En sus primeros comentarios públicos sobre las acusaciones, Obama prometió aislar aún más a Irán.
El mandatario dijo: «Lo que seguiremos haciendo es aplicar las sanciones más severas y continuar movilizando a la comunidad internacional para asegurarnos de que Irán esté cada vez más aislado y que pague un precio por su conducta. Pero no descartamos ninguna opción en términos de cómo operamos con Irán; lo que se puede esperar es que sigamos aplicando las presiones que tengan un impacto directo en el gobierno iraní hasta que éste elija mejor la manera en que va a interactuar con el resto de la comunidad internacional».
El gobierno de Obama ha insistido en que la conspiración es real a pesar de las dudas generalizadas. Los involucrados eran fácilmente identificables y para los investigadores estadounidenses la acusación era tan descabellada que desde el principio de su investigación dudaron de la participación iraní. Ante el Comité Bancario del Senado, David Cohen, Subsecretario del Tesoro para el Terrorismo e Inteligencia Financiera, dijo que las sanciones de Estados Unidos podrían incluir nuevas medidas contra el Banco Central de Irán.
Cohen dijo: «Todas las opciones para aumentar la presión financiera sobre Irán están sobre la mesa, incluso la posibilidad de imponer más sanciones contra el Banco Central de Irán. Si Irán sigue por este camino de desafío, seguiremos implementando nuevas e innovadoras maneras de imponerle costos adicionales».
**Estados Unidos confirma haber contactado a Irán por acusaciones**
El Departamento de Estado, mientras tanto, ha confirmado que tuvo contacto directo con Irán por las acusaciones. La vocera del Departamento de Estado Victoria Nuland reconoció que se había realizado el contacto pero se rehusó a dar más detalles.
Nuland declaró: «Por el momento, no estamos preparados para ir más allá en la cuestión de quién habló con quién y dónde. Sólo confirmamos que tuvimos contacto directo con Irán».