Organizaciones de derechos humanos chilenas y sitios de memoria (espacios que fueron centros de tortura durante la dictadura de Pinochet), rechazan las declaraciones de quien fuera comandante en jefe del Ejército y hoy integra el directorio del Servicio Electoral, Juan Emilio Cheyre, quien se defiende por su rol tras entregar al niño Ernesto Lejderman a unas monjas luego del asesinato de sus padres. Lea acá la declaración:

En la víspera de la conmemoración del Día del Detenido Desaparecido y ad portas de cumplirse 40 años del Golpe de Estado de 1973, las organizaciones abajo firmantes nos dirigimos a la comunidad nacional e internacional para fijar nuestra posición ante los dichos de Cheyre, ex comandante en Jefe del Ejército, que resultan ineludibles para quienes, desde la sociedad civil, aportamos a la defensa y promoción de los Derechos Humanos, el resguardo de la Memoria Histórica de nuestro pueblo, y la Verdad y la Justicia. Por todo ello:

Nos resultan absurdas e ilógicas las declaraciones realizadas en los últimos días por el militar en retiro, Juan Cheyre Espinosa, alegando desconocimiento de las graves violaciones a los derechos humanos acontecidas en nuestro país, durante los 17 años en que la dictadura de Pinochet gobernó Chile, donde establece que  en el caso específico del asesinato de los padres de Ernesto Lejderman Ávalos, fue engañado.

Todos sabemos que Juan Cheyre no es un simple militar, acatador de órdenes diseñadas por otros. Se trata de un personaje que alcanzó el más alto rango y cargo en la institución castrense, llegando a ser Comandante en Jefe del Ejército de Chile, que luego de acogerse a retiro, fue nombrado Director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica (entidad orientada al tratamiento de los temas de Seguridad, Paz y Energía). A comienzos del presente año fue designado Presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral, SERVEL; y en la Academia Diplomática de Chile “Andrés Bello”, donde se forma a los futuros profesionales para la representación de nuestro país en el exterior, imparte clases sobre Seguridad y Estrategia. Es decir, se trata de una persona especializada en doctrina y técnicas militares, las que incluyen estrategias de inteligencia, información, desinformación y montajes, entendidos como las primeras acciones que el mundo castrense realiza como parte de la preparación y entrenamiento para sus guerras imaginarias o reales.

Señalar que “Ha sido víctima de una mentira”, cuando creyó la información que se le entregó y que señalaba que dos personas se autoeliminaron, en circunstancias que fue una patrulla del Ejército al que Cheyre pertenecía -la que asesinó al matrimonio compuesto por Bernardo Lejderman y María Ávalos dejando huérfano a su pequeño hijo de dos años-, resulta una afirmación indigna para un experto en diseño de montajes y escenarios guerreros.  Más aún, la oficialidad de ese entonces de la cual Cheyre formaba parte, fue ejecutora de las órdenes dadas por el Alto Mando que tomó el poder y sumió a nuestro pueblo en la tiranía; y en su caso particular, Cheyre era ayudante de Ariosto Lapostol, Comandante del Regimiento de Artillería N°2 de La Serena, por lo que formaba parte del círculo más estrecho, de toma de decisiones y alineamiento de los subordinados de dicho mando y es desde allí, donde se ordena la detención y tortura de quienes ayudaban al matrimonio asesinado y, desde donde, posteriormente se entrega la orden a la patrulla que los acribilla. Es decir, Juan Cheyre, MIENTE con desparpajo ante el país y ante sí mismo. Su cargo de Intendente de la IV Región, lo realiza posteriormente, entre los años 1988 y 1990,  hecho sobre el que también mintió.

Cheyre agregó luego: “No entendía cómo dos padres dejaban a su hijo por una ideología, por un sueño (…)”.  Los padres de Ernesto Lejderman Avalos sabían que los militares chilenos no les perdonarían la vida y la forma como fueron asesinados, lo confirma, porque no fueron detenidos, simplemente los ejecutaron sumariamente; Cheyre MIENTE nuevamente y lo que es peor, culpa a las personas asesinadas de haber abandonado a ese niño, en circunstancias que es el Ejército de Chile el que los asesina y deja sin padres a un niño que luego, decide entregarlo a un Convento.

Finalmente establecemos que Cheyre y la totalidad de los oficiales de las FF.AA, han sido y continúan formándose bajo la Doctrina de Seguridad Nacional, que considera la existencia de un “enemigo interno”, sobre el cual se deben utilizar diversas formas de combate y eliminación, lo que nos lleva a exigir la revisión urgente de los aspectos formativos de estos cuerpos armados.

Por todo lo anterior, exigimos:

1.      Renuncia inmediata de Cheyre a todo cargo en los Servicios Públicos, especialmente en el SERVEL, entidad que regula la expresión de una sociedad democrática y donde se cautela uno de los actos en que todo ciudadano vale lo mismo ante una urna con su voto. Cheyre no tiene solvencia moral para mantenerse en un cargo de esta envergadura, no más mentiras, ni montajes ni chantajes emocionales. Basta del abuso que han hecho en estos 40 años, del terror y la mentira.

2.      Solicitamos una vez más a las Fuerzas Armadas, entregar toda la información sobre las graves violaciones a los derechos humanos acontecidos en nuestro país,  terminar con sus pactos de silencio y la impunidad que tanto daño causa a nuestra sociedad y a las nuevas generaciones. Que de una vez por todas, nos DIGAN DÓNDE ESTÁN.

3.      Especialmente, les pedimos entregar toda la información sobre los niños y niñas que debieron haber nacido de madres que se encontraban embarazadas al momento de sus detenciones, y que hasta hoy están desaparecidas.

4.      Queremos saber cuántos y quienes son esos hijos e hijas de prisioneros de otros países del Cono Sur que fueron traídos a Chile o pasados por Chile y entregados en  adopción, luego que sus padres fueran hechos desaparecer cuando las fuerzas represivas y servicios de inteligencia de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, entre otros, colocaban en ejecución el Plan Operación Cóndor, plan genocida que significó el asesinato de cientos de personas en nuestra América Latina, en la década de los 70.

5.      Solicitamos al Poder Judicial investigar la situación de los niños y niñas afectados por la represión dictatorial y aplicar las sanciones necesarias a estos crímenes de lesa humanidad, que recordamos de paso, no prescriben ni pueden ser amnistiados ni indultados.

6.      Estimamos un deber ético que el Estado Chileno y su Gobierno entregue públicas excusas a los países a los que pertenecían los ciudadanos extranjeros asesinados por los militares y policías chilenos durante la dictadura

Firman:

 Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos

CODEPU

Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi

Comisión Ética Contra la Tortura

Colectivo 119 Familiares y Compañeros

FASIC

José Domingo Cañas

Nido 20

Tres y Cuatro Álamos