El martes 17 de julio, hacia las 18.00 horas en Roma, un grupo de romaníes regresaba del patio de juegos de Via Togliatti cuando un golpe con una pistola de aire comprimido explotó contra ellos. El impacto hirió la espalda de Cirasela, una niña de 15 meses, que estaba en brazos de su madre y ahora está en el hospital: la bala ha dañado su pequeña columna vertebral, que ahora corre el riesgo de quedar paralizada.
¿Por qué?
¿Por qué debería ser destruida la vida de un ser inocente? ¿Por qué una familia pobre e indefensa debe caer en la desesperación en su bien más preciado y único, sus hijos? ¿Por qué puede haber alguien tan cobarde como para disparar a personas indefensas que caminan por la calle para hacerles daño?
Sabemos por qué.
Sabemos que diez años de campañas de discriminación y odio contra los que no tienen otra culpa que la de ser diferentes han cultivado el resentimiento y la cólera en los que necesitan encontrar un culpable de su propia incomodidad, la inseguridad del presente, la incertidumbre del futuro.
Sabemos quién cultivó este rencor que un día golpea a muerte a un ser humano con otro color de piel, un día a un grupo de «gitanos» que regresan de un patio de recreo, mañana a un ser humano que piensa diferente, sólo porque cree en un dios llamado Alá.
Sabemos que esta ola negra de odio y rencor la siente ahora el Gobierno italiano, que dirige el Ministerio del Interior, que la ha alimentado y ahora se beneficia de ella, con rechazos prometedores, excavadoras y censos étnicos.
Sabemos que esta ola negra sumerge el sentido mismo de humanidad que debería distinguirnos y que sólo recuperando este sentido de humanidad no habrá más madres y niños abandonados a la muerte en el mar, inmigrantes y «gitanos» perseguidos por los cobardes en una larga lista de pequeñas y grandes violencias que hacen vivir con miedo a comunidades enteras.
Por eso no nos apetece recurrir al Ministro del Interior para pedir justicia para la pequeña Cirasela. Por supuesto, la policía y los Carabinieri llevarán a cabo sus propias investigaciones, pero el hombre cobarde que actúa en las sombras sabe que prácticamente goza de impunidad y, por lo tanto, su gesto es aún más cobarde.
Por el contrario, nos dirigimos a quienes representan a todo el pueblo italiano, al Presidente de la República Italiana, porque con sus arriesgadas palabras la conciencia colectiva le devuelve ese sentido de humanidad que parece perdido y garantiza que la acción del Gobierno sea coherente con los principios que la Carta de los Derechos Universales y nuestra Constitución han sancionado después de que la humanidad emergiera de la mayor tragedia causada por el odio al otro a causa de la diferencia de religión, raza u opinión política.
Alleanza Romanì, Accademia d’arte romanì, Associazione nazionale Them Romanò onlus, FederArteRom, Associazione Upre Roma, Associazione Amici di Zefferino, Associazione Romani Kriss, Associazione Sinti italiani di Prato, Associazione Nevo Drom, Associazione Rom in Progress, Associzione New Romalen, Associazione Futurom, Associazione Romni onlus, Associazione Rowni, Associazione Rom e Romnia Europa, Associazione Sucar Drom, Associazione cittadinanza e minoranze