El desalojo comenzó por la madrugada con una sorpresiva carga de cientos de policías antidisturbios que detuvieron a 200 personas que se resistieron a ser desalojadas y desmantelaron carpas, lonas, mobiliario, colchones y carteles, informaron las autoridades.
Una decena de manifestantes se encadenaron entre sí y otros lo hicieron a árboles hasta que fueron removidos por las fuerzas de seguridad.
Libre el parque de manifestantes, cuadrillas sanitarias municipales recolectaron basura acumulada y carros hidrantes lavaron la plaza, ubicada entre Wall Street y las obras de reconstrucción del World Trade Center, donde se hallaban las Torres Gemelas.
Horas después de la acción policial, los indignados lograron que una jueza de primera instancia de Manhattan emitiera un fallo autorizando el regreso de los manifestantes al parque, epicentro y lugar de nacimiento de un singular movimiento de protesta que luego se extendió a decenas de otras ciudades del país.
Sin embargo, al atardecer, un juez de la Corte Suprema local dio lugar a un reclamo de validar el desalojo realizado por el alcalde Michael Bloomberg, quien argumentó que la presencia de los indignados constituía una amenaza para la salud y la seguridad.
El juez, Michael Stallman, sentenció que los manifestantes podrán regresar al parque, pero falló que el gobierno de la ciudad, por ahora, puede impedir que vuelvan a acampar en carpas y bolsas de dormir en la céntrica plaza.
La oficina del alcalde aseguró que se había ordenado a los manifestantes que «se marcharan temporalmente» del parque y retiraran las tiendas de campañas con el fin de limpiar el lugar.
Los abogados que defienden a los indignados de Wall Street rechazaron las razones de Bloomberg y dijeron que las autoridades de la ciudad están «infringiendo» los derechos de sus clientes dado que sí permitieron establecer carpas para mercados en los parques durante meses sin la intervención policial.
Al caer la noche, los indignados permanecían en las cercanías de la plaza pese al revés judicial.
«Pueden echarnos, pero no pueden impedir que nos volvamos a juntar», afirmaron los indignados desde la página oficial de su movimiento, llamado «Occupy Wall Street» (Ocupar Wall Street).
A dos días de cumplirse dos meses del inicio de las protestas contra el desequilibrio social y económico, la agrupación afirmó que «no es posible desalojar una idea cuyo tiempo ha llegado».
«Este movimiento creciente es más que una protesta, más que una ocupación, y más que cualquier otra táctica» y «estamos comprometidos en una batalla de ideas», prosiguieron.
«Nuestra idea es que nuestras estructuras políticas deberían servirnos a nosotros, el pueblo, y no sólo a aquellos que amasaron una gran riqueza y poder», agregaron.
A pesar de lo ocurrido, los miembros de «Occupy Wall Street» dijeron que planean seguir adelante con el «Día internacional de Acción» de este jueves, al cumplirse el segundo mes de su creación y reunirse en 16 centros principales del subte neoyorquino así como en el Foley Square, frente al ayuntamiento local.
Los acontecimientos de Nueva York se sumaron a los recientes desalojos sucedidos en los parques ocupados por los movimientos de «indignados» de Portland, Oregon y de Oackland, California.