El Proyecto CleanIT es una cooperación pública y privada que se ocupa del *“uso ilegal de internet por parte de terroristas y extremistas.”* Debido a que los gobiernos y el mundo empresarial no se ponen de acuerdo sobre medidas que *“limpien”* internet, CleanIT se propone forzar una serie de reglas. Las partes involucradas puede adoptarlas voluntariamente.

**Visión europea**
La visión política o cultural brilla por su ausencia. CleanIT se ocupa de una lista archiconocida de así llamadas amenazas para un internet limpio y seguro. Creada con una limitada visión europea de la realidad. Criminalidad por internet, discriminación, programas ilegales, pornografía infantil y terrorismo son mezclados en la misma olla en un intento de enfatizar la necesidad de un uso regulado de la red.

Peligro político proviene también de todos los sectores de la sociedad:extrema izquierda, extrema derecha, activistas pro derechos de los animales, racistas y fanáticos religiosos. La propagación de imágenes violentas, material de propaganda o manuales de entrenamiento tampoco es permitida.

Es una verdad incómoda: la democratización de internet lleva, efectivamente, hacia una purga. Más allá de unos pocos, nadie está contento con la pornografía infantil o los videos violentos en la red. Pero el problema no se soluciona con quitarlos. Solamente los hace invisibles.

**Tendencias**
La organización, que se financia en parte con dinero europeo, propone que las leyes nacionales describan con claridad el uso ilegal de internet por parte de extremistas y terroristas. Al respecto las opiniones pueden variar. ¿Son los cables de WikiLeaks un peligro para el Estado? ¿Puede el Ku Klux Klan mantener una página web? ¿Son los videos de instrucción de un activista pro derechos de los animales un llamado a la violencia? Las respuestas dependen de quien las dé.

Occidente alabó que la Primavera Árabe se hubiera visto beneficiada por el uso de las redes sociales. Al mismo tiempo exige controles más severos de las mismas redes sociales, foros de internet, mensajes de audio, correos electrónicos y sms, y de evitar la presencia de páginas web *“no deseables.”* Las autoridades egipcias fueron de la misma opinión y establecieron un bloqueo total de internet durante las primeras manifestaciones en la Plaza Tahrir.

**Alerta**
El documento de CleanIT esboza un futuro poco halagüeño, ya que un internet *“limpio”* no se consigue así como así. Todos tienen que estar alertas. No solamente las autoridades y las empresas sino también los proveedores de internet y las organizaciones sociales. Organizaciones pro derechos humanos, iglesias y centros de padres. Usted mismo puede seguramente diseñar un lista de contenido *“no deseable”*.

También la población puede participar. Literalmente: *“usuarios individuales pueden colaborar a través de advertir a los proveedores de internet y a la policía del uso de la red por terroristas y extremistas”*. Bienvenido a Corea del Norte.

Las propuestas no deben ser vistas aparte de la creciente exigencia de terminar con el anonimato en internet. En varias ciudades chinas, los usuarios de Weibo, la variante china de Twitter, están obligados a registrarse con su nombre auténtico. Goggle+ prohíbe el anonimato; Facebook hace denodados intentos por eliminar las cuentas abiertas bajo pseudónimo.

**Buen comportamiento**
CleanIT aclara que las propuestas no son una obligación legal. Solamente son lineamientos. Pero dichas propuestas, a la larga, tendrán vida propia. Si Europa considera que las expresiones extremistas no tienen cabida en internet, China, Indonesia y Siria también lo harán. Cada país sobre la base de su propia legislación y gobierno. De este modo, Indonesia puede seguir tranquilamente con su *“Código de Conducta”*, que debe ser respetado por todo usuario de internet.

El concepto de CleanIT no solamente no ha sido bien pensado sino que lleva, sin proponérselo, cada vez más al uso sin regulación y sin control que los usuarios aprecian tanto. Todo el que pretenda crear orden en el caos cae en la misma trampa. Es imposible pensar en un *“acceso a internet como un derecho humano”* (como el secretario general de la ONU Ban ki-Moon desea) y al mismo tiempo establecer limitaciones a la red. La mejor política es que no haya una política.