La mandataria participó hoy de la V Cumbre Brasil-Unión Europea, en la que le planteó a los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que la asociación entre su país y el bloque comunitario «es más urgente» en estos momentos en que la situación por la crisis de deuda se agrava, según reportó la estatal agencia Brasil.
«Estamos ahora delante del aumento del riesgo soberano, y creo que es fundamental la coordinación política entre los países para hacerle frente», evaluó la jefa de Estado, quien aseguró que Brasil está a disposición de los europeos para colaborar con las medidas que fueran necesarias, pero no puso en números una eventual ayuda financiera.
Tal como lo hizo ayer con el primer ministro belga, Yves Leterme, Rousseff se valió de la experiencia brasileña ante situaciones críticas para desaconsejar los ajustes fiscales y denostar el sistema financiero global.
“Es necesario que se busque el combate del desempleo para que las poblaciones no pierdan la esperanza en el futuro. La recesión trae aumento de las desigualdades sociales», remarcó.
Al respecto, sostuvo que es posible conciliar el estímulo a la generación de empleo con la responsabilidad fiscal y reseñó que América latina era «sinónimo de crisis» y ahora muestra que es capaz de superación, al referirse a las políticas expansivas aplicadas en momentos de debacle.
Para la presidenta, la solución a la crisis económica internacional pasa por una «revaluación del sistema financiero mundial», al que calificó como «ineficaz», y consideró fundamental aliar las políticas macroeconómicas con la generación de empleo y la renta.
Además, aconsejó a los europeos «evitar sombríos desbordes políticos» y les aseguró que «Brasil está preparado para asumir sus responsabilidades», al aludir al rol que pretende jugar la nación en la comunidad internacional.
Los europeos respondieron con algunas coincidencias en la línea de razonamiento de la mandataria, entre las que la más importante resultó el reconocimiento de Brasil como potencia.
«En Europa, vemos a Brasil como potencia. Lo vemos actuante, como algo que puede reforzar, ayudar en el esfuerzo global de esos problemas» causados por la crisis internacional, sostuvo el portugués Durão Barroso.
Según el titular de la Comisión Europea, la cooperación de Brasil en el combate de los impactos de la crisis económica internacional es fundamental y se declaró convencido de la necesidad de «un plano de esfuerzo conjunto» con el país sudamericano, para lo cual aseguró que será intensificado el diálogo político.
También el presidente del Consejo Europeo destacó el papel desarrollado por Brasil en el escenario político y económico internacional.
«Hay planes ambiciosos. Mi expectativa es complementar las relaciones económicas y comerciales», definió Van Rompuy, quien ubicó a Brasil como «un importante, valioso y estratégico» aliado y valoró a las políticas aplicadas por el país como «expresivas».
Rousseff ya se había ocupado de resaltar el nivel de la relación comercial, al enumerar las cifras del intercambio que el año pasado superaron los 82 mil millones de dólares, y apostó por elevar la balanza a los 100 mil millones a partir del aumento del 26,7 por ciento registrado en 2009 y 2010.
En ese sentido, aprovechó para posicionar también la relación entre el bloque comunitario y el Mercosur, con la idea de acelerar la concreción del acuerdo de asociación con libre comercio, cuyas negociaciones se reactivaron el año pasado luego de una parálisis de seis años.
Aunque no dio detalles, Rousseff consideró que las negociaciones «están bien encaminadas», mientras Durão Barroso aseguró que la Unión Europea tiene la intención de ampliar la sociedad con el Mercosur, sin entrar tampoco en precisiones.
No obstante, señaló que un acuerdo «será ganancia para las dos regiones» y destacó que el Mercosur invierte más en los 27 países de la Unión Europea que Rusia, China e India juntos.
Rousseff, que hoy firmó con las autoridades comunitarias acuerdos relacionados con turismo, ciencia y tecnología, almorzó con el rey de los belgas, Alberto II, y participó en la apertura de Europalia, el mayor festival cultural de Europa, que este año tendrá a la cultura brasileña como tema central.
Tras su dos días en Bruselas, la jefa de Estado viajará a Bulgaria para conocer a la familia de su padre, y luego visitará Turquía.