Cuando Bachelet promulgó su Ley General de Educación (LGE), explicó que
*»esta ley, fruto del trabajo de la Comisión Asesora Presidencial para la
Educación y que recoge las demandas emanadas de la movilización estudiantil
secundaria del 2006, ‘regula derechos y deberes de los integrantes de la
comunidad educativa, fija los requisitos exigibles en cada nivel educativo y
además regula el deber del Estado de velar por una educación de calidad’.»*
[http://www.chile.com/secci**ones/ver_seccion.php?id=11**3146](http://www.chile.com/secci**ones/ver_seccion.php?id=11**3146).

Si lo que Bachelet afirmó en aquella oportunidad hubiera sido cierto en
cuanto a que su ley incorporaba las demandas de los pingüinos, hoy los
estudiantes no tendrían razón para estar movilizados pues sus demandas son
exactamente las mismas de los pingüinos.

En los hechos, la LGE actualmente vigente fue consensuada entre su gobierno
y la oposición de la época. Además, Bachelet, a pesar de toda la popularidad
que tenía, nunca explicó abiertamente y de cara al país lo que quería hacer
en educación, en un intento para doblarle la mano a la oposición. En vista
de estos hechos, su explicación de hoy no sólo resulta extemporánea sino que
oportunista.

En cuanto a su afirmación de que *»Hoy día Chile tiene una enorme oportunidad
de mejorar el sistema educacional»*, demuestra que habla por hablar
oportunísticamente porque hoy tanto oposición como gobierno están
prácticamente en empate en el congreso y las iniciativas que involucran
financiamiento son de iniciativa del Ejecutivo, como ella bien sabe. Desde
el punto de vista puramente institucional, las posibilidades de llevar a
cabo una auténtica reforma educacional son incluso menores que durante su
gobierno. Sólo están la fuerza y voluntad de los estudiantes y la vasta
opinión ciudadana que los apoya en sus demandas.

Por último, nótese una vez más el reformismo de Bachelet cuando habla de
*»una enorme oportunidad de mejorar el sistema»*. En otros términos, lo mismo
de los 20 años concertacionistas: mejorar lo que hay, mejorar el sistema
educacional, mejorar el sistema de salud, mejorar el sistema neoliberal,
pero sin tocar sus bases, una manito de gato por aquí y por allá y ya! Tal
vez unos bonitos para mantener a la gente contenta! En cuanto a esto, los
estudiantes y profesores han sido claros! Lo que se necesita es cambiar
todo. Tanto el gatopardismo de Bachelet, como el del gobierno actual,
simplemente no tienen cabida en el Chile de hoy.