La desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción del PP (cuyo paradigma sería la reciente sentencia del Caso Gürtel), generó un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores originando un “caos constructivo” que facilitó la presentación de una moción de censura por parte de Pedro Sánchez, quien tras lograr el apoyo del resto de partidos de la oposición (excepto Ciudadanos, la marca blanca del PP), ha conseguido finiquitar el Gobierno de Rajoy y abrir un horizonte limitado en el tiempo (1 año), en el que primará la implementación de una nueva cartografía socio-política del Estado español.
Corrupción e incremento de la desigualdad
La metástasis de la corrupción afectaría a cargos electos de la mayoría de los partidos políticos que detentan el Poder en cualquiera de los corruptos Reinos de Taifas en que se ha convertido el Estado español (PP, PSOE,CDC, Coalición Canaria, PNV, IU y UPN), convirtiendo la escena política en un inmenso queso taladrado por la corrupción y envuelto en la capa de la inviolabilidad (estatus de aforado). La cartografía de la corrupción abarcaría pues a todas las Comunidades Autónomas y afectarían a todos los partidos que detentan parcelas de poder en cualquiera de ellas, estando los políticos presuntamente implicados en casos de corrupción, nepotismo y tráfico de influencias protegidos en un primer estadio por el status de “aforado” y en segunda estancia por la benignidad de los magistrados a la hora dictar sentencias condenatorias.
Mientras, el último informe de Intermon Oxfam sobre “Crisis, desigualdad y pobreza” advierte que “de continuar los recortes sociales, la pobreza en España podría llegar a afectar al 40 % de la población en el horizonte de la próxima década” y según dicha ONG, la tasa de pobreza se situaría en el 24 % de la población y afectaría a cerca de 11 millones de personas. Finalmente, añadir que según Cáritas tres millones de personas vivirían ya en situación de “pobreza severa” (menos de 307 euros al mes) mientras el número de millonarios en España habría aumentado un 13% en el último año según datos de Eurostat, con lo que se estaría agudizando de forma vertiginosa una fractura social de resultados impredecibles.
El déficit democrático del Estado español
El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial, política, militar, jerarquía católica, universitaria y mass media que serían los herederos naturales del legado del General Franco y que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en España” escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet), iniciando asimismo una deriva autoritaria que habría ya convertido a la pseudodemocracia española en rehén del establishment y que tendría como objetivo último la implementación del Estado Tardofranquista.
El Tardofranquismo sería hijo del Tejerazo o golpe blando de 1.981 en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el establishment asociado al sistema monárquico, al sistema político bipartidista y a la “unidad indisoluble de la nación española” y estaría plasmado en la todavía vigente Constitución de 1.978, Carta Magna que estaría blindada ante cualquier cambio institucional que se pueda producir en el Estado español con lo que se cumpliría una vez más la profecía : “Todo está atado y bien atado”.
Dicho Tardofranquismo sería un anacronismo político que bebería de las fuentes del centralismo jacobino francés y del paternalismo de las dictaduras blandas y que incluirá en su cartografía la llamada “Doctrina Aznar”, distopía que tendría como ejes principales la culminación de la “derrota institucional de ETA para impedir que el terrorismo encuentre en sus socios políticos el oxígeno que le permita sobrevivir a su derrota operativa” y el mantenimiento de la “unidad indisoluble de España “.
¿Se enfrentará Pedro Sánchez al establishment dominante del Estado español?
El biólogo Lyan Watson en su obra “Lifetide” publicada en 1979 afirma que “si un número suficientemente grande de personas (Masa Crítica) adquieren un nuevo conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propagará por toda la humanidad”, para lo que es necesario que un determinado número de personas (Masa Crítica), alcance una conciencia más elevada, momento en que el individuo es capaz ya de realizar un salto evolutivo y lograr un cambio de mentalidad, tesis conocida como “Teoría del Centésimo Mono”.
En consecuencia, asistiremos a la aparición de un nuevo individuo reafirmado en una sólida conciencia crítica y sustentado en valores caídos en desuso como la solidaridad y la indignación colectiva ante la corrupción e injusticia imperantes, dispuesto a quebrantar las normas y las leyes impuestas por la “monarquía de las tinieblas”. Para lograrlo, será preciso transitar por la senda marcada por il poverello D´Assisi: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”, tras lo que asistiremos al advenimiento de una República Confederal en el horizonte del 2.020, quedando el Trienio 2018-2020 como escenario de una época traumática en la que agonizará lo viejo sin que amanezca lo nuevo.