España mantiene una excelente relación con Arabia Saudí reforzada por los lazos de sus respectivas monarquías, así como una muy buena relación con Emiratos Árabes Unidos. De hecho, Arabia Saudí fue el primer país de la región con el que entabló relaciones diplomáticas por medio de un Tratado de Amistad rubricado a principios de junio 1962. De esta manera, España trataba de salir de su aislacionismo internacional, estableciendo como áreas prioritarias Iberoamérica, pero también, aunque en un segundo plano, Oriente Medio. Las buenas relaciones con los tres países se han forjado no sin esfuerzo, llevando a cabo un difícil equilibrio entre el mantenimiento de los intereses nacionales, las presiones internas y externas, y los principios defendidos por España en el plano internacional.
Relaciones Hispano-Saudís
España y Arabia Saudí tienen en la actualidad una fluida relación comercial y varias compañías españolas operan en suelo saudí; Inditex, Iberdrola, Indra, Cobra, Técnicas Reunidas, Adif, entre otras. Hace tan sólo dos semanas se inauguraba el AVE Medina- La Meca, un proyecto realizado por un consorcio de empresas españolas, que aunque con retrasos, ha culminado con éxito. El proyecto, adjudicado en 2011 por un total de 6.736 millones de euros, representa el mayor contrato de un consorcio español. Sin embargo la buena relación hispano-saudí no siempre ha sido cómoda, y en la actualidad pasa por su peor momento. El brutal asesinato del periodista crítico Jamal Khashoggi en la sede consular de Arabia Saudí en Turquía, ha generado una alarma social dentro de la comunidad internacional que sigue las noticias con una mezcla de estupor, indignación y preocupación. Pero no es la única.
El 76% de la población depende de la ayuda humanitaria para subsistir, la ONU ha declarado Yemen como la mayor catástrofe humanitaria de nuestros tiempos
Desde marzo de 2015 Arabia Saudí lidera una coalición que bombardea sistemáticamente Yemen. Informes de organismos internacionales ponen de relieve que Riad reiteradamente ha violado el derecho internacional y vulnerado el derecho humanitario llevando a cabo bombardeos contra objetivos civiles, incluidos hospitales. Además, con un férreo bloqueo económico que ha sido empleado como arma de guerra, Arabia Saudí pretendía que la población yemení se sublevase contra la dominación huzí, su principal enemigo en la contienda, pero lejos de lograr este objetivo, el bloqueo no ha conducido sino a la extenuación de los yemeníes.
En la actualidad el 76% de la población depende de la ayuda humanitaria para subsistir, la ONU ha declarado Yemen como la mayor catástrofe humanitaria de nuestros tiempos y afirma que, si no se pone fin al conflicto inmediatamente, será también la peor hambruna acontecida en los últimos 100 años. La situación es tan urgente que Yemen, simplemente, no puede esperar más.
La venta de armas al régimen Saudí
En febrero de 2016 el Parlamento Europeo solicitó la suspensión inmediata de la venta de armas y del apoyo militar de los estados comunitarios a Arabia Saudí debido a la grave crisis humanitaria en Yemen. La Eurocámara pidió poner fin a la “convivencia y complicidad” con Riad, y realizó un llamado especial al Reino Unido y a España, ya que ambos países incrementaron la venta de armas a Arabia Saudí desde que se inició la guerra. Durante el periodo 2011-2015 el 46% de las armas adquiridas por Arabia Saudí provenían de Estados Unidos, el 30% del Reino Unido y el 6% de España. Este ultimo país incrementó sus exportaciones pasando de 5 millones de euros en 2006 a más de 545 en 2015, el año que comenzaron los bombardeos.
Según el Informe Anual de 2018 del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) España ocupa el séptimo lugar como país proveedor de material bélico a nivel mundial. Sus exportaciones representan el 2,9% de las transferencias internacionales de armas. Arabia Saudí, por su parte, es el segundo país importador de material bélico y el tercer país en presupuesto militar a nivel mundial, sólo por detrás de Estados Unidos y China. En 2017 destinó 69.400 millones de dólares a gasto militar. Durante el periodo 2013-2017 Oriente Medio ha recibido el 32% de volumen mundial de importación de armas pesadas, convirtiéndose en la segunda región receptora del mundo. De esta manera el flujo de armas se ha incrementado en Oriente Medio en un 103% entre 2008-2012 y 2013-2017.
Frenar el abastecimiento de armas perseguiría un doble objetivo: adoptar un rol activo en el intento por acabar con la guerra, y contribuir a cimentar la confianza y la visión de neutralidad necesaria a la hora de abordar un proceso negociador.
A pesar de los llamados reiterados por parte de la Unión Europea, sólo algunos países como Alemania, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Noruega, Finlandia y Grecia han revisado sus contratos con los países implicados en la guerra de Yemen y han establecido restricciones parciales o anulaciones totales de sus exportaciones. España también anunció recortes en la venta de armas a Arabia Saudí en septiembre de 2018, y sin embargo días después retiró la medida. Si España no cumplía los compromisos comerciales adquiridos, Riad amenazaba con rescindir la compra de 5 corbetas de fabricación española. Además, España sabía que la retirada de apoyo a Arabia Saudí podía afectar a las empresas que operan en este país. Ayer mismo se rubricaba en Riad un nuevo contrato de operación de la línea del AVE que garantizaba el pago de 245 millones de euros adicionales por la prestación de servicio a la línea ferroviaria.
Muchos de los países de la Unión Europea mantienen importantes intereses económicos en Arabia Saudí, sin embargo es importante poner sobre la mesa el debate sobre la licitud y la conveniencia de que Europa contribuya con el suministro de armas indirectamente en la guerra yemení. Frenar el abastecimiento de armas perseguiría un doble objetivo: adoptar un rol activo en el intento por acabar con la guerra, y contribuir a cimentar la confianza y la visión de neutralidad necesaria a la hora de abordar un proceso negociador.
Es necesaria una posición común de la Unión Europea
El debate sobre la venta de armas debe articularse desde el seno de la Unión Europea conforme a la Posición Común 944/2008/PESC que acordaba establecer como criterio para exportar armas “el respeto a los derechos humanos en el país de destino final”. La Unión Europea debe formular una línea de actuación coherente y unificada y presionar a los países de la Unión para que revisen los contratos que mantienen con las partes beligerantes. En la medida de lo posible los contratos deben ser rescindidos o se deben reforzar las garantías de que no van a ser empleados en la guerra de Yemen contra objetivos civiles. Así mismo, Europa debe exigir que se realice un seguimiento del uso de las armas para que, en caso de violaciones de derechos y compromisos contractuales, puedan exigirse responsabilidades.
A finales de 2007 España aprobó una ley propia sobre el comercio de armas que establece que se debe “garantizar la transparencia en la información oficial” y que permite denegar una exportación “cuando existan indicios racionales de que las armas puedan ser empleadas […] en situaciones de violaciones de derechos humanos”. Dicha transparencia no se cumple y entra en contradicción con acuerdos como el firmado con Arabia Saudí en septiembre de 2016: el Acuerdo de Protección de Información Clasificada en Materia de Defensa.
Es recomendable que España elaborare una posición firme respecto a la venta de armas. Una posición en la que se diseñe la estrategia y las líneas rojas del suministro de material bélico a países con conflictos abiertos y sobre la idoneidad de su publicación o el mantenimiento como información reservada. Es conveniente que la posición se defina en el marco político más amplio posible y que integre tanto al gobierno como a la oposición. Una línea de actuación que elabore una respuesta coherente e inequívoca que no dañe la imagen y la credibilidad de España de cara al exterior.
A finales de 2007 España aprobó una ley propia sobre el comercio de armas que no se cumple
Dada la creciente presión que recibe Arabia Saudí, en el punto de mira internacional desde el asesinato del periodista Khashoggi, España pero también la Unión Europea debe afrontar de manera inequívoca y firme una posición común respecto a sus relaciones con los países de Golfo y en concreto respecto a Arabia Saudí. La revisión debe efectuarse no sólo en lo referido a la venta de armas sino que también debe diseñarse y definirse una nueva estrategia que reformule los términos de la relación de Europa con estos países. Europa debe abordar un cambio integral y multidimensional que permita mantener relaciones diplomáticas que enlacen con los valores de defensa de los derechos humanos, y de respeto al Derecho Internacional. Unos principios que la Unión Europea siempre ha tratado de abanderar. Se trata de una nueva oportunidad y esta vez, Europa, sin fisuras, tiene que estar a la altura.
La credibilidad de los valores compartidos por los Estados Miembros vuelve a estar en entredicho. No los fallemos.