Miles de franceses han manifestado en las principales ciudades para exigir políticas medioambientales que preserven el planeta.
Las calles de París, capital de Francia, se han llenado de miles de personas en la Jornada Mundial de Acción en Defensa del Clima. Preocupados por la degradación constante del medioambiente y por el cambio climático, exigen de los responsables políticos acciones decididas para poner fin a la deriva climática.
Desarrollo de las energías sostenibles y disminución del consumo de energías fósiles, fomento del transporte colectivo, lucha contra el derroche energético, limitación del uso de pesticidas, defensa de la biodiversidad son las ideas avanzadas por los manifestantes.
Hay que evitar lo que le ocurre a ciudadanos franceses, envenenados por una cementera, a las puertas de París, que expulsa en la atmosfera 1000 toneladas de CO2 diarias ante la indiferencia de las autoridades francesas.
Esta jornada de reivindicación y de proposición ha denunciado la acción desastrosa del presidente de EE.UU., Donald Trump, al que acusan de poner en peligro el planeta con su negacionismo climático.
Pero no se han salvado de las críticas tampoco los líderes europeos a quienes se sigue viendo más preocupados por defender los intereses de la industria que los de los ciudadanos.