organizaciones no gubernamentales entre las que figura Amnistía Internacional con motivo de las cruciales conversaciones que se desarrollarán en Nueva York esta semana. Un acuerdo global sobre el comercio de armas, afirma el grupo, impediría transferencias irresponsables de armas que cuestan muchas vidas inocentes y alimentan los conflictos internos, como sucede en Siria.
Esta semana se reunirán en Nueva York los diplomáticos para una ronda final de conversaciones preparatorias en torno al Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) de ámbito global cuya negociación final será en julio. En la actualidad no existe ninguna regulación global sobre el comercio de armas convencionales, lo que hace que sea demasiado fácil que las armas terminen en manos de quienes cometen abusos contra los derechos humanos.
“Lamentablemente, hay demasiados países en implosión ahora mismo que señalan la necesidad de un Tratado sobre el Comercio de Armas enérgico. También es deplorable que Rusia alegue que es responsable seguir enviando armas a un régimen que está bombardeando a sus ciudadanos —afirmó Jeff Abramson, coordinador de la Coalición Armas Bajo Control—. Un TCA enérgico con criterios resistentes de derechos humanos dejaría claro que no deben realizarse transferencias de armas cuando exista un riesgo considerable de que sean usadas para matar a civiles y cometer abusos contra los derechos humanos. La venta de cualquier arma a Siria en este momento es sencillamente atroz.”
Las reuniones de esta semana se dedicarán en gran medida a las normas de procedimiento para las negociaciones de julio, incluido si se presenta un texto que han negociado los países enérgicamente en los últimos dos años o si se parte de cero. Algunos Estados, como Pakistán y China, presionan ahora para que se ignore el texto de la Presidencia como base real de las negociaciones y se empiece a redactar un complejo acuerdo jurídico internacional en unos días en julio.
“Los Estados tienen la oportunidad histórica de contribuir a salvar vidas y medios de subsistencia poniendo bajo control el mortífero comercio de armas —añadió Abramson—. El reciente caso de Viktor Bout muestra la realidad de que los traficantes de armas se permiten el lujo de actuar en un vacío legal y dirigen su mortífero negocio con total impunidad. Esto debe terminar, y el proceso del Tratado sobre el Comercio de Armas es nuestro mejor modo de atajar el problema.”
Más de 100 participantes de la sociedad civil de todos los continentes asistirán a las conversaciones como parte de la Coalición Armas bajo Control, recientemente nominada para el Premio Nobel de la Paz 2012. La delegación está integrada por laureados con el Nobel de la Paz, parlamentarios, supervivientes de la violencia armada, abogados, activistas, expertos en política y profesionales de la salud.