Presentación del libro: «El ocaso de la Diosa. Incesto, género y parentesco», de Florence Rosemberg y Estela Troya, con comentarios de los profesores: Ricardo Laviada y David Sámano de la UACM (Universidad Autónoma de la Ciudad de México) y preguntas del público, en el ciclo de conferencias: Visiones del Nuevo Humanismo.

Por David Sámano.-

En la introducción de este libro  El Ocaso de la Diosa, incesto genero y parentesco, se nos ofrecen  distintas opciones para abordarlo: una es seguir el mismo camino que recorrieron  las autoras, otra es dejarse llevar por intereses o curiosidad, de acuerdo a los temas de  cada capítulo, y otra: que uno tenga un camino propio preconcebido -creo que este último es mi caso.

Cuando trabajaba en la ENAH (Escuela Nacional e Antropología e Historia) tuve la suerte de impartir antropología del parentesco. Esto me ayudó a entender mejor lo que ha sido  considerado  una condición necesaria para emprender el estudio científico de la cultura propia o ajena:  “el extrañamiento”. El extrañamiento  ante lo que algunos consideraban lo exótico y que luego, gracias al avance de la perspectiva antropológica-científica, nos hemos venido dando  cuenta de que lo que tipificamos como exótico, desviado, sucio, o atrasado, es más bien una muestra  de los caminos diversos a través de los cuales el ser humano interactúa con su entorno natural, social y cultural para resolver su existencia.

De manera general creo que el estudio de la antropología cultural nos ha hecho comprender: que aspectos de la vida que consideramos, le suceden a todo el mundo,  solo ocurren en “mi mundo” y que aspectos  que creemos  que solo ocurren en “mi mundo” aparecen  por todas partes. Cuando inicie mis estudios etnológicos pensaba por ejemplo,  que en todos los pueblos  cuentan como parientes, tanto los que descienden  (o ascienden ) por la línea materna como la paterna; descubrí que no es así. Hay pueblos matrilineales que solo consideran  sus parientes a  quienes  descienden (o ascienden)  de las mujeres  y  pueblos patrilineales que solo consideran  parientes a  quienes  descienden (o ascienden) de los varones. Por otro lado,  el estudio antropológico del parentesco nos pone ante costumbres  que aunque nos resulten muy diversas  pueden representar un caso particular de  un mismo modelo general.

Si por condición humana nos referimos al conjunto de condiciones que tienen  que darse para que emerja un ser humano, o de manera general lo humano, vemos que al  menos hasta ahora, haber nacido en una familia, es un elemento fundamental  de la condición humana de todos los tiempos. Y si algo es inherente a la familia es el parentesco. Se contrae desde que se nace e influye profundamente en lo que los antropólogos llaman proceso de enculturación[1]. Este proceso no deja de ser análogo al humanitas renacentista pues es sobre todo un proceso educativo y  formativo  del sujeto. Por lo mismo, el parentesco ha sido uno de los temas fundantes de la antropología  como estudio científico del ser humano y hoy aparece como un innovador punto de vista para auxiliar al humanismo preocupado por temas como la no discriminación y el respeto de la diversidad personal y cultural. También a través de los capítulos de este libro que hoy presentamos,  nos hemos encontrado  con abordajes de cuestiones centrales sobre el parentesco  que nos ayudan a esclarecer la problemática de  lo que en el diccionario del Nuevo Humanismo se entiende como  la  Cuestión Femenina[2]. Un tema de enorme relevancia en nuestro días que todo replanteamiento del humanismo no puede dejar de considerar.

Muchas gracias.

[1] Proceso por el cual un individuo adquiere las representaciones mentales (creencias conocimiento y demás) y los patrones de comportamiento requeridos para funcionar como miembros de una cultura. Puede considerarse que también los ritos de iniciación y otras formas de adiestramiento posteriores tienen una función de enculturación. Diccionario de Antropología. Thomas Barfield (editor). 2000.

[2] CUESTIÓN FEMENINA

Se llama así, en términos generales, al conjunto de problemas derivados de la situación de desigualdad, injusticia y sometimiento de la mujer en las sociedades contemporáneas. La lucha contra la discriminación (*) que se efectúa en estas sociedades “patriarcales” ha tomado el carácter de feminismo, constituyendo un avance en el logro de reivindicaciones inmediatas y en la aplicación de leyes de igualdad, leyes que no existían antes de esas protestas y acciones, o que si existían se mantenían formalmente sin aplicación concreta.

El N. H. plantea el desarrollo de la c. f. como imprescindible en el proceso de humanización de la sociedad. La c. f. no puede permanecer dentro del ámbito de organizaciones más o menos humanitarias, sino tomar carácter de frente de acción (*) en base a sus propias características y con enlaces múltiples con otros frentes antidiscriminatorios. Diccionario del Nuevo Humanismo. 2002.