Una escasa presencia de manifestantes y ningún incidente violento caracterizaron hoy las protestas contra la liberación la semana pasada del expresidente egipcio Hosni Mubarak por el gobierno interino impuesto por la junta militar.
Los movilizaciones convocadas por el grupo 6 de Abril, que condujo en 2011 a las revueltas contra Mubarak en el contexto de la llamada Primavera Árabe, carecieron de apoyo entre las masas populares, al parecer concentradas en otros asuntos.
Los manifestantes en Alejandría se reunieron alrededor de la vivienda de Khaled Saeed, el joven vendedor golpeado antes de aquellos hechos por la policía hasta matarlo.
Mubarak, de 85 años, 30 en el poder y preso en una cárcel de esta capital, fue sentenciado a cadena perpetua el año pasado por contribuir a aquella masacre de manifestantes, pero un tribunal aceptó su apelación y obligó a realizar nuevamente el juicio.
Varias audiencias por cargos de corrupción y otros delitos contra el convicto fueron exonerándolo de acusaciones hasta quedar solo la de su protagonismo en la muerte de manifestantes, que se decidió afrontará en libertad condicional.
Actuales manifestaciones en favor de la restitución en el poder de Mohamed Morsi, quien fue electo presidente en junio de 2011 en el primer proceso eleccionario democrático celebrado en el país, acumulan ya más de mil muertos, entre ellos cien militares.
Detenciones de líderes y militantes de la Hermandad Musulmana- ilegalizada durante el gobierno de Mubarak y luego instituida en el partido electoral que llevó a Morsi al poder- elevan las tensiones en Egipto, al parecer distante de una paz inmediata.