Juan Emilio Drault es uno de esos innovadores que con paciencia, trabajo y esfuerzo han logrado acumular un capital simbólico importante en una ciudad que nació como piedra de toque del capitalismo más ramplón pero que con el tiempo se llenó de experimentadores, artistas, arquitectos, diseñadores y especialistas en diversas tecnologías, materia de su preocupación.
Por Pablo E. Chacón
Es un tipo invariablemente optimista. Está convencido que Mar del Plata necesita una marca y una identidad, y que para eso es imprescindible reunir esfuerzos, romper la cáscara individualista y pasar a una cultura de la colaboración y la solidaridad. Está convencido también de ignorar a esos que cuando escuchan esas palabras creen saber de qué se trata.
Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
T : Contame de los proyectos que estás armando.
D : Son varios pero me voy a concentrar en los dos más recientes relacionados a mi ciudad. Por orden cronológico, el primero se llama Desde Mar del Plata y el segundo 365 días de innovación. Uno llevó al otro y en este momento ambos se retroalimentan de formas tan fantásticas que me sorprende a cada paso. Soy uno de esos marplatenses, de los montones, que nacimos y crecimos en la ciudad pero sentimos en un punto que ésta se convertía en una suerte de tapa que no nos permitía seguir desarrollándonos y que lo que hacíamos no era valorado, en detrimento de lo que viene de Buenos Aires y las oportunidades que sólo se encuentran allá.
Mi profesión siempre fue lo informático, y mayormente el desarrollo web. Viví y trabajé en Buenos Aires, Estados Unidos y Suiza, y por trabajo o acción social conocí otros tantos países como Perú, Guatemala, Panamá, México, Italia y Chile. Siempre tuve una relación muy cercana con la innovación porque siempre intenté aplicar mi creatividad a la tecnología y con ésta colaborar también en causas sociales, principalmente en el movimiento humanista. En un momento de mi vida ponderé dónde querría formar familia y criar a mis hijos. Estados Unidos me pareció un lugar demasiado violento y Suiza un lugar muy irreal respecto del mundo que se avecinaba. Así que me instalé en Buenos Aires durante un año donde nació mi primer hijo, y luego nos mudamos con mi esposa a Mar del Plata donde nacieron mis otros dos hijos. Cuando uno viaja adquiere otra perspectiva y valora cosas que antes no valoraba de la propia ciudad. Pero también podés comparar lo que sigue funcionando más o menos y eso te despierta nuevamente los recuerdos de esa primera etapa, la de irse pero que en esta, la mejor opción es quedarse y con más experiencia producir innovación local que permita superar esas limitaciones. Así fue que surgió la idea de compilar la creatividad que descubría en la ciudad en un grupo de Facebook que luego derivó en un proyecto y en la web dmdp.com.ar Y me di cuenta que si algo tenía el potencial de cambiar el mundo era la innovación constructiva como un proceso estudiado y entendido. Y agrego la palabra constructiva porque hay muchísima innovación en el mundo relacionada al militarismo, a la industria de la muerte. Surgió entonces 365 días de innovación, que como una verdadera travesía me lleva por diferentes situaciones, estímulos y personas que capitaliza en artículos y entrevistas que publico en la www.innovacion365.com.ar
T : El sitio enteramente dedicado a Mar del Plata, ¿qué objetivos tiene?
D : Mar del Plata es una ciudad bastante particular que ha sido siempre posicionada como turística y que por distintas oleadas se ha ido poblando con cada vez más gente que se radicó generando un crisol. Igualmente, siempre se impone la cultura local, que parece más de un pueblo que de una ciudad de 600 mil habitantes estables. No es una ciudad muy antigua, creció mucho y rápido, pero está viviendo un momento histórico que para potenciarse necesita -a mi criterio- de una identidad cultural fuerte que atraviese todos los sectores, relacionada con uno o dos elementos para que nos conozcan y asocien inmediatamente, así como hoy se relaciona a Buenos Aires con el tango. De un tiempo a esta parte, me parece un despropósito que la ciudad se promocione exclusivamente de amardelplata. Uno podría preguntarse, ¿y los que la peleamos desde acá todo el año, qué?, ¿por qué no hay un programa de gobierno o un sello que nos represente en el mundo a todos por igual? Entonces decidí hackear la imagen institucional de amardeplata y con iguales colores y tipografía crear el desdemardeplata que derivo en un más sintético dmdp y que próximamente dos diseñadores marplatenses van a convertir en algo mucho mejor. Mis observaciones me llevaron a descubrir dos elementos comunes en la gran mayoría de las personas y proyectos marplatenses que se destacaban en el país y el mundo: el diseño y la innovación. En esta línea entonces comencé a compilar, de la historia marplatense, los referentes que por creatividad han tenido repercusión nacional o internacional, y seguí con los actuales, muchos de los cuales son desconocidos para la mayoría.
Algunos ejemplos: un marplatense hace la segunda mejor imitación funcional del robot R2D2 (arturito) del mundo. Dos marplatenses crearon la única fabrica mundial de Thimerosal, que es el compuesto usado en las vacunas y que se exporta a más de 180 países del mundo, siendo la planta certificada por la Federal Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos. El simulador más realista de carreras de TC 2000 fue desarrollado por un marplatense que empezó como hobbie y ahora lo alquilan corredores profesionales para entrenarse. El skateboarding fue introducido en Cuba por primera vez por un marplatense que convenció al gobierno de permitir un evento donde regalaron el armado del primer parque. Ahora, ya hay profesionales que están viajando a competencias fuera de Cuba. El diseño, en sentido amplio, y la innovación son pilares que necesitan ser potenciados como parte de esta identidad que atraviesa transversalmente a la ciudad, y a partir de ahí construir un relato y un posicionamiento que nos coloque en el mapa en forma más clara. Esto debería con el tiempo generar un mayor sentido de comunidad. Este es el objetivo a largo plazo del proyecto.
T : ¿Y cuáles los de Innovación365?
D : El proyecto se llama 365 días de innovación y el sitio es innovacion365.com.ar . Apunta a destacar el proceso de innovación constructiva como un proceso que necesita ser potenciado. Lo intento a través de notas, entrevistas, videos, frases y demás recursos. Es un blog personal donde voy describiendo lo que pasa en esta travesía de dedicarme un año completo a poner mi atención en los procesos innovadores, en todos los ámbitos, y vuelco experiencias y reflexiones. También comencé a realizar entrevistas a marplatenses como Fernando Aguerre y Mario Gemín, de Reef. La próxima será a Guibert Englebiene, de Globant, y la siguiente ya no es de marplatenses pero será a Diego y Charo de Tonomec. Las entrevistas buscan siempre hacer que el entrevistado cuente historias de vida que sirvan a los lectores, tanto a descubrir cómo lograron esas innovaciones sino también a conocer anécdotas, visiones, valores que sumen en sus propios caminos. La mejor descripción de su objetivo es el enunciado que leerán en todo el sitio y que dice: Lo que cambia nuestro planeta es la conciencia. Lo que crea conciencia es la educación. Este proyecto busca educar para la innovación constructiva creando conciencia por un mundo mejor.
T : ¿Cómo ves a la ciudad en términos socioculturales?
D : Veo un potencial inmenso que aún la agenda política no ha sabido organizar; sin embargo, existen algunos proyectos en esa dirección. Pero la generación de una identidad y una cultura debe necesariamente trascender cualquier agenda o color político y por eso Desde Mar del Plata tiene que ser un proyecto que se mantenga independiente y sostenido con la misma visión en el tiempo. Necesitamos innovar en términos culturales para mejorar la cultura de pueblo chico en ciudad grande que tenemos ahora, porque la ciudad creció, se enfrenta a nuevos desafíos y tenemos mucho por mejorar, y el desafío de articular a muy distintos sectores que juegan en forma muy individualista hacia una cultura de la colaboración y la solidaridad