El secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres ordenó la creación de un plan global contra los discursos de odio, flagelo que calificó como un veneno que dificulta avanzar en los desafíos de la migración.
El anuncio tuvo lugar en la apertura de la 40ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la sede de Ginebra, Suiza.
El secretario general denunció la degradación del clima político en numerosos países del mundo por las declaraciones racistas y de odio. Y aseguró que ese distintivo del desprecio del otro “forma ahora parte de la cultura dominante tanto en las democracias liberales como en los sistemas autoritarios”.
Sin hacer referencia a ningún líder o país en particular, Guterres denunció que las ideas extremistas se usan en la propia propaganda de los partidos y en las campañas electorales.
Frente a estos hechos y el crecimiento alarmante en las últimas semanas de actos antisemitas y discriminatorios en los supuestos países más civilizados de Europa, pidió al consejero especial para la prevención de genocidios, el senegalés Adama Dieng, que se prepare un nuevo plan global de acción que responda a los discursos de odio.
“Hemos visto cómo el debate sobre la movilidad, por ejemplo, fue envenenado por historias falsas que asocian a refugiados y migrantes con el terrorismo y los convierten en chivos expiatorios de todos los males de la sociedad”, expresó Guterres intentando eliminar ciertos prejuicios que acompañan a las críticas al Pacto Migratorio Mundial, al que consideró víctima de una “campaña insidiosa de mentiras”.