Por Sally Burch (ALAI) para FCINA
¿Qué importancia le das a este evento que se realiza en defensa de UNASUR y de los pueblos de América Latina?
En primer lugar, establecer cuál es el carácter: es llamado por organizaciones sociales, eso es muy bueno. Porque ciertamente el proceso de integración sudamericana – y latinoamericana y caribeña en general – surgió desde los gobiernos y está bien, les tocaba hacerlo, pero no se ha afincado suficientemente en los pueblos. Los pueblos tienen que ser los dueños de la integración porque la integración es para los pueblos. Es también para los gobiernos pero especialmente es para beneficio de los pueblos.
En buena hora que la primera reacción ante esta absurda, antihistórica y vergonzosa decisión del presidente del Ecuador Lenin Moreno de pedirle a UNASUR que le devuelva el edificio, haya sido está reacción de los pueblos. Me alegro mucho que así sea. Esta es una expresión justamente de nuestros pueblos. Es tremendamente importante porque es decirle a este gobierno y a los gobiernos sudamericanos que, no entendiendo lo que es un proceso de integración, dicen «Salgámonos» como si fuera cualquier cosa, como si estuviéramos jugando. No estamos jugando, estamos construyendo, como en todo el planeta se construyen procesos de integración. En un mundo globalizado es indispensable que estemos juntos para poder sobrevivir, incluso hasta como naciones, como países.
Para que podamos defender nuestra democracia, la paz, para que podamos defender nuestra economía tenemos que estar unidos en bloque. Yo lo decía, si incluso los países más poderosos del mundo, Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España – que son parte de Europa – se dan cuenta que no pueden solos competir o sobrevivir en este mundo globalizado y se unen en la Unión Europea – que les ha tomado décadas enteras hacerlo – ¿cómo es posible que nosotros, que somos países menos desarrollados, más pequeños, más débiles económica-, política y militarmente, simplemente nos pongamos a las órdenes del imperio? Porque eso es lo que quieren. El imperio, por lógica lo que quiere, por una definición estratégica, es que los demás estén divididos para ellos discutir, negociar, tratar las cosas de manera bilateral, supuestamente de tú a tú, entre «iguales». Mentira, no es entre iguales. La única manera de no ser tan desiguales es que estemos unidos y por ello es que es tan importante que se mantenga la integración.
Para los pueblos de la región, ¿cuáles han sido los principales logros de UNASUR en la última década?
Algunas de las cosas importantes. Primero, defender la democracia. En el proceso de intento secesionista en Bolivia, en el intento de golpe de Estado en el Ecuador, en el intento de subversión que se produjo hace algunos años en Venezuela, solamente en eso ya la intervención directa de los gobiernos sudamericanos de la UNASUR fue fundamental.
Incluso para preservar la paz entre Venezuela y Colombia. Hace algunos años atrás, nos tocó a nosotros justamente, desde la presidencia de CELAC y desde la presidencia de UNASUR – que la tenía en ese momento Uruguay – hacer una reunión entre el presidente Juan Manuel Santos y el presidente Nicolás Maduro cuando en su frontera estaban ya rondando militares y volando aviones de guerra en un momento en que pudo haberse producido una situación de crisis bélica en nuestra región. UNASUR y CELAC sirvieron para mediar y para evitar que esto sucediera.
Ya con eso, sería suficiente razón para que UNASUR existiera. Pero qué otras cosas han pasado: Hemos creado el Consejo Suramericano de Defensa que nos ha permitido también generar un cierto nivel de independencia entre nuestros países y para que no dependamos de la «formación» que les da los Estados Unidos a nuestros militares y a nuestra policía. Este Consejo, entre otras cosas que ha hecho, ha sido establecer transparencia en los gastos militares y nos ha permitido establecer un nivel de cooperación entre los países suramericanos que antes no existía. Porque la cooperación era entre nuestros países individualmente concebidos y los Estados Unidos. O en la OEA, que es más o menos decir lo mismo. Ese Consejo Suramericano de Defensa ha sido muy importante.
¿Qué más hemos hecho? Hemos constituido una comisión electoral suramericana, que permite que seamos nosotros mismos los que hagamos acompañamiento electoral en nuestros países. Hemos creado un Consejo Suramericano de Salud, que nos permitió, en un momento particularmente difícil en el que se produjo una epidemia de gripe aviar en nuestra región, que se coordinaran los ministerios de Salud de nuestros países y conseguimos una provisión inmediata de medicinas que permitieron combatir esa enfermedad.
Estamos trabajando en el Consejo Suramericano de Educación en temas que tienen que ver con avanzar en homologación de procesos de evaluación para que los conocimientos, los títulos que se dan en los países sean reconocidos en los otros sin tanta burocracia, con una organización de otro tipo.
Lo que hemos hecho en las decisiones sobre la Ciudadanía Sudamericana. Actualmente tenemos un acuerdo de UNASUR que permite que cualquier ciudadano de UNASUR vaya de un país a otro y pronto pueda tener una visa de UNASUR para poder vivir y trabajar, para podernos movilizar, lo que, en el mediano plazo llegaría a ser la Ciudadanía Suramericana.
En temas de gestión de riesgos, hemos trabajado en poner en común la información de las capacidades que tenemos para atender riesgos y responder mucho más rápidamente ante situaciones graves como erupciones de volcanes, maremotos, terremotos, etc. Todo eso hemos ido avanzando en tan poco tiempo en UNASUR y el señor Lenin Moreno dice: «no ha funcionado UNASUR». O sea, su nivel de ignorancia ya es sublime.
Además otra cosa: nuestra relación entre UNASUR y otros bloques. UNASUR se reunió con los BRICS, se reúne con China, con la Unión Europea, ya no por separado sino como bloque. UNASUR fue un elemento fundamental, indispensable, si no hubiéramos creado UNASUR, no habríamos podido crear la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que también como bloque ahora discute y trata los temas con los otros bloques, con los grandes países. Justamente hace pocos días se produjo una reunión entre la CELAC y la Unión Europea.
Pero si destruimos UNASUR, que es uno de los tres pilares fundamentales de la CELAC, estamos locos. No es «no entender». Lamentablemente, sí es entender. Es que gobiernos de derecha, gobiernos entreguistas, gobiernos sometidos, que hablan español pero piensan en inglés, que tienen su corazón en los Estados Unidos, se entregan a los poderes imperiales y les hacen caso para dividirnos. Es gravísimo lo que está sucediendo. Por eso nuestros pueblos y las instituciones, universidades, municipios, entidades, institutos de todo tipo deberían unirse a este primer paso dado por las organizaciones sociales para defender el proceso de integración suramericano y latinoamericano y caribeño.
¿Qué pueden hacer los pueblos de América Latina ante la actual situación de casi parálisis de UNASUR con la suspensión de la participación de seis países?
Exigirles a los gobiernos que den un paso hacia adelante para comenzar con la designación del Secretario General. Es necesario que haya un Secretario General, es fundamental. No es que se va a morir sin un Secretario General, pero por supuesto pierde su capacidad operativa. Debiéramos exigir que se nombre un Secretario General a efectos de que pueda tener la operatividad que UNASUR debe tener. Sí tiene muchísimos consejos que existen, que se reúnen, que siguen reuniéndose, pero sin una entidad operativa como la Secretaría General que tiene aquí su sede, por supuesto que va a ver afectada su capacidad de crecer y de fortalecerse.