Una serie de ataques aéreos lanzados ayer por la coalición liderada por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos en el centro de Sana’a, en Yemen, causaron una afluencia masiva de al menos 72 heridos y 6 muertos en dos hospitales apoyados por MSF. Los ataques se dirigieron contra las oficinas presidenciales, situadas en una zona muy concurrida de la ciudad, a poca distancia a pie de un hotel, una farmacia, un banco y varias tiendas. Incluso hoy, los médicos de ambos hospitales siguen tratando a los heridos.
«Una vez más, civiles, incluidos niños, fueron asesinados y mutilados porque estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado», dijo João Martins, jefe de la misión de MSF en Yemen. «Nadie debe vivir con el temor de ser bombardeado en momentos normales de su vida diaria. Una vez más vemos a las víctimas civiles de los ataques aéreos luchando por la vida en los hospitales.»
Según un equipo médico de MSF que estaba visitando uno de los hospitales en el momento del ataque, las ráfagas se sucedieron rápidamente. Las víctimas fueron trasladadas inmediatamente a los hospitales vecinos, incluidos los dos que reciben apoyo de MSF, Al-Gomhoury y Al-Thawra. Los informes médicos reportan heridas moderadas a críticas de metralla. Entre los muertos hay también un niño, y tres niños heridos.
«Algunos de los heridos llegaron en ambulancia y otros en moto«, explica Abdulfatah Al-Alimi, contacto médico de MSF en Sana’a, que llegó al hospital de Al-Gomhoury poco antes del primer ataque. «Algunos pacientes llegaron con traumatismo craneal, otros con heridas de metralla en las piernas. Hemos visto todo tipo de heridas. También vi a una chica tratando de entrar a la sala de emergencias. No sabía si encontraría a su padre vivo o muerto.»
Ambos hospitales contaban con suministros médicos proporcionados por MSF, pero como consecuencia de la afluencia masiva de heridos, rápidamente se quedaron sin suministros. Por esta razón, MSF envió suministros médicos adicionales a ambos hospitales, mientras que un psicólogo prestó asistencia psicológica a los pacientes y sus familias en el hospital de Al-Gomhoury.
Los heridos estaban llevando a cabo sus actividades diarias normales en el momento del ataque. Shehab, un estudiante de 17 años regresaba a casa de la escuela donde acababa de terminar un examen. Ha perdido mucha sangre. Akram, un barrendero de 19 años de edad ha sufrido lesiones en la cabeza y el oído. Dawood, un hombre, estaba comprando medicamentos en una farmacia cuando fue golpeado por el ataque. Hussein, un hombre de 30 años que trabaja en un bar, tiene heridas de metralla en la cabeza, la mano y la espalda. «Había venido a retirar mi subsidio de transporte para trabajar cuando se produjo el ataque y me lesioné. No sé qué le pasó al resto de mis colegas«, dice.
«Ante hechos como estos, se hace aún más evidente la fragilidad de la atención sanitaria en Yemen y lo crucial que es para los civiles implicados en este conflicto«, afirma Al-Alimi, de MSF.