Otro motivo de la indignación popular es el homicidio del líder opositor izquierdista Mohamed Brahmi, el 25 de julio frente a su casa.
Sin embargo, la oposición insiste en que el partido Ennahda- principal miembro del Ejecutivo tunecino- es el autor de las matanzas, de esta forma exigen la dimisión del Ejecutivo.
Ante ello, la Administración central del país norteafricano rechaza tales acusaciones atribuyendo los asesinatos a los salafistas, al mismo tiempo que solicita a todos los partidos y figuras políticas evitar crear caos en el país.