Mañana, varias familias de sirios e iraquíes que huyen de la guerra llegan del Líbano, donde llevan años viviendo en condiciones desesperadas. En total son 33 los beneficiarios de este viaje de ida, que los llevará desde Beirut a diferentes regiones de Italia pasando primero por el aeropuerto Roma-Fiumicino, donde presentarán su solicitud de asilo tan pronto como aterricen.
Continúa el proyecto ecuménico de los «corredores humanitarios» – otro grupo llegó la semana pasada – promovido conjuntamente por la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia (FCEI), Tavola Valdese y la Comunidad de San Egidio en coordinación con los Ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores.
Roma, Turín, Luserna San Giovanni (Turín), Trento, Florencia y Piacenza son los destinos de las familias, pero también de algunos jóvenes refugiados solteros, que buscan una nueva vida, gracias a la generosidad y dedicación de muchos italianos. La seguridad, la hospitalidad y los caminos de integración son ofrecidos tanto por los organismos protestantes -incluyendo la Diaconía Valdense-, como por la Comunidad de San Egidio.
La Federación de Iglesias Evangélicas en Italia también está activa en el frente de rescate en el mar, en particular con la ONG española Proactiva Open Arms, en camino a Barcelona, donde, en las próximas horas, se esperan 59 náufragos, actualmente a bordo del remolcador. Ni Malta ni Italia han garantizado su atraque en un puerto seguro.
«A pesar de todo, hay una Italia y una Europa de solidaridad y hospitalidad que merecen más atención y respeto – dice Paolo Naso, coordinador del Programa Esperanza Mediterránea, Refugiados e Inmigrantes de la FCEI -. Mientras llegan desde Bruselas propuestas débiles y contradictorias, la propuesta y las buenas prácticas de los corredores humanitarios se abren camino en Italia y en el extranjero. Esperamos que se amplíe y consolide, y no sólo por razones humanitarias. También para mantener la fe en los principios y valores que sustentan un proyecto europeo de solidaridad que hoy parece, si no cancelado, criticado y dejado de lado por quienes deberían afirmarlo y revitalizarlo».
Desde el inicio del proyecto ecuménico de los «corredores humanitarios» -el primer arribo se remonta a febrero de 2016- han llegado a Italia 1249 personas procedentes del Líbano, 447 de ellas menores de edad. A la gran mayoría se le ha concedido el estatuto de refugiado, mientras que unos pocos tienen otras formas de protección internacional. Hasta la fecha, 308 personas han logrado una autonomía plena y completa.
Se han puesto en marcha proyectos similares con carácter experimental en Francia y Bélgica. Existe otro proyecto de Etiopía hacia Italia promovido por diversos organismos católicos.
Fuente Nev.it
Traducido del italiano por María Cristina Sánchez