El epicentro del terremoto se ubicó a apenas diez millas de una planta nuclear que carece de sismógrafos desde la década de 1990 La central nuclear North Anna perdió la energía externa y estaba utilizando generadores de combustible diesel para mantener las operaciones de enfriamiento en sus dos reactores nucleares tras el terremoto.
Las instalaciones, construidas sobre una falla geológica, están diseñadas para soportar terremotos de 5,9 a 6,1 de magnitud como máximo.
El terremoto de ayer llegó a 5,8. Todos los sismógrafos fueron retirados de la planta en la década de 1990 debido a recortes presupuestarios.
Funcionarios federales afirman que un total de seis plantas nucleares desde Carolina del Norte a Michigan están bajo mayor vigilancia tras el terremoto. Mientras tanto, también se produjeron sismos en Colorado y California en las últimas 24 horas.