El Gobierno de Damasco ha dado luz verde este lunes a la petición rusa de poner su arsenal de armas químicas bajo “control internacional” para que luego sea destruido.
Siria ha aceptado la demanda rusa, presentada por el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, durante una reunión mantenida en Moscú con su homólogo sirio, Walid al-Moalem.

La oferta, según el canciller ruso, tiene como fin evitar la posible intervención militar de EE.UU. en Siria, cuyo Gobierno está acusado de autorizar el empleo de armas químicas en un ataque realizado el pasado mes de agosto en los suburbios de la capital siria; hecho que ha sido rechazado rotundamente por Damasco.

“Llamamos a los dirigentes sirios no sólo a aceptar poner su arsenal de armas químicas bajo control internacional y a continuación destruirlo, sino también a unirse plenamente a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas”, ha dicho Lavrov.

Las declaraciones del jefe de la Diplomacia rusa se han producido poco después de que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, declarara que el presidente sirio, Bashar al-Asad, “podría evitar los ataques colocando bajo control su arsenal químico”.

Por su parte, el ministro sirio de Asuntos Exteriores ha transmitido la postura de Damasco a favor de llevar a cabo una plena cooperación con Rusia para eliminar cualquier pretexto que conduzca a una agresión contra Siria.

La crisis siria está en un punto candente después de que el pasado 21 de agosto, los terroristas acusaran al Gobierno sirio de haber matado a unas 1 300 personas en un ataque con armas químicas en una zona cerca de Damasco.

Por su parte, el Gobierno sirio no solo rechazó todas estas acusaciones, sino permitió a los expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) acceder a su territorio para llevar a cabo investigaciones que distingan al autor de dicho ataque químico.