Por Máximo Kinast Avilés

… y todo sigue igual en Chile. «Atado y bien atado». Y según como vamos, podrán pasar otros tantos y muchos más.
 
¿Cómo veo la situación? Muy mal y lo voy a explicar, aunque sea lo último que haga. Aunque lo parezca, no es un mensaje pesimista si lo lees hasta el final.
 
Y va ser difícil explicarlo, porque nos robaron las palabras. Desde los años 70, cuando USA y la URSS se robaron las palabras LIBERTAD y PAZ, las tergiversaron y destruyeron su significado hasta hoy, en que el vencedor se quedó con las dos y las usa para justificar guerras e invasiones.
 
Y la CIA inventó la palabra ‘desestabilizar’ para aplicarla al Chile de Allende. Y lo consiguió de la manera más infame: desinformando. En realidad hizo algo peor. Culpó de sus crímenes a sus víctimas. Así, hasta hoy, hay cretinos que creen que el desabastecimiento fue causado por el Gobierno de Allende, sin pensar ni analizar ni explicar por qué el día 12 había de todo en todas partes. Y en este arte de tergiversar, El Mercurio con el traidor Agustín Edwards fue el maestro, desde entonces hasta hoy con su tenebrosa y criminal organización desestabilizadora mal llamada Paz Ciudadana.
 
El lenguaje fue robado, como lo explica muy bien el libro de Luis Casado, Lingua Comoediae Chilensis, aunque en la realidad lo ha sido en todo el mundo y en todos los idiomas.
 
Y con el lenguaje robado nos han lavado el cerebro haciéndonos creer que al menos nos queda la libertad de pensar, pero ya no es así. Nuestro pensamiento está condicionado por todo lo malo de la globalización y su hijo, el neoliberalismo.
 
Vivimos en un mundo globalizado (lo que tiene aspectos buenos y malos) y no podremos eliminar los malos mientras no nos liberemos de la ideología dominante. Este es el principal problema. Lo que podemos llamar la primera y más grave crisis mundial: la Crisis Ideológica y Ética.
 
Esta Crisis Ideológica y Ética ha trastocado los valores. Las víctimas son culpables de los crímenes de los victimarios. Los seres humanos son subsidiarios, el lucro es lo único absoluto. La Ley del Mercado, que antes se conocía popularmente como Ley de la Selva es Ley Suprema. Así, al robo de la propiedad de todos los seres humanos se le llama ‘privatizar’. El expolio de los salarios se transforma en ley para que las AFPs puedan quedarse ‘legalmente’ con ellos. La salud es negocio y no sólo para las ISAPRES, también lo es para laboratorios y médicos. La Guerra es un Negocio, pero sólo para unas pocas grandes Corporaciones. La Política es Negocio y los Partidos son organizaciones con fines electorales para ganar el poder y el manejo de los bienes del Estado en provecho de los muy ricos y de sus secuaces, los líderes políticos. La Educación es Negocio y además sirve para seguir explotándonos y mantenernos en un nivel de interdicción. Llegamos hasta el absurdo de creer que los bancos no roban.
 
La Crisis Económica es un eufemismo para referirse a la quiebra total del sistema capitalista. La fabricación sin respaldo desde 1971 de dólares sumada a la de euros supera todo lo imaginable y reventará en una superinflación. Una quiebra de la que será muy difícil -y quizás imposible- que la humanidad pueda recuperarse. Lo digo porque nos queda muy poco tiempo, ya que enfrentamos una tercera crisis que puede llevarnos a la extinción como especie en pocos años.
 
La Crisis Ecológica es la más grave, porque es posible que en varios items hayamos pasado el punto de No Retorno. Deshielo, nivel de los mares, deforestación, contaminación, radiación solar, agua potable, energía, y tantas otras barbaridades que los muy ricos han hecho para conseguir un dinero virtual, que no pueden usar porque no hay suficientes bienes en el planeta para que puedan usarlo.
 
Y para terminar, tenemos a Bachelet, una neoliberal hasta los tuétanos de candidata de la izquierda en Chile. ¿Y tu piensas que soy pesimista? Ubícate.
 
Pero hay un camino para seguir luchando después de estos 40 años y lo señala Jaime Guzmán, el hideputas ideólogo de la derecha más cavernaria. Quiero seguir sus técnicas y usar sus banderas en nuestro beneficio. 
 
Así, en el artículo publicado en El Mostrador, titulado «La Ideología de Jaime Guzmán, que vive hasta hoy en la Constitución de 1980» podemos leer sus palabras en el apartado ESTADO SUBSIDIARIO, donde afirma que: «… la función del Estado es, en primera instancia, la de integrar y coordinar las diversas actividades del país y sólo, en subsidio, y en segunda instancia, la de asumir en forma directa una tarea específica, cuando, por su importancia no pueda ser entregada a la órbita de los cuerpos intermedios o cuando, por lenidad de éstos, no cumplan el objetivo que la sociedad reclama de ellos» (La negritas son mías)
 
Por fin una fisura en el pensamiento monolítico. Con estas palabras y sus circunloquios, Jaime Guzmán, deja bien claro que el Estado no puede ni debe ser empresario. Esa frasecita «órbita de los cuerpos internedios» en el lenguaje del susodicho significa «mundo empresarial». Pero abre dos posibilidades de saltarse la norma principal y las repito con sus palabras:
 
a)  «… cuando, por su importancia no pueda ser entregada a la órbita de los cuerpos intermedios…»
b) «… o cuando, por lenidad de éstos, no cumplan el objetivo que la sociedad reclama de ellos.»
Más claro, echarle agua.
1° La importancia de los bienes de propiedad del Estado (o sea de todos) es mucho mayor que la importancia de los beneficios que puedan conseguir algunas empresas extranjeras o nacionales.
2° Las dobles contabilidades y las ‘utilidades excesivas’ demuestran que hay lenidad, y
3° La desigualdad social y el desencanto general de la población son una clara demostración de que los grandes empresarios «no cumplan el objetivo que la sociedad reclama de ellos.»
O sea que estamos autorizados por Jaime Guzmán a recuperar el cobre y los demás bienes que nos han sido privatizados (o robados).
 
«… más temprano que tarde…» podemos seguir luchando!
«¡Aún tenemos Patria, ciudadanos!»