Conozca el caso

El proceso para la destitución del alcalde fluminense fue movido después de que un audio se filtró de una reunión con más de 200 líderes evangélicos en los que el político prometía cirugías de cataratas y varices, de una forma más práctica y ágil. Además, prometió exención del IPTU, el impuesto municipal sobre las tierras urbanas. Bastaba hablar con su asesora, Márcia. El caso se volvió hasta letra de samba. La petición de alejamiento de Marcelo Crivella, obispo licenciado de la universal, no fue aceptado por la Cámara de los concejales de Río. La decisión fue tomada el pasado día 12. Pero causó una fuerte sacudida en su capital político.

La unión entre política y religión siempre ha sido una mezcla complicada para el mantenimiento de las libertades más elementales. Como el derecho de expresión y de la propia religiosidad. El caso Crivella expone el problema de esa mezcla. El prefecto de Río claramente favoreció a grupos vinculados a su credo, a los evangélicos. El audio filtrado dejó esto explícito.

Política y Religión

El Estado brasileño es un Estado laico. Por eso, no debe favorecer a ninguna persona por su credo, por su creencia. El ejercicio es básico y simple. La influencia de la religión en la política impide el derecho de la propia libertad religiosa, como bien saben los emigrantes que salieron de Inglaterra en el siglo XVII huyendo de la fuerte y aguda persecución religiosa. Como es el caso de los bautistas, que tienen como uno de sus fundamentos «la libertad de religión». El «da al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios», frase atribuida a Jesús, es arrancada de la liturgia de los cultos de las denominaciones que hacen la cooptación de sus fieles para fines políticos y electorales.

La supresión de los derechos civiles (aquí incluida la libertad religiosa) fue un obstáculo para los grupos protestantes durante el Brasil Colonia e Imperio, que tenía en la religión católica la religión oficial. Sólo durante el período republicano es que hubo la apertura a otras religiones, existiendo, y aun así persistió (¡y persiste!) el fuerte prejuicio y persecución hacia las religiones de matriz africana.

Por lo tanto, se trata de un grupo que para crecer y sobrevivir en Brasil tuvo en los derechos civiles, en las libertades, su posibilidad de actuación. Derechos sine qua non (sin los cuales), tal crecimiento no sería posible.

El crecimiento de fundamentalismos religiosos es dañino para cualquier Estado de Derecho, para cualquier democracia. En el caso brasileño con grupos evangélicos, hay la difusión de innumerables preconceptos, como la intolerancia religiosa, sexual, entre otras. De la captación de segmentos de la población, de la más pobre y frágil, que bajo la bandera del «conservadurismo moral» disfrazados de «defensores de la familia» apoyan las pautas retrógradas que alcanzan en lleno las parcelas de la población que más necesitan de los servicios públicos como de la salud y de la educación. Como fue el caso del posicionamiento de determinados líderes evangélicos que apoyaron el golpe de 1964 y el reciente golpe de 2016.

A pesar del crecimiento de la participación de los evangélicos en el poder, que culminó en el ascenso de Marcelo Crivella a la prefectura de Río de Janeiro, obispo licenciado de la Iglesia Universal, existen grupos evangélicos progresistas que nadan en contra del sector conservador que domina los titulares en los noticieros y los púlpitos de las congregaciones. Como las Evangélicas por la Igualdad de Género y los Evangélicos por el Estado de Derecho. Además, una encuesta realizada durante la «Marcha por Jesús 2018» reveló que la religión tiene influencia sobre la política, pero no como muchos se imaginan. La investigación muestra la heterogeneidad del grupo.

En una resolución dictada el 16 de julio, el juez Rafael Cavalcanti Cruz determinó que el alcalde de Río de Janeiro no puede favorecer ningún credo religioso, ni realizar censos demográficos de determinadas parcelas del funcionalismo público. Además, el alcalde carioca está siendo procesado por corrupción por cuenta de su actuación como Ministro de Pesquería (carpeta que había desaparecido).