Por Eva Débia, publicado por Revista Somos.
Este maestro iraní dejó un legado de buenas prácticas morales; no en vano su filosofía está basada en tres premisas: buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos. Desde los Reyes Magos hasta cantantes de rock como Freddy Mercury se han inspirado en sus enseñanzas. Sepa ahora por qué.
Zoroastro, como era conocido en la Grecia clásica, habría vivido «258 años antes que Alejandro», esto es entre el 626 y el 551 a. de C. Sin embargo, otras investigaciones sitúan su existencia alrededor del año 1.000 a. de C. Platón, primer occidental en nombrar al profeta, afirmaba que era iraní, y que había vivido justo antes de la fundación del Imperio Persa por Ciro el Grande.
El nombre Zoroastro deriva del griego y significa “estrella resplandeciente”, probablemente por el alto nivel de influencia que el legado del pensador tuvo en filósofos griegos como Aristóteles y el ya citado Platón. Tal fue el respeto que se le tuvo en el imperio grecorromano que el sabio e historiador latino Plinio el Viejo indicó que Zoroastro habría sido el único hombre en nacer con una sonrisa en los labios, lo que auguraba su sabiduría divina.
Existen pocas referencias sobre su vida, por lo que su paso por la historia se ve mezclado con la leyenda y el misterio. No existe unidad de criterio sobre su nacimiento; algunos señalan que nació en Rajes (ahora Raí), localidad cercana a Teherán, en Irán, pero otros indican su país de origen en Kazajistán, e incluso en Atropatena, el actual Azerbaiján. Otros afirman que nació en Bactriana, en el norte de Afganistán. Habría llegado al mundo del seno de una madre virgen de sólo quince años de edad, fenómeno considerado por los suyos como un milagro de Dios.
Nació en una noble familia, los Spitama. Sus discípulos aseguran que perteneció a un clan descendiente de los madai del Génesis, por lo que habría pertenecido a la raza de Jafet, tercer hijo de Noé. Se cree que fue sacerdote y que desde su juventud empezó a recibir las revelaciones de Ahura Mazda o ‘Señor de la sabiduría’.
A los 15 años Zoroastro llegó a ser conocido por su gran bondad hacia los pobres y los animales. A los veinte años dejó su hogar y pasó siete años en la cueva de una montaña; posteriormente regresó a su pueblo. Recibió las primeras revelaciones a los 30 años de edad, mientras se encontraba en las montañas del Khorasán, en el noreste de Irán, donde meditó muchos días ante el fuego. Tras este período, Zoroastro anunció, ante pastores de ovejas y cabras, que Ahura Mazda le habría revelado tres solicitudes esenciales para el ser humano: pensamiento puro, palabra pura y acción pura.
Esta prédica, desafiante respecto de la religión iraní tradicional, se topó con la hostilidad del clero, e incluso lo encarcelaron, pues su mensaje atentaba con los parámetros de la tradición, pero el profeta recibió el apoyo de Vishtapa, un príncipe de Bactriana. Si bien nunca se supo la fecha de su muerte, la leyenda dice que habría sido asesinado.
Hay quienes señalan que Zaratustra corresponde al nombre dado a un grupo de maestros, siendo Zoroastro el último de ellos. El vocablo Zarathustra deriva del persa, y corresponde al «hombre de los camellos viejos» o bien al «criador o cuidador de caballos». La religión fundada por Zoroastro fue llamada por él mismo “Daena Vanguji”, traducible como “buena conciencia” o simplemente como “buena religión”.
Este maestro posee una importancia única en la historia de las religiones a causa de sus enlaces con las tradiciones occidental abrahámica y oriental dhármica. De acuerdo a la experta en religiones del Medio Oriente Mary Boyce, “el zoroastrismo es la más antigua de todas las religiones de credo reveladas, y ha tenido probablemente más influencia, directa o indirectamente, que cualquier otro culto individual”.
Mazdeísmo
El mazdeísmo o zoroastrismo es una de las religiones vivas más antiguas. Parte de sus enseñanzas pasaron al judaísmo y al cristianismo, y de estas dos posteriormente al Islam. Además, el principio de la lucha entre el bien y el mal fue la base del maniqueísmo desde el siglo III.
Hay quienes estiman que el zoroastrismo es una reforma de la religión practicada por tribus iraníes instaladas en Turkistán entre el 2.000 y el 1.000 a. de C. Estas tribus estaban estrechamente ligadas con los indo-arios, quienes aportaron el sánscrito y todas sus lenguas derivadas en la India del Norte, a partir del año 1.700 a. de C.
Pese a lo anterior, el término zoroastrismo es una construcción moderna. De acuerdo al Diccionario Oxford, apareció en 1874 en los Principios de Filología Comparada de Archibald Sayce. Pero la primera referencia conocida a Zoroastro en el mundo occidental está fechada en 1642, cuando Thomas Browne se refiere a él brevemente en su libro Religio Medici.
El zoroastrismo y la religión india tienen un punto inicial común: la figura del dios sol, llamado Mitra por los indios y Mithra por los iranios. Esta figura evolucionó de modos muy distintos en cada civilización. De acuerdo al especialista del Rig-Veda y del Avesta François Cornillot, para los indios, Mitra se dividió en tres deidades diferentes: Mitra, Ariamán y Váruna. Entre los iranios, en cambio, este dios guardó su unidad en la figura de Ahura Mazda, estimado por el especialista como la personificación mítica del Cielo.
Sea como fuere, en todo el territorio de esta cultura (Golfo Pérsico, India, Afganistán, etc.) es frecuente encontrar amuletos con representaciones de lucha entre serpientes y dragones, con ojos grandes y una enorme boca abierta. Esto es una representación primitiva de la lucha entre la luz y las tinieblas o, si se prefiere, entre la vida y la muerte, conflicto característico de la religión indoirania y que el zoroastrismo conservó.
El mazdeísmo tiene como base el conflicto entre el bien y el mal, representado en la pugna de dos dioses hermanos y gemelos: Ahura Mazda y Angra Mainyu o Ahrimán. Estos espíritus coexisten en cada uno de los seres vivientes. Es probable que el término mazdeísmo derive de Mazdayasna, expresión compuesta del avéstico que combina el último elemento del nombre Ahura Mazda y la palabra avéstica yasna, que significa devoción.
Los mazdeístas suponen que los individuos son libres de elegir entre el bien y el mal, pero que existe un imperativo moral para conducirse de forma justa y que las fuerzas superiores de Ahura Mazda acaban por imponerse siempre; la creencia en la vida después de la muerte traduce esta confianza en el triunfo de las fuerzas del bien.
Ahura Mazda es el fuego eterno, símbolo divino. El principio de Zaratustra es que existe un espíritu divino escindido en dos opuestos, representando el día y la noche, la vida y la muerte. Esta religión propugna la igualdad de todos, al margen de diferencias de género, raza o religión; en ese contexto, respeta todas las formas vivientes, condenando la opresión del ser humano y la crueldad y el sacrificio de animales; defiende la naturaleza, el trabajo duro, la caridad, la lealtad y la fidelidad a la familia, la comunidad y el país.
La energía del creador es representada por el fuego y el sol; normalmente quienes adhieren a esta doctrina rezan frente a una forma de fuego o una fuente de luz. No se adora el fuego en sí mismo, sino que este elemento es un símbolo de la divinidad.
El Avesta
Zoroastro dejó como legado una gran obra, el Zend Avesta, que significa “comentario sobre el conocimiento”; esta escritura sagrada, que compila las bases del mazdeísmo, fue transmitida durante mucho tiempo de manera oral.
En tiempos del Imperio Sasánida (226-651 d. de C.) fueron recopilados los textos que conforman el Avesta, tras el incendio de Persépolis en manos de Alejandro Magno. Los más importantes son los cánticos sagrados, llamados Gathas, sobre los que se cree podrían haber sido efectivamente compuestos por Zoroastro. El compendio conocido en la actualidad es básicamente el resultado de una redacción que se habría hecho durante el reinado de Sapor II (309-379). La copia más antigua de los textos data de 1288. Las otras partes del Avesta son posteriores a los Gathas. La primera traducción a una lengua europea fue del francés Abraham Hyacinte Anquetil-Duperron, en 1771.
Los textos del Zend-Avesta que se conservan son: los Yasnas (o Isenshne) entre los que se encuentran los mencionados Gathas; el Vispered, continuación del texto anterior; el Vendidad, ley creada contra los demonios; los Yasht, evocación a los genios que presiden los días; el Khorda, oración dirigida al Sol y la Luna; y los Fringhans, encantamientos que el sacerdote hacía en sus rituales.
En los Gathas, Ahura Mazda le habría dado la misión al sacerdote de renovar la antigua religión, confirmándose como el único dios del Bien, la encarnación de la luz, de la vida y de la verdad. Los Gathas hablan de las relaciones entre Ahura Mazda y otras categorías divinas, Inmortales Benéficos, que se personifican como arcángeles: la verdad, la justicia, el orden, la docilidad, la vitalidad y la inmortalidad.
Esta religión tuvo un marcado contenido moral: el ser humano puede y debe optar entre el bien y el mal. Los imperativos humanos son trabajar, colaborar con la comunidad, tener muchos hijos, fomentar una tranquila convivencia social y respetar las costumbres de los otros.
De acuerdo a los textos, Ahura Mazda es el comienzo y el fin, el creador de todo, el que no puede ser visto, el Eterno, el Puro y la única Verdad. El orden correcto del universo es llamado Daena, y corresponde a la ley y la fe que debe seguir la humanidad.
Según los Gathas, las personas son libres y seres responsables; no existe predestinación, pues los humanos somos responsables de nuestra situación, y debemos actuar para cambiarla. El bien es la consecuencia de quienes actúan en forma correcta, y los que obran mal se dirigen indefectiblemente hacia su ruina. Por ello, la moral zoroastrista se resume en la frase: buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos.
De acuerdo a lo anterior, el mismo espíritu maligno no es inherentemente malo, sino que ha elegido de forma errónea y eso le ha convertido en lo que es. Así, la buena elección es seguir el camino de Spenta Mainyu y convertirse al bien, a la verdad, a la justicia y a la bondad, siguiendo el ejemplo de Ahura Mazda; la opción de elegir a Angra Mainyu le llevará a la mentira, al mal sentir, al odio, que son las características del mal camino.
Al final de los tiempos, se producirá la resurrección de todos los muertos, quienes serán juzgados por sus pensamientos, palabras y actos. Sin embargo, este juicio no es último ya que cuando el mal es eliminado, todas las almas se reúnen y, por lo tanto, la salvación es universal.
Del mismo modo, Zoroastro profetizó que en un futuro lejano, el espíritu divino se manifestaría en un Mesías que aparecería en Persia; entonces, “el Gran Hacedor de Paz” traería consigo una era culminante del reino de la luz, uniendo a los pueblos y renovando el mundo.
Expansión
Solamente tras la muerte de Zoroastro el mazdeísmo se expandió por Asia Occidental y Central, convirtiéndose en religión oficial de los aqueménidas y de los sasánidas hasta bien entrada la Alta Edad Media.
La influencia del zoroastrismo se expandió hacia el Oriente, influyendo en el budismo en el aspecto simbólico de la luz: hacia el siglo XI, habría llegado al norte de China mediante la Ruta de la Seda, permaneciendo allí hasta pasado el 1130. Se han encontrado ruinas de templos zoroastristas en Kaifeng (a orillas del río Amarillo) y Zhenjiang (al sur del río Yangtze).
En el siglo VII, al ser derrotada la dinastía sasánida por los árabes, se produjo en Irán la conversión masiva al islam. Así, muchos zoroastristas se marcharon, entre ellos varios grupos que se establecieron en la India, donde se les aceptó.
El número de zoroastristas se ha reducido de manera significativa en los últimos siglos, pero el culto continúa vivo, mayormente en la India e Irán y en menor medida en Pakistán y Sri Lanka. En la actualidad es aún profesada por unas 200.000 personas en todo el mundo, principalmente en India Occidental, Irán central y en algunas de las antiguas colonias británicas.
Puntos esenciales del mazdeísmo
1. Hay solamente un Dios: Ahura Mazda. Es la sabiduría, el creador continuo, sostenedor y promotor del cosmos.
2. Toda creencia supersticiosa debe ser abandonada y todas las ideas y prácticas irracionales deben ser terminadas.
3. La religión de la buena conciencia es universal y para todos.
4. El universo ha sido bien creado y ordenado según lo previsto por su creador.
5. La humanidad puede, si lo elige, desarrollar todas las facultades divinas y hacerse creativa, y llegar a ser espiritualmente perfecta y eternamente divina.
6. Ahura Mazda dio a la humanidad libertad de pensamiento, de palabra y de hecho.
7. El ser humano tiene dos mentalidades: “mainyu spenta”, mentalidad progresiva que ayuda a avanzar y mejorar, y “mainyu angra”, mentalidad retrógrada que daña al mundo.
8. Tarde o temprano la humanidad se corregirá y logrará la perfección y la vida eterna.
9. Los hombres y las mujeres son iguales y disfrutan de los mismos derechos en una sociedad libre y responsable.
10. Si una persona no elige correctamente, su mundo continúa siendo caótico, y ésta sufre las consecuencias hasta que adopta estos principios divinos.
11. La casta, el color, la raza y la nacionalidad no forman parte del mensaje universal de Zoroastro.
12. Las oraciones ayudan a las personas a comunicarse con Ahura Mazda. Es lo que vigoriza, guía y satisface al espíritu humano, pues ayuda a experimentar el amor divino. Puede hacerse siempre, donde quiera y en cualquier estado.
El Faravahar
El símbolo del zoroastrismo es el Faravahar, y cada parte tiene un significado particular.
La figura humana representa el alma humana y la sabiduría; el círculo que rodea al cuerpo representa la inmortalidad del espíritu; la mano hacia arriba significa que debemos luchar para mejorar con ayuda de Ahura Mazda; el anillo de la otra mano simboliza la lealtad y la fidelidad; las alas, compuestas de tres hileras de plumas, representa buenos pensamientos, buenas palabras y buenas obras.
La cola también es de tres hileras de plumas, y éstas representan malos pensamientos, malas palabras y malas acciones.
Las dos cuerdas que salen del círculo central representan los espíritus del bien (delante) y del mal (detrás).
• La moral zoroastrista se resume en la frase: buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos.
• La humanidad puede, si lo elige, desarrollar todas las facultades divinas y hacerse creativa, y llegar a ser espiritualmente perfecta y eternamente divina.