Por tercera vez, desde que los alcaldes son elegidos popularmente, Bogotá se queda sin alcalde por mandato de una decisión administrativa. La primera vez, fue Juan Martin Caicedo , retirado de la alcaldía por un juez que lo encarceló por su presunta participación en los auxilios a los concejales (el exalcalde fue absuelto de los cargos que se le imputaron); después vino la suspensión de Samuel Moreno en 2011; ahora el turno es para Gustavo Petro. La destitución de Gustavo Petro implica que la ciudad pasará nuevamente a la interinidad, en dos años ha tenido cuatro alcaldes, una crisis de institucionalidad que afecta tanto el presente como el futuro de la ciudad. Al próximo alcalde le esperan retos y oportunidades que deberá sortear para mejorar la calidad de vida de los bogotanos.
El programa Bogotá Cómo Vamos hace un balance de su gestión en 6 temas: cobertura de servicios públicos, salud, educación, movilidad, seguridad y entorno macroeconómico. Bogotá Cómo Vamos recuerda que el próximo alcalde deberá seguir ejecutando el Plan de Desarrollo Bogotá Humana y hace este balance para que los ciudadanos entiendan los desafíos que enfrentará el próximo alcalde y algunos temas en los que la siguiente administración recibe a la ciudad.
En servicios públicos, vale la pena destacar que Bogotá, a diferencia de muchas ciudades de América Latina, es una capital que desde hace tiempo tiene una cobertura del 100% en acueducto, alcantarillado, energía eléctrica y aseo. En los últimos años ha crecido la cobertura de otros servicios como la televisión por cable, la telefonía celular y el internet. La administración de Gustavo Petro profundizó la política del subsidio del agua y llevó el mínimo vital de agua gratuito a los estratos 1 y 2 que concentran el 48% de la población de la ciudad.
En salud, el gobierno distrital no logró reducir el impacto de la crisis del sector en la ciudad. Es importante aclarar que, a pesar de que en Bogotá poco más del 70% de la población es atendida en el régimen contributivo, el riesgo de contraer enfermedades o morir en el régimen subsidiado (que es atendido por la red pública) es más alto. Entre 2011 y 2012 no hubo cambios en la razón de mortalidad materna, pero hubo un aumento de la prevalencia de niñas y niños con bajo peso al nacer y bajó 3% la vacunación. Tampoco hubo avances en la reducción de los nacimientos en menores, a octubre de 2013 se han registrado 351 casos en niñas entre 10 y 15 años y 15.154 en adolescentes entre 15 y 19 años. Para Bogotá Cómo Vamos es preocupante que la administración no estableció metas exigentes para reducir la mortalidad materna e infantil para el cuatrenio.
La educación era uno de los temas bandera de la administración, en 2013 tuvo un aumento significativo del presupuesto en un billón de pesos y propuso ambiciosos planes para mejorar la calidad de la educación pública. La brecha entre colegios públicos y privados es muy amplia: en 2012, 2 de cada 100 estudiantes de colegios privados repitieron el año frente a 8 de cada 100 que repitieron en colegios públicos; en las pruebas Saber 11° de 2012 el 39,5% de los colegios privados quedaron en categoría muy superior frente a 0,32% de los colegios públicos. La alcaldía apenas ha avanzado en 21% la meta de formación de docentes con maestría y doctorado para mejorar la calidad de la educación.
De acuerdo con las cifras oficiales, algunas metas del Plan de Desarrollo han tenido un avance marginal. Únicamente, la gratuidad de grado 0 a 12, el número de estudiantes oficiales con alimentación y el número de estudiantes apoyados con transporte escolar casa-colegio-casa presentan panoramas positivos. Es muy preocupante que la administración no avanzó en la construcción de colegios ni de jardines públicos.
En movilidad tampoco hay avances significativos. En 2013, la administración cobró y debió devolver los recursos de fase II de la valorización aprobada en 2005 y solicitó un cupo de endeudamiento para obras por más de $3 billones. El Plan de Desarrollo se comprometió a construir el 5% de la Primera Línea de Metro, de la que se están haciendo estudios de ingeniería y diseños; también, se propuso construir las líneas de cable aéreo en San Cristóbal y Ciudad Bolívar que fueron incluidas en el cupo de endeudamiento y ya tienen estudios y diseños.
La administración entregó las troncales de Transmilenio de la Calle 26 y la Carrera 10, está construyendo la troncal de la Calle 6 y tiene recursos aprobados para construir las troncales de la Boyacá y las ampliaciones del sistema en las avenidas Caracas, Américas y Villavicencio. También, este gobierno recibió la implementación del Sistema Integrado de Transporte Público SITP y logró poner en funcionamiento alrededor del 40% de las rutas establecidas.
En seguridad, el resultado del gobierno Petro fue positivo, pues en 2012, la tasa de homicidios cerró en 17 casos por 100.000 habitantes y la tendencia hacia abajo se ha mantenido. En este punto es importante resaltar que la disparidad entre las localidades es muy amplia: en La Candelaria y Chapinero las tasas de homicidios se encuentran en un dígito mientras que Los Mártires y Santa Fe tienen tasas por encima de 40 por 100.000 habitantes. Los datos para 2013 indican que la tasa de homicidio podría estar cerca de 13 por cada 100.000 habitantes. También, vale la pena señalar que la Encuesta de Percepción Ciudadana de Bogotá Cómo Vamos ha mostrado una reducción, aunque leve, en la victimización en los últimos años.
Finalmente, las condiciones económicas de la ciudad han tenido una tendencia positiva y los datos disponibles para 2012 o preliminares de 2013 permiten ver que la tendencia se ha mantenido. El crecimiento del PIB en 2012 fue de 5,4% y la inflación se redujo al 2,4%. La tasa de desempleo (preliminar al segundo trimestre de 2013) se ubicó 8,8% por debajo del 9,5% que hubo en 2012. De igual forma, 37% de los bogotanos que respondió la Encuesta de Percepción Ciudadana 2013 indicó que su condición económica ha mejorado en los últimos 12 meses. Es importante indicar que la población en condición de pobreza bajó y se ubicó en 11,6% al finalizar 2012 y el coeficiente Gini, que mide la desigualdad, se ubicó en 0,497, una reducción importante con respecto a 2011. Sin embargo, el programa llama la atención de que la población por debajo de la línea de indigencia se mantuvo en 2% sin cambios en 2012 con respecto a 2011