Por: Judith Purizaga G.
Un nuevo derecho humano está en ciernes, y como la gran mayoría de estos, es producto de la lucha activa mundial. El nuevo derecho, la Renta Básica Universal (RBU) tiene el objetivo de que cada ser humano cuente con recursos económicos para una vida digna. Y pese a su trascendental impacto, encuentra detractores por doquier, siendo los principales –increíblemente- nuestras propias creencias, los falsos mitos y el sistema actual. No obstante, la historia hará su papel y sin duda alguna, pronto este será inherente a todo ser humano.
En el marco del VI Simposio Internacional “Labrando nuevos caminos” del CMEH, la propuesta de la Renta Básica Universal fue abordada por la periodista española Juana Pérez, quien, a través de un documental y videoconferencia, comentó los alcances de la propuesta. Pressenza presenta a continuación la entrevista a Juana Pérez sobre la propuesta de este nuevo derecho que no solo le devolvería al hombre su dignidad perdida, sino que derriba los mitos del trabajo y el empleo, de la acumulación y distribución de la riqueza; le otorga al hombre condiciones de negociación, y acabaría con la pobreza estructural. “Ponerlo en marcha, que funcione e implementarlo en un país, es la revolución”, señala.
Pressenza: En el marco del VI Simposio Internacional organizado por el Centro Mundial de Estudios Humanistas cuyo título es “Labrando nuevos caminos, lo que falla es el sistema, el cambio está en la acción organizada”, ¿qué se plantea con la denominada Renta Básica Universal?
Juana Pérez: Bueno, yo no soy una representante de la Renta Básica Universal, pero sí soy una defensora de este planteamiento como un primer paso como medida económica hacia un nuevo futuro en lo que tiene que ver no solo en lo económico, sino que abre posibilidades de dar mayor libertad a los seres humanos. Yo soy una ferviente defensora de la Renta Básica Universal.
Una Renta Básica Universal es una asignación que en principio planteamos, sea una asignación monetaria que lo paguen los estados y que se asigne a cada individuo. La renta básica tendría como cuatro elementos que la definen: Una, es individual, es decir, no es una renta que se le da a un núcleo familiar, por ejemplo, sino que se entrega al individuo por el hecho de haber nacido. Defendemos que, por el hecho de haber nacido humano, tendría derecho a una asignación que le permita vivir dignamente.
Es universal, es decir, está dirigida absolutamente a todos los individuos que viven en un Estado. Después, que sea suficiente, es decir, que te permita vivir en condiciones dignas, que permita que tú subsistas, aunque no tengas otro tipo de ingresos. O sea, individual, suficiente, universal e incondicional, que tú no tengas que demostrar si tienes empleo o no, si quieres trabajar o no, si tienes otros ingresos o no, si eres rico o pobre, si eres hombre o mujer… sin condiciones. Así es que, recordando: es individual, es universal, es incondicional y es suficiente.
Pressenza: Me dices sin condiciones… La Renta Básica Universal se diferencia de los actuales programas sociales que asignan otros países a sus nacionales, por su condición de desempleado, por ser mayor de 65 años, o para reducir el índice de pobreza, entre otras… ¿Estas son medidas que se han esbozados quizá como antecedente de este nuevo derecho que plantean?
J.P.: No tiene nada de ver, en realidad. En el caso de la ayuda para pobres, por ejemplo, es para gente que no tiene suficientes medios económicos, y eso ya es una condición para apoyarlos. Es una medida que podemos llamarla “caritativa”. Pero no es un derecho universal que nosotros estamos reivindicando. Que la Renta Básica se convierte en un derecho universal para cualquier persona, desde el más pobre hasta el más rico. Y debería ser el primer derecho universal porque sería el que garantizara que puedes sobrevivir, que el cuerpo sobrevive porque tiene para comer, porque tiene un techo donde vivir, porque tiene para pagar la luz, etc.
Pressenza: Esa condición la diferenciaría de las demás medidas. Las otras medidas han tenido un enfoque económico, pero pareciera que la Renta Básica Universal en realidad rescata la naturaleza fundamental del ser humano que es la libertad, dándole su condición de ser humano. ¿Puedes explicarlo?
J.P.: Claro. Sí tiene un lado económico que es fundamental. Mira que primero, me gustaría hacer una aclaración. Si tú das una renta básica universal e incondicional, tú rompes con ciertos “vicios o dificultades” que plantean las otras ayudas que eran para la pobreza, por ejemplo. Porque hay una tendencia en los países donde se dan, hay una trampa, y es que, para poder recibir esas ayudas a los pobres, tienes que demostrar que no tienes trabajo, que no tienes empleo. ¿Qué ocurre? Por ejemplo, hablo del estado español, que es muy habitual que cuando a ti te objetan un empleo parcial, por unas horas, muy mal pagado, cada vez más precario -como está ocurriendo-, y entonces decides no aceptar ese empleo porque se supone que pierdes esa ayuda que te dan por desempleo. Entonces finalmente, lo que se produce como fenómeno y que ha sido durante décadas es que esas ayudas para pobres, lo que hacen es generar como un porcentaje de población que vive en lo que llamamos pobreza estructural, de la cual no van a salir. Porque es una trampa. Porque es probable que, por ejemplo, yo acepto el empleo y pierdo la ayuda, y luego de dos meses pierdo el empleo, entonces es muy probable que luego ya no me den la ayuda, y me quedo sin nada. Entonces eso me lleva a no arriesgarme a aceptar el empleo. Es una trampa muy complicada y nunca vas a poder salir de eso.
Pressenza: Entonces, eso se convierte en un círculo vicioso de pobreza, del que nunca vas a poder salir de eso…
J.P.: Sí, y eso conecta con eso que tú planteabas de que la renta básica universal no solo es una medida económica, que lo es también, ¿no? Sino que afecta a muchos elementos. Primero, a las creencias que están en la base de la cultura occidental y que dice como maldición bíblica “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, de tal manera que, si no te lo has ganado, no tienes derechos; es muy tramposo, en un mundo donde cada vez hay menos empleo y, que, aunque estés empleado, no necesariamente vives en condiciones de vida digna, porque no tienes un salario digno ¿no?
Bien, ¿qué pasaría con una Renta Básica? Que te mueve ese sistema de creencias. Hay mucha gente que desconoce el tema y dice “pero ¿por qué se le va a dar algo a alguien sino lo ha trabajado? Bueno, pero todos trabajamos, pero eso es otro tema que en otra ocasión compartiremos. Todos trabajamos, aunque no estemos empleados, son cosas diferentes el empleo y el trabajo, no necesariamente son lo mismo. Y ¿qué ocurre? Según a tu pregunta, si yo tengo una base económica mínima para poder sobrevivir, yo tengo mucha más libertad para moverme, para tener mejores condiciones, para tener muchas más ideas e imágenes que me permitan cómo salir adelante, cómo ganarme la vida en otras cosas, hacer otras cosas, con lo cual evidentemente, gano en libertad en muchas maneras. Libertad física, también psicológica; no hay mayor cadena por decirlo de algún modo, que la cadena del sufrimiento y el temor a algo. Por eso, la renta básica se plantea como un derecho emergente de cuarta generación, los anteriores son derechos de libertad, sociales y ahora están los emergentes, que todavía no están reconocidos.
Pressenza: En este sistema actual, donde el eje es el dinero (traducido en el empleo) el tema de derechos humanos está teñido de eso ¿no? Pero la condición del ser humano es que desde que nace tiene la condición de ser humano, y por lo tanto tiene derechos inherentes a él. ¿Crees que se ha perdido de vista este hecho y que con la renta básica se pueda recuperar para todos los seres humanos?
J.P.: Mira que ahí hay un tema. Muchos colectivos, por ejemplo, en el estado español, que defienden la renta básica y algunos hablan de que una Renta Básica te da dignidad. Nosotros como humanistas consideramos que tú naces con esa dignidad. Debido a las condiciones de vida digna o a que te las dan, con este sistema capitalista en general. Pero tú naces como ser humano con esa dignidad como tal. Es algo que nos caracteriza. Es fundamental reivindicar esa característica que nos es innata y es la dignidad.
Pressenza: Viendo el otro lado, hay muchos detractores de esta propuesta, que le encuentran debilidades, como el hecho de que el ser humano ya no se esforzaría por trabajar o desarrollarse, que va a limitar las iniciativas, ¿es cierto eso?
J.P.: Bueno hay mucha gente en contra que dice, por ejemplo, “por qué se le va a pagar a alguien sino se lo gana” a cambio de nada. No es así, no es cambio de nada. Todos los seres humanos estamos aportando algo. Primero con los impuestos, que se encuentran en todo lo que compramos y consumimos en cosas básicas (alimentos, ropa, etc.), ya estamos apoyando con impuestos. Además, hay muchas formas de aportar, no solamente el empleo, el trabajo remunerado, sino que trabajamos de muchas maneras, cuando cuidamos a los nuestros, haciendo arte, por ejemplo, trabajamos cuando hacemos que en un ámbito que estemos, logremos que las relaciones sean positivas, eso aporta también, aporta a la vida. Trabajo. Trabajo y no empleo. Yo, por ejemplo, trabajo desde que me levanto hasta que me acuesto. Lo que es cierto es que trabajo las 24 horas al día, porque mi conciencia trabaja en el semisueño ¿no? Pero, sin llegar a esos términos, desde que me levanto hasta que me acuesto, trabajo para que este sistema funcione. Para que la vida funcione. Así que eso de que, solamente aporta aquel que está empleado y que además el que mejor salario tiene, eso no es cierto. Es muy probable que los grandes multimillonarios son los que menos aportan, y, por el contrario, millones de seres humanos, las mujeres por ejemplo, ¿cuántas millones y millones de las mujeres en el planeta son las que sostienen las familias, las que hacen crecer la vida y no reciben nada a cambio? ni el reconocimiento a su trabajo. Entonces, ahí hay que revisar.
Pressenza: La Renta Básica está derribando varios mitos, entre los principales, el del trabajo y el empleo.
J.P.: Sí absolutamente. Porque en un momento determinado, bueno, habría que estudiar un poco la historia. Recordemos que no siempre existió la propiedad privada, no siempre existió el empleo, y el empleo en realidad vino después de la esclavitud. Es que se dieron cuenta en algún momento que, si a alguien le pagaban por su trabajo, iba a rendir más que si no se le pagaba nada. Es por eso eh, y como ahora hay de sobra y hay cada vez menos empleo, los grandes empresarios y los pequeños, se pueden permitir pagar menos salarios porque les sobran los trabajadores. Es una trampa muy grande, por eso este momento es crucial para la defensa de la Renta Básica.
Pressenza: Ahí también hay un tema de fondo, que también derribaría otro mito: que es el tema de la acumulación y distribución de la riqueza. Los que han acumulado la riqueza están en mayor capacidad de decidir sobre los que no tienen una riqueza acumulada, y eso influye en las condiciones humanas. ¿Es cierto esto?
J.P.: Claramente ¿no? Hay una creencia que no tiene ninguna base, pero que evidentemente la han instalado quienes tienen el poder de los grandes medios de comunicación y que van instalando ciertas creencias. Y es, por ejemplo, que la riqueza es de quien la ha usurpado. Los que tienen en sus cuentas en paraísos fiscales, que “son especialmente inteligentes”, pero son especialmente ladrones y usurpadores. Porque la riqueza, que en realidad se ha acumulado, es una riqueza histórica, es la riqueza actual que por cierto es consecuencia en buena parte del desarrollo tecnológico, es por tanto también el resultado del trabajo de miles de generaciones, de miles de millones de seres humanos. Así es que, entre lo que ha ido acumulando los millones de los seres humanos a lo largo de la historia, y lo que la humanidad entera en este momento aporta, -porque no solo aportan qué se yo, los Rockefeller por ejemplo, Bill Gates, entre otros, no, no, no… aporta cualquier persona de África y otro- en síntesis, toda la población actual que estamos viviendo, que coinciden en estos momentos en el planeta, que están vivas, más todas las generaciones previas, a lo largo de la historia son los responsables, los que han ido generando la riqueza que en estos momentos existe. Lo que ocurre es que también en este momento, como sabemos todos, la riqueza está cada vez más acumulada en menos manos, que los que producen. Cada vez más injusticia, más desigualdad social. En un momento donde toda la población a nivel planetario podría vivir en condiciones dignas. Tener lo suficiente para comer, tener un techo, sanidad, acceso a la educación, etc. Si esto se distribuye adecuadamente…
Pressenza: Se conoce que hoy el mundo tiene la capacidad para poder brindar alimentación y condiciones de vida a todos. Pero esto no sucede…
J.P.: No hay voluntad política, porque los políticos son esclavos del poder financiero internacional.
Pressenza: Hablábamos de las ventajas y desventajas. ¿Cuáles son las limitaciones que hasta el momento se pueden encontrar, viéndolo de manera objetiva?
J.P.: Mira, eso que dicen que va a generar vagos, gente que no quiere estar empleada, bueno, eso se ha demostrado que no es así, cuando en estudios de experiencias que llevamos, que se han hecho de la renta básica, y también se han hecho pruebas entre colectivos, población a la cual le ha tocado “sacarse la lotería” con un salario alto asegurado por 25 años. Bueno ha ocurrido que esas personas no solamente no han dejado de trabajar, algunas por ejemplo sí han cambiado de empleo, otras han seguido en su empleo y otras han dejado su empleo, pero por ejemplo para poner en marcha una empresa. Curiosamente lo que se ha dado es más vuelo, para empleos de otro tipo, como para entregarse más al mundo laboral.
Pressenza: ¿Y por qué crees que sucede eso?
J.P.: Simplemente porque no tienes el agobio, no tienes la angustia de no saber cómo dar de comer ese día a tu familia, por ejemplo. Está demostrado que no es así, que no provoca vagos.
Pressenza: En realidad lo que sucede es que el mismo agobio que uno tiene por el tema económico hace que uno acepte lo que venga, que tampoco es tan drástico, porque también elige el trabajo que va a realizar, en qué campo se va a desarrollar, etc., pero igual, la misma necesidad te obliga a veces aceptar condiciones que no están bien para tu condición de ser humano, o de trabajador. Pero lo tienes que hacer porque debes tener un ingreso…
J.P.: Es que es así. Te digo, acá en España, por ejemplo, después de la crisis del 2008 que ha durado durante algunos años, ahora empezamos a vivir en una especie de burbuja extraordinaria. Pero en aquella crisis, había un término que se hablaba de los “mileuristas”, sobre todo jóvenes, que ganaban 1000 euros al mes. Aquello no era un término declaratorio. En estos momentos hay mucha, mucha población que no gana mil euros al mes se bajó a 700, 800 euros, en muchos casos y eso no ha subido. Pareciera que la situación económica global a nivel macroeconómico hubiera cambiado a nivel positivo. Así es que, mucha gente estamos ante lo que se llama -y que es cada vez más conocido el término que un economista usó en el panorama económico-, que el empleo por ejemplo no llega y no puede, no tiene economía para llegar a fin de mes, para mantenerse hasta fin de mes, ¡pese a estar empleado! Así es que es una situación muy compleja el tema de la situación económica.
Y me hablabas de elementos en contra. Otras razones, además es de “por qué se va a dar a alguien eso, porque produce vagos” … Uno de los mayores argumentos es que no hay fondos suficientes, que el Estado no cuenta con economía suficiente para poder pagar una renta básica. Bien, en el caso de España hubo un estudio hecho por tres economistas catalanes que demuestra cómo se podría pagar, aplicando o cambiando un impuesto directo sobre las personas que participan de la declaración de la renta. El tema es que ese impuesto afectaría a los más ricos. Es decir, los más ricos tendrían que pagar más, en base a su declaración -no estamos hablando de evasión fiscal, no estamos hablando de otro tipo de impuestos a sociedades o empresas, sino en la declaración personal que cada uno hace-. Los más ricos pagarían más y los más pobres, no solamente pagarían en proporción lo mismo, solo que a cambio recibirían más con esa renta básica; le cambiaría, ganaría en conjunto en sus ingresos. Sobre todo, hay un tema. A los empresarios no les interesa porque salen afectados directamente y, si hablamos de los políticos tradicionales como defensores de este sistema económico, no les interesa meter mano para cambiar el sistema impositivo ¿no?
Básicamente, eso es a mi modo de ver, como las tres grandes dificultades que se plantean. Una, el tema de que no hay fondos, que no es cierto; por otro lado, no solamente eso sino que además, si todo el dinero que se va -hablo del Estado español por ejemplo, que conozco datos en conjunto-, si todo el dinero del gobierno se destina a empresas de armamento, comprando un armamento que no necesitamos para nada, por ejemplo, por compromisos previos con esas empresas de las cuales algún dirigente ha llegado a ser ministro del Ejército o bien desvían fondos públicos para rescatar a bancos, por ejemplo o inversiones que han hecho grandes empresas en carreteras que no eran necesarias, etc. Si todo eso que se ve, en lugar de desviarlo hacia amigos, se destinara al bienestar de la población, por supuesto que hay dinero de sobra para la renta básica.
Pressenza: En realidad se diría que hay las condiciones para establecer la Renta Básica Universal, pero falta la voluntad política…
J.P.: Así es. Pero hay un tema que me gustaría plantear y es un tema que se está empezando a plantear en Latinoamérica, porque la renta básica no es un tema de tanta actualidad, como lo es en Europa. Me pareció en mi último viaje por Latinoamérica que se tiene otra mirada, que no creo que sea positiva, de Latinoamérica respecto a Europa o a Norteamérica, y es que cómo aquí se plantea. Claro aquí es fácil plantear una renta básica cuando tienes por ejemplo sanidad universal. Por ejemplo, en España, cuando hay Educación, sistemas de pensiones. Pero recuerdo muy bien en Perú cuando yo estuve, que cuando me decían eso ¿no? Decían “no, qué aquí no se puede”, que era como si yo fuera una extraterrestre venida desde no sé dónde. Entonces, yo pensé “Perú es un país pobre ¿no?” y me decían ¡no! Ah, entonces, ¿dónde está el problema? El problema no está en que no hay riqueza suficiente, el problema es que aquí todavía está peor distribuida y está en algunos estados del norte del planeta. No es que no haya. Probablemente, es que son países más ricos que cualquier país europeo que tienen por diferentes razones. Así es que, no creo que haya que esperar a pasar por todo el proceso que ha pasado Europa y que ha pasado Norteamérica, por ejemplo, porque entonces África está condenada; llegaría a la situación que vivimos acá en siglos, y eso no es así. Las comunicaciones, la tecnología, todo nos permite en este momento poner en marcha ya, cualquier proyecto en cualquier parte del planeta.
Pressenza: Por eso te decía que hay un tema de fondo, y es que si hay voluntad política de nuestros gobernantes para crear las condiciones mediante leyes, impuestos, etc., también debería haber –y no sé en qué momento se puede generar eso-, una voluntad de las empresas privadas, de esta gente que justamente va a tener que aportar, los que más tienen, aportar para los que menos tienen, para que haya mayor igualdad… entonces se requiere ese cambio de chip.
J.P.: Sí, pero fíjate que ya empiezan a haber empresas que lo defienden, por ejemplo, Facebook que defiende una renta básica porque -y esta es una interpretación absolutamente personal-, pero yo creo que ellos –son gente más joven también, con otros planteamientos-, entonces ellos ven que esto va al colapso, es decir, que los avances tecnológicos que por un lado nos producen muchos beneficios, por otro lado van generando cada vez más desempleo, nos guste o no nos guste. Y no es que los empleos se van a modificar, de todos modos van a ser distintos, van a haber menos empleos, porque van a ser las máquinas las que van a llevar adelante. Eso nos parece genial.
Pressenza: Pero eso ¿no sería que ellos tienen una motivación económica, otra vez, de que la gente tenga poder adquisitivo para asegurar el consumo?
J.P.: Por supuesto, en mi interpretación de hecho no queda claro si una renta básica sería además a cambio de beneficio de una sanidad universal, por ejemplo, pero en todo caso se lo están planteando porque ven que esto, así, no tiene solución, que esto va al colapso total.
Pressenza: Hablemos un poco de las experiencias que hubo. En Finlandia por ejemplo se ejecutó a partir del gobierno un plan piloto este año para aplicar esta Renta Básica. ¿Puedes comentarme cuáles fueron los resultados?
J.P.: Sí, se ha puesto en marcha y también en Ontario, Canadá, por ejemplo. Se han puesto en marcha experiencias en distintos lugares. Hemos estado y ha habido compañeros de la agencia de humanistas por la renta básica, ahora en agosto, se inaugura en Tampere, en el Congreso. En Finlandia, justamente han podido entrevistar a uno de los beneficiarios de una renta básica allí y él explicaba justamente cómo allí cómo le ha cambiado la vida en positivo, el poder contar con ese dinero. Pero la experiencia piloto está todavía por analizar en conjunto, pero lo evaluado hasta el momento es positivo, del mismo modo que es positivo en Canadá. Pero parece que son proyectos que van a terminar en esa experiencia piloto.
Pressenza: ¿Por qué crees que no lo van a implementar?
J.P.: Personalmente creo que, por presión, probablemente de las multinacionales. Porque ponerlo en marcha, que funcione e implementarlo en un país, es la revolución. A partir de ahí se puede dar un salto muy potente y además rápido. Puede ser un elemento como una ficha de dominó que mueva todo. Me parece que no va a estar fácil. Porque habrá resistencia a la implementación, pese a que siempre que se ha puesto en marcha, se ha demostrado lo positivo que ha sido para la población afectada.
Pressenza: Pero los que están impulsando esta propuesta están tomando en cuenta estos casos que aparecen en el camino y que se tendrían que subsanar para poder implementarla.
J.P.: Sí, pero si hablamos de presiones, no lo sé.
Pressenza: Viendo el ejemplo de Canadá, por ejemplo, donde se ha logrado una importante protección de la población que llamamos acá “vulnerable” como mujeres, niños y ancianos, e incluso se ha creado un impuesto que otorga pensión a los mayores de 65 años, en países como Canadá donde se ha alcanzado el bienestar del ser humano o por lo menos tratan de abordar estos temas, ahí también hay resistencias. ¿Cuánto tiempo más tomaría su implementación?
J.P.: Pero fíjate que esta propuesta universal nos ha costado mucho esfuerzo. Y ha habido mucha intencionalidad detrás, mucho movimiento ciudadano detrás. En un país con sistemas de pensiones a partir de los 65 años, que tienen una pensión mínima universal -por ejemplo, en España hay un mínimo y un máximo de pensión, pero toda población a partir de esa edad tiene una pensión-. Todo eso ha sido ganado con mucho esfuerzo. Entonces, si te fijas es como la consecuencia que está asociada en muchos casos al empleo, a lo que se ha generado. Por ejemplo, yo tengo una pensión porque he estado trabajando toda mi vida, mientras que lo de la renta básica es algo más nuevo, es desligar el tema del empleo al ingreso, a tener asegurada la subsistencia. Y eso rompe con muchos esquemas. También como hablamos a lo largo de la entrevista, eso también da alas, libertad, a quien va a aceptar un empleo de un tipo u otro, para poder elegir, para poner condiciones. Entonces, estamos tocando muchas cosas, creo que, es decir, de pronto pierden poder de control de la población…
Pressenza: Por eso las resistencias…
J.P.: Sí, me parece que sí, que tiene que ver mucho con eso.
Pressenza: Finalmente, cuéntanos un poco cómo está la movida ciudadana respecto a la renta básica en Europa, no solamente España. ¿Cuántas personas participan, colectivos…?
J.P.: Mira, hay actividades en todos los lugares, y cada vez hay más gente que la defiende. En Europa es prácticamente tema, al menos y aunque suene antiguo, la Europa occidental, es tema, está más o menos presente, pero está el tema. En Norteamérica también. Tanto en Canadá como en Estados Unidos es un tema que se habla permanentemente, en Asia también hay todo un movimiento, en India y en Hong Kong, por ejemplo, en Corea. Digamos que tampoco son movimientos populares y que la mayor parte de la población apoye, pero cuando la gente lo va conociendo, lo va apoyando cada vez más. Y ese es un indicador claro de la importancia que tiene, del impacto y es el motivo que explica por qué está avanzando tan fuertemente. Y en Latinoamérica se empieza a hablar en otros lugares, por ejemplo, en Brasil ha habido en la anterior legislatura un Senador que habló de ello, distinto, pero sí hablaba de un ingreso básico y he visto que en Argentina también ya se ha hecho una jornada. En Chile también. A mí me parece que justamente con la primera conferencia que dimos allí a principios de enero de este año, se abrió una vía y ya he visto que se han hecho una o dos conferencias más. Así es que eso me alegra profundamente, y en el próximo año, entiendo que con el Simposio también se le va a dar cierto vuelo al asunto y el próximo año vamos a ir con un documental que se va a presentar en este simposio. Vamos a recorrer distintos países de Latinoamérica y de ahí vamos a ir hasta Estados Unidos.
Quiero recalcar que en este momento estamos en un momento fundamental de la historia, en una encrucijada. En este momento de la historia, por primera vez hay riqueza suficiente para que toda la humanidad pueda vivir dignamente, por un lado, y esa riqueza por otro lado, está producida por los avances tecnológicos que cada vez más van produciendo más riqueza que es exponencial, al mismo tiempo produce menos empleo, las máquinas van a ir sustituyendo el empleo de las personas. Eso, que en general parece un desastre, porque tenemos asociado la subsistencia con el salario y tener un empleo, ha llegado el momento de desligarlo por pura necesidad, porque no va a haber empleo para todos y eso que parece un desastre, a nosotros nos parece profundamente liberador. Una, porque si queremos trabajar, vamos a poder hacerlo si queremos estar empleados, porque podemos negociar mejor las condiciones, y dos, porque si no queremos estar empleados, nos podemos dedicar a los trabajos que realmente sintamos que nos libera como seres humanos.
Así es que, la Renta Básica Universal es posible porque hay riqueza suficiente. Es el momento de reivindicarlo, momento de dar un salto como nunca antes el ser humano lo ha dado. Y esto de la renta básica en realidad no sería el objetivo para la sociedad a la que aspiramos, sería como un primer paso para poder construir la sociedad en la cual el ser humano sea el faro central.