El nuevo presidente iraní, Hasan Rohani, regresó a Teherán de la Asamblea General de la ONU en Nueva York y lo recibieron grupos de seguidores y detractores, a raíz de su cambio de rumbo en la política hacia Occidente que dividió a la población de su país.
Todo el espectro político iraní saludó la histórica conversación telefónica entre el presidente Barack Obama y Rohani, lo que refleja un amplio apoyo al giro adoptado en política internacional por el nuevo mandatario iraní, que cuenta con el respaldo del liderazgo clerical del país.
Partidarios de Rohani, lo esperaron en el aeropuerto de Teherán con aplausos y carteles dándole las gracias por buscar la paz en lugar de la confrontación, uno de ellos decía «Sí a la paz, no a la guerra».
Los dos grupos se enfrentaron, hecho que generó que en algunos momentos la policía tuviera que intervenir para evitar que se produjeran mayores incidentes, informó la agencia DPA.
Rohani expresó que «en la política exterior debe tenerse una cierta flexibilidad racional sin olvidar los principios y la dignidad nacional».
En el mismo sentido se ubicó la postura del líder supremo, el ayatollah Ali Jamenei, que le exigió antes de su viaje a Nueva York una «flexibilidad heroica», reveló Rohani.
A Rohani se le presenta ahora la difícil tarea de unir al país en pos de una mayor flexibilización con Estados Unidos y el resto de las potencias occidentales, tras un período de tres décadas de distanciamiento con Washington, y avanzar hacia un posible acuerdo para dejar de lado las sanciones impuestas de nuevo al programa nuclear de Teherán.
En esta empresa el mandatario iraní cuenta con el apoyo fundamental de la figura más poderosa de Irán, el ayatollah Ali Jamenei.
Alaeddin Boroujerdi, que dirige la política exterior del Parlamento y el comité de seguridad nacional, fue citado por la prensa iraní diciendo que la conversación telefónica de ayer de 15 minutos con Obama mostró que Irán «podría avanzar en un acuerdo».
Sin embargo, el sitio web de noticias de la línea dura rajanews.com, publicó que no había justificación para que Rohani hablara con el «Gran Satán» (Estados Unidos), y agregaron que la conversación fue «un paso extraño e inútil».
Desde que asumió la presidencia Rohani siguió una política de moderación y alivio de las tensiones con el mundo, mostrando una marcada diferencia con el estilo grandilocuente de su antecesor, el expresidente Mahmud Ahmadinejad.
Rouhani expresó que Irán está dispuesto a ofrecer garantías de que el programa nuclear de Irán no tendrá como objetivo fabricar armas, ofreciendo una mayor transparencia y cooperación.
Occidente, en cambio, sospecha que el programa de Irán tiene como objetivo desarrollar la tecnología para la fabricación de armas, mientras que Teherán dice que es para fines pacíficos.
Uno de los diarios iraníes, Etemad, tituló en su portada «Contacto histórico en el vuelo de regreso». Arman, otro periódico de Teherán, escribió «El mundo fue tomado por sorpresa».
El ex director de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el egipcio Mohamed el Baradei, también alabó hoy el acercamiento entre Estados Unidos e Irán y aseguró que ese diálogo es «clave para la estabilidad en Medio Oriente».
El Baradei, también premio nobel de la paz 2005, instó a las partes implicadas a «no perder esta oportunidad», en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter.
También desde Irak, el primer ministro, Nuri al Maliki, dio la bienvenida a este paso.
«Supone un gran avance contra el estancamiento y una victoria de la voluntad de la ONU para promover lazos de cooperación, integración y soluciones a los problemas pendientes», recalcó Al Maliki.
En el resto del mundo la repercusión fue similar, el vice premier británico Nick Clegg le dijo a periodistas en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que «Estamos dispuestos a mejorar nuestras relaciones, paso a paso y en tanto esto sea recíproco».
Afirmó que los anuncios de Rohani son alentadores y a la vez, Londres espera un «enfoque constructivo» por parte de Teherán para sortear la crisis siria.
«Son palabras muy alentadoras, que espero sean seguidas de actos semejantes», dijo Clegg sobre el anuncio de Rohani de querer negociar sobre el programa atómico.
«Si a los anuncios le siguen hechos concretos, hay una verdadera posibilidad de avances para sortear el problema», afirmó el vice canciller británico.
Por su parte, la encargada de Relaciones Exteriores de la Unión Europea Catherine Ashton, señaló a periodistas que la reunión de ministros de relaciones exteriores de Estados Unidos, Rusia, Francia, China, Reino Unido, Alemania e Irán «fue una reunión significativa, con buena atmósfera y activa».
En el mismo sentido se expresó el canciller inglés William Hague que le señaló a los reporteros que «el espíritu del encuentro que tuvimos fue muy bueno».
Tras encontrarse los cancilleres y antes de hablar los presidentes Obama y Rohani, el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, que estuvo reunido con su par iraní Javad Zarif, reveló que su país evaluaría levantar las sanciones contra Irán en un plazo de entre tres y seis meses si Teherán cumple con una serie de medidas respecto a su programa nuclear.
Las autoridades iraníes «podrían permitir de inmediato la inspección de la instalación en Fordow, una instalación secreta y subterránea, fortificada «, precisó Kerry.
Se trató del primer encuentro de alto nivel entre Estados Unidos e Irán desde 1979, según anunciaron ambos dirigentes.
El encuentro se produjo al margen de la reunión ministerial de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, Francia, Gran Bretaña y China) más Alemania, el llamado Grupo 5+1, para evaluar el programa nuclear iraní.